Después de discutir sobre el tema de la deuda externa, los líderes del G8 reunidos en Okinawa, Japón, llegaron a una declaración final. Dicha declaración fue considerada como retórica por las organizaciones que abogan por la cancelación de la deuda de los países más pobres.
La declaración acepta que se debe hacer mayores esfuerzos para implementar la iniciativa realizada en Colonia en 1998, cuando prometieron cancelar 100 mil millones de dólares de la deuda. Hasta ahora, sólo se han perdonado 12 mil millones de dólares a Uganda.
Ann Pettifor, Directora de la organización «Jubileo 2000» se mostró decepcionada por la declaración. Dijo que «los líderes mundiales se retiraron a esta isla remota de Okinawa y le voltearon la espalda a los pobres». Pettifor dijo que los países ricos ignoraron un llamado que es moralmente y económicamente correcto, y que está apoyado por millones de personas en el mundo.
La Directora de la organización «Jubileo 2000» dijo que la declaración del G8 es un insulto. Y coment¢ que es un insulto de proporciones hist¢ricas para los l¡deres africanos, el Papa, Kofi Annan, los 18 millones de personas que han firmado la petici¢n, y los miles de millones de personas que viven la carga de la deuda.
Mientras tanto, millones de personas en el mundo firmaron una cadena de mensajes a los l¡deres mundiales pidiendo la cancelaci¢n inmediata de la deuda. La Organizaci¢n de Naciones Unidas, ONU, calcula que la vida de 7 millones de ni_os se salvar¡a si los pagos de la deuda se invirtieran en salud y educaci¢n b sica. (Mu/QR/Oi-Ong-Pf/Pe-Dh-Ri/pt).
Ana Luc¡a Gonz lez
DECEPCIÓN DE LOS MOVIMIENTOS SOCIALES ANTE LA DECLARACIÓN DEL G-8 SOBRE LAS DEUDAS EXTERNAS DE LOS PAÍSES POBRES
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