México es uno de los países más grandes de América Latina, posee una superficie cercana a los 2 millones de kilómetros cuadrados y su población bordea los 90 millones de habitantes.
México fue cuna de las mayores civilizaciones precolombinas, las cuales han dejado una huella cultural imborrable en el mexicano moderno, pese a la presión ejercida por la cultura hispánica. En todo caso esta mezcla y la presencia de estas diversas vertientes culturales hacen de México un espacio sociocultural muy complejo y rico.
Sin lugar a dudas la situación política mexicana es un reflejo de lo que ocurre al interior del país. Los contrastes son evidentes. Un partido gobernante desde hace más de 70 años y una supuesta exitosa democracia. Un país que junto a Canadá y Estados Unidos conforman uno de los grupos económicos más importantes del mundo y una pobreza interna que crece día a día. Un país con infinidad de dialectos y problemas sociales, pero con una posición nacionalista que sienta precedentes en el hemisferio.
En definitiva, vemos un M’xico complejo, un M’xico que es mucho, mucho m s que un tequila o un mariachi. Un M’xico que ense_a y aprende, que lucha y disfruta, que es solidario para afuera pero, en muchos casos, hostil para sus adentros.
. Pregunta: +Tanius, c¢mo es este M’xico desconocido, este M’xico profundo?
Respuesta: Ah caray. Este M’xico bronco, como lo llamar¡a Pepe Alvarez Icaza, despu’s del levantamiento de Chiapas, se debate en una paradoja. Por ejemplo, se me viene a la cabeza lo que las comunidades ind¡genas del sudeste del pa¡s (Chiapas) han vivido en estos seis a_os. Yo me pregunto si es posible para un ser humano comon y corriente sobrellevar el nivel de presi¢n, de tensi¢n, de violaciones de los derechos humanos como la matanza de Acteal en diciembre del 97 y que se trate de aparentar de que en el pa¡s no pasa nada m s all de lo que cualquier otro pa¡s vive cotidianamente.
M’xico es una naci¢n que existe con contradicciones y que en 1994 dijo ya basta, pero que sin embargo sigue oprimido, en estado de guerra civil en las provincias del sur (Chiapas, Oaxaca y Guerrero). Es el M’xico que ante la imposibilidad de lograr algo prefiere irse a los Estados Unidos.
P: +Este traslado de mexicanos hacia el norte es cuantificable, a qu’ responde esta situaci¢n? R: Claro que s¡, se conoce que anualmente cerca de 2 millones de personas intentan cruzar la frontera e internarse en Estados Unidos. Esta es una cantidad gigante de gente descontenta y desesperada. Significa que cada d¡a m s de 5 mil personas buscan mejores d¡as en el pa¡s del norte, significa que 230 mexicanos cruzan el r¡o Bravo cada hora, o lo que es lo mismo, cada minuto durante todo el a_o quieren salir de M’xico nada menos que 4 personas.
Las razones est n en las condiciones de vida del d¡a a d¡a entre la gente. El M’xico profundo se sigue debatiendo entre la muerte y la lucha por la sobrevivencia. Pues la gente, el pueblo, no saborea la supuesta estabilidad de la gran econom¡a a la que hacen referencia los gobernantes.
P: +Este es el rostro del M’xico sure_o, pero que pasa en las grandes ciudades, como por ejemplo, la Capital Federal?
R: En la capital en concreto hemos vivido interesantes procesos de cambio, como por ejemplo, hemos vivido la alcald¡a en manos de la oposici¢n, algo impensable hace algunos a_os. Los grupos antag¢nicos han cerrado filas para luchar contra la delincuencia y la inseguridad ciudadana.
La capital es una ciudad en permanente caos, es una bomba de tiempo social y ambiental. Recordemos que aqu¡ viven o sobreviven nada menos que 18 millones de personas.
El desempleo alcanza al 13 por ciento de la poblaci¢n y la pobreza cobija a 6 de cada 10 mexicanos. Entonces la gente en las ciudades se las rebusca para subsistir de alguna manera. Miles de personas venden «algo» en las calles, en las estaciones del metro, en los mercados informales, en donde hacen una suerte de juego con la polic¡a para poder estar en esos lugares. Se calcula que hay 2 millones de vendedores ambulantes en la ciudad de M’xico.
P: +Y los ni_os de la calle?
R: Las estad¡sticas apuntan a que en las calles hay cerca de medio mill¢n de ni_os gan ndose la vida de cualquier forma, haciendo alguna gracia en las esquinas.
Ahora bien, esta cierta facilidad de que la gente venda lo que sea en las calles es una v lvula de escape para que la ciudad de M’xico no explote. Aqu¡ se alimenta la corrupci¢n, pues para que te dejen hacer algo debes entregar algo. El algunos casos, no en todos, los vendedores ambulantes pueden llegar a ganar 2 ¢ 3 veces m s lo que gana un profesor en alguna universidad poblica.
En M’xico todo el mundo le hace el juego a todo el mundo, si no sigues esta regla de supervivencia te mueres o te desplazan sin m s ni m s. Todas las instituciones, oficinas, partidos pol¡ticos, jefes, empleados cumplen su rol.
P: +En este juego de supervivencia tambi’n entra la Iglesia, cu l es el papel que se le ha asignado o que asumi¢ para mantenerse presente?
R: Aunque la Iglesia siempre tuvo su cara poblica no siempre fue reconocido legalmente por el Estado. Esta instituci¢n hace su aparecimiento legal en 1988, cuando Carlos Salinas de Gortari invita al delegado apost¢lico a la toma de posesi¢n de su mandato presidencial. Aqu¡ hubo un acercamiento de copulas. Esto era necesario porque uno no puede concebir que el segundo pa¡s cat¢lico en el mundo no mantenga lazos diplom ticos con El Vaticano.
P: ¨Pero esto acaso no fue un intento de Salinas de compartir las esferas de poder para legitimarse ante un pueblo cat¢lico y creyente?
R: Indudablemente que s¡. Pero la legitimidad no fue solo para el gobierno, sino para la Iglesia misma.
Se debe tomar en cuenta que al interior de la Iglesia se daban contradicciones, las cuales aon persisten. Un peque_o grupo de obispos, cada vez m s peque_o, que sigue en la l¡nea de la llamada Iglesia de los Pobres y un episcopado conservador y t¡mido ante la realidad de todo M’xico.
Lo que sucede en Chiapas en una muestra clara de lo que sucede en la Iglesia. Por ejemplo, un cabildeo que hace el gobierno mexicano en las altas esferas del Vaticano provocando el desplazamiento del obispo Raol Vera, sucesor natural de monse_or Samuel Ruiz, para cortar un proceso ecum’nico con los pobres que se ha venido gestando desde hace 40 a_os.
P: Las disputas por el poder son evidentes, incluso en las mismas instituciones. Pero hay algo que las atraviesa y que son comunes a todos los espacios mexicanos, claro, con distintas profundidades y matices.
R: . Me est s hablando de la corrupci¢n. Claro, las relaciones de poder est n cruzadas por estos hilos y en todos los espacios.
D’jame decirte que la corrupci¢n y el narcotr fico se han metido hasta en la cocina de los mexicanos. M’xico se inici¢ siendo un pa¡s de tr fico de la droga desde los productores en el sur hacia los consumidores en el norte, b sicamente Estados Unidos.
Desde que esto se inici¢, siempre fue muy f cil corromper a autoridades intermedias y luego a las grandes. Claro que las autoridades de vez en cuando realiza actividades decorativas para bajar la presi¢n ejercida por los Estados Unidos, la DEA en especial, y colocan un cargamento de drogas por aqu¡, lo destruyen y listo. Pero el grueso de la mercanc¡a continoa con si viaje.
En definitiva, se ha perdido control sobre el asunto del narcotr fico, y esto ha infiltrado las m s altas esferas. Yo creo que decir lo contrario ser¡a una mentira. Lo peor de todo es que ahora no solamente es el paso de la droga, sino su consumo en el propio M’xico.
P: +Tanius, con este cuadro que nos has pintado, qu’ se puede hacer, c¢mo se puede denunciar y comunicar la realidad mexicana en funci¢n de una transformaci¢n?
R: La informaci¢n debe darse en base al respeto del «otro», del diferente, no como una actualidad de la noticia, sino como un individuo que vive un proceso que tiene su origen y su fin.
En nuestra Am’rica Latina este «otro» tiene caracter¡stica, no s’, tiene el rostro de mujer, pobre, el campesino, el ind¡gena. Por lo tanto el periodista, el comunicador debe tener un especial cuidado cuando escribe y habla de estos grupos, con el tratamiento m s respetuoso y anal¡tico posible.
El periodista no puede renunciar a ser anal¡tico o cr¡tico. El periodismo es una profesi¢n que muchas veces est en medio de un conflicto moral, es objeto de inter’s, de manipulaci¢n, m s en una sociedad en donde la informaci¢n tiene un papel muy importante pues el periodista est en centro de inter’s de determinados grupos.
Nuestro papel como periodista debe ser lo m s objetivo, aunque d’jame decirte que no creo en la objetividad absoluta, pero si creo en el esfuerzo honesto del profesional de acercarse a un conjunto de situaciones que nos explican un hecho social y que de por s¡ es muy complejo y que s¢lo hay como tratarlo desde la sencillez y de la humildad. (Mx/QR/Pf/Pp/mc)
Por Marlon Carri¢n C