El consumo de carne en Francia, en las últimas semanas, se redujo en un 40 por ciento. Esta caída abrupta se debe a la gran preocupación por la enfermedad de la «vaca loca», creciente en todo el continente europeo.
Expertos veterinarios se reunieron este miércoles en Bruselas, sede a la Comisión Europea, en un clima de «emergencia». Los profesionales preparan la cumbre de ministros de agricultura de los Quince, que se encontrarán el lunes y martes próximos.
La progresión de casos de encefalopatía espongiforme bovina detectados en varios países, especialmente en Francia, ha hecho aumentar la tensión que ya condiciona pautas habituales de alimentación.
Numerosas cantinas infantiles en diversas ciudades del continente han borrado la carne de vaca de la dieta diaria. Y aumentan los comensales que optan por pollo o cerdo en lugar de la carne roja.
Los productos vacunos «bío», con sello de calidad asegurado, aumentan su hasta ahora limitado mercado y se proyectan como una opci¢n aunque cara.
Paralelamente, se confirma la decisi¢n tanto de Francia como de otros pa¡ses del continente, de impedir radicalmente todo uso de harinas animales en la alimentaci¢n del ganado vacuno.
De esta manera se abre una puerta para productos sustitutos. Entre ellos la soja latinoamericana, que podr¡a encontrar en la vaca loca europea un inestimable aliado para que el continente considere su importaci¢n. (Euro/QR/Ci/Sa/ap)
Sergio Ferrari