«Esta ha sido una página negra de la justicia italiana». La frase del juez Doménico Gallo define el estado de la magistratura democrática italiana frente a la sentencia que a principios de semana dispuso la libertad del ex represor argentino Jorge Olivera.
En tanto pasan los días, el insólito proceder del tribunal italiano va originando más críticas y cuestionamientos.
El parlamentario verde Giorgio Gardiol, pidió que el Ministro de Justicia italiano Piero Fassino que comparezca el jueves ante el Parlamento. El objetivo es que explique el procedimiento judicial que desencadenó «entre gallos y medianoche» la liberación del ex mayor del ejército Argentino. Olivera logró regresar de inmediato a Buenos Aires en un vuelo de Alitalia en una operación que pareció mas una fuga que un regreso.
El diario romano «La República» aventura que posiblemente los servicios secretos italianos han jugado algún papel en la protección de Olivera en las horas transcurridas desde que sali¢ de la c rcel de Regina Coeli y abandon¢ Italia.
Jorge Olivera, ten¡a pedido de extradici¢n de la justicia francesa por su responsabilidad en el secuestro, violaci¢n y desaparici¢n de la joven Marie Anne Erize, hechos ocurridos en octubre de 1976.
Un tribunal integrado por tres magistrados de Roma, determin¢ que la responsabilidad de Olivera hab¡a prescrito. Tambi’n dio por v lido un certificado de defunci¢n de la joven, presentado por la defensa de Olivera. Ese documento, que no fue debidamente confrontado y estudiado, parece ser un «fotomontaje».
En Argentina, mientras tanto, organismos de derechos humanos, el abogado de la familia Erize y quiz s hasta el propio gobierno iniciar n una acci¢n judicial por falsificaci¢n de documento poblico.
Raol Fern ndez, secretario de gobierno de Buenos Aires dijo que el presunto «Certificado de defunci¢n» est plagado de irregularidades y que posiblemente se utilizaron sellos falsos.
Con ese papel aceptado por el tribunal italiano, los defensores de Olivera consiguieron que se extinguiera la responsabilidad por «desaparici¢n» de la joven franco-argentina, al darla por «fallecida».
Sophie Thonon, abogada de la familia Erize en Par¡s, dijo que si Olivera sabe que Marie Anne muri¢. Que diga c¢mo fue y d¢nde est su cuerpo. Thonon afirm¢ que el ex mayor Olivera es reponsable del secuestro, violaci¢n y desaparici¢n de la joven.
Fuentes del Ministerio argentino de Justicia dijeron que para el gobierno, la joven est legalmente viva, ya que no existe partida de defunci¢n ni constancia de su muerte.
En torno a todos estos sucesos jur¡dico-pol¡ticos, late la prolongada lucha de una parte de la sociedad latinoamericana por la justicia y contra la impunidad. La constancia en afirmar estos principios, ha impedido bajar la guardia a los cientos de responsables de la represi¢n contra sus propios pueblos. Y a la vez, indirectamente, demuestra que las tramas de complicidades entre los represores y ciertos c¡rculos pol¡ticos y de poder, se mantienen intactas.
Tambi’n parece serlo en el «Caso Olivera»: Augusto Sinagra, su abogado defensor en Italia, est ligado tambi’n a la defensa del general argentino Su rez Masson. Este, y el almirante Massera, son miembros de la Logia P2, para muchos extinguida, para otros aon vigente.
La logia P2, uno de cuyos v’rtices fue Licio Gelli, es un trama de extrema derecha, ligada a sectores de la Iglesia y de la pol¡tica italiana. Varias investigaciones han denunciado en los oltimos a_os, los v¡nculos pol¡ticos y de negocios turbios entre ex miembros de la dictadura argentina y la logia italiana P2. Algunos observadores estiman que estos lazos mafiosos podr¡an explicar la precipitada, ins¢lita y al parecer irregular liberaci¢n del mayor Olivera.
As¡ lo entienden quienes esta semana solicitar n en Roma el enjuiciamiento del tribunal que dict¢ lo que califican de «vergonzosa sentencia».
Mientras los organismos judiciales siguen esta contradanza que no termina por alcanzar a los represores, los vecinos de Olivera en Buenos Aires lo tienen mas claro. Junto con los concejales que le declararon indeseable en su municipio, le exigen que se vaya.
Otros, desde su impotencia, decidieron expresarse con la palabra. Frente a la vivienda del ex represor apareci¢ una leyenda en gruesos y contundentes caracteres y con una sola palabra: «Asesino». El ex represor dijo a una radioemisora de Buenos Aires que «no son respetados sus derechos humanos». (Ar-Euro/QR/Mt/Pl-Dh/ap)
Carlos Iaquinandi Castro
EL MINISTRO DE JUSTICIA ITALIANO DEBERÍA EXPLICAR AL PARLAMENTO LA LIBERTAD DE OLIVERA, SEG+N EL PARLAMENTARIO VERDE GIO
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