Hace un año, el 20 de agosto de 1998, EE.UU lanzaba sobre objetivos terroristas en Afganistán y Sudán, casi 80 misiles Cruise en respuesta a los dos atentados a las embajadas americanas en Nairobi ( Kenia) y Dar es Salaam ( Tanzania), que había provocado trece días antes 225 muertos, de los que 12 eran americanos.
Los misiles lanzados sobre la capital de Sudán, Khartum, destruyó totalmente una fábrica farmacéutica ô Al Shifaö, que según el presidente Clinton había sido elegida porque estaba asociada a la red ô Ben Ladenö y tenía implicaciones en la producción de materiales para fabricar armas químicas.
Doce meses más tarde, Washington no ha aportado todavía la mínima prueba sobre sus acusaciones y el propietario de la fábrica de medicamentos, está dispuesto a lanzar una acusación ante la justicia americana ante quién pedirá una indemnización de 30 millones de dólares, la misma cantidad que le costó la fábrica al adquirirla en la primavera de 1998.
En la capital de Sudán, el r’gimen militaro – islamista ha convertido el lugar del bombardeo en un museo al aire libre, donde los visitantes son invitados a constatar el desastre producido por la agresi¢n americana, que provoc¢ la muerte de una persona, adem s de trece heridos. Antes de ser bombardeada, la f brica produc¡a el 50% de los medicamentos que se consum¡an en Sud n.
La administraci¢n americana sostiene todav¡a que tiene pruebas suficientes para justificar el bombardeo de la f brica, pero afirma que no pueden ser desveladas para no comprometer a las fuentes de informaci¢n. Expertos que han examinado la f brica con posterioridad, no dudan en mostrar sus reservas sobre la veracidad de la informaci¢n americana.
El r’gimen sudan’s no desiste en su empe_o de que Clinton reconozca su error, tal y como repiti¢ el jueves el ministro sudan’s de informaci¢n, Ghazi Atabani.
Antes del bombardeo, Khartum hab¡a pedido a EE.UU que enviara una delegaci¢n para estudiar el lugar y constatar que no se trataba de una conspiraci¢n contra Norteam’rica, pero EE.UU impidi¢ entonces la visita de tal delegaci¢n e impide ahora cualquier tipo de debate sobre el tema.
El bombardeo de la f brica de Sud n se relaciona, segon los expertos, con el caso de M¢nica Lewinsky. La presi¢n sobre la administraci¢n americana para que actuara contra los terroristas y la necesidad del presidente de demostrar que su » Affair » de faldas no paralizar¡an las actividades de la casa Blanca, habr¡an desembocado en la toma de la decisi¢n de bombardear la f brica de medicamentos.
UN AÑO DESPU¿S, EE.UU SIGUE SIN RECONOCER SU ERROR EN SUD-N
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