Desde que John Fitzgerald Kennedy ocupó la Casa Blanca a principios de los 60, solo James Carter y William Clinton del partido demócrata, han ocupado el puesto del Ejecutivo.
Los republicanos lo han controlado el resto del tiempo y algunos analistas aseguran que los del partido de Abraham Lincoln se muerden las uñas por recobrarlo, aunque para hacerlo tengan que usar el equipo de George Bush, (ex-Director de la CIA) pero esta vez con el hijo.
El poderoso afroamericano Colin Powell y el experimentado Dick Cheney podrán compensar por las deficiencias del gobernador de Texas. Cheney es el Oficial Ejecutivo de Holliburton, una gigantesca empresa que trabaja íntimamente con las fuerzas armadas estadounidenses. Fue parte de las administraciones de Richard Nixon y Gerald Ford, Jefe de Personal de la Casa Blanca, cinco veces congresista y Secretario de Defensa durante las aventuras militares de Washington contra Panamá e Irak. Comparado con Bush hijo, el debería ser el presidente, dicen muchos.
A continuaci¢n, algunos datos sobre el gobernador de Texas: George W. Bush naci¢ el 6 de Julio de 1946 en Houston, Texas. Despu’s estudi¢ bachillerato en la Universidad de Yale y se gradu¢ en la Escuela de Negocios de Harvard. Fue piloto de la Guardia Nacional de Texas e inici¢ sus negocios en petr¢leo y gas en 1975 donde trabaj¢ hasta 1986.
Bush tuvo gran ‘xito gracias a Jonathan Bush, su t¡o, quien cuenta con grandes contactos en el Partido Republicano. Jonathan reclut¢ a importantes figuras como Lewis Lehrman, George L. Ball, George L. Ohrstrom y William Draper III y otros.
Los socios de Bush invirtieron $4.66 millones de d¢lares y recibieron dividendos en efectivo por $1.54 millones. Pero tambi’n les hicieron reducciones en sus impuestos por la cantidad de $3.89 millones, gracias a las leyes federales que protegen la industria petrol¡fera.
George W. Bush trabaj¢ de tiempo completo en la campa_a presidencial de su padre en 1988 y el a_o siguiente, ‘l y unos socios adquirieron «Los Rangers», un equipo de b’isbol con el que trabajo de Gerente General hasta su elecci¢n a la gubernatura de Texas. Es all¡ donde escribe la parte m s jugosa de su curriculum vitae. En su campa_a, el gobernador presume de sus logros en la educaci¢n de los ni_os. Pero Bush omite hablar de las condiciones en que los peque_os van a la escuela.
El peri¢dico «Houston Chronicle» en su edici¢n del 19 de Noviembre de 1997 reporta sobre el aire t¢xico que respira la ni_ez: «‘cada a_o cerca de 230,000 ni_os de siete condados urbanos de Texas pudieran estar expuestos a casi 295,000 toneladas de contaminantes del aire, porque van a escuelas ubicadas a menos de dos millas de plantas industriales t¢xicas.» Y la situaci¢n no cambi¢ mucho con el correr del tiempo. El «San Antonio News» del 22 de Mayo de 1998: En Texas mueren 2,617 personas al a_o como resultado de la contaminaci¢n del aire. En 1999, Texas ocup¢ el primer lugar en el pa¡s en la emisi¢n de cancer¡genos al aire.
New York Times Noviembre 9, 1999: «Casi la mitad de los 19 millones de residentes de Texas viven en reas que no cumplen con los standards federales para el ozono, el cual esta relacionado con da_os al pulm¢n, y su ingrediente principal es el smog.» En su pagina web, Bush alardea de su ‘xito reduciendo m s de 3 mil millones de impuestos a los ciudadanos, de enviar a madres que recib¡an asistencia poblica (welfare) a buscar empleos y reducir «demandas fr¡volas.» (un eufemismo para las demandas que hacen las v¡ctimas de productos defectuosos). Pero eso tiene un costo social que se traduce en hambre generalizada.
El Departamento de Agricultura report¢ que Texas ocupa el segundo lugar de los estados con m s hambre. Un mill¢n la experimenta cada d¡a, 2.5 millones se alimentan con dificultad y una cuarta parte de los 5.6 millones de ni_os viven debajo del nivel oficial de pobreza. Adem s, la poblaci¢n tejana tiene que enfrentar otros efectos de la pol¡tica actual.
La Agencia de Protecci¢n al Medio ambiente subraya que s¢lo en 1998, Texas us¢ 59 millones de libras (como 30,000 toneladas) de pesticidas y las agencias del estado eliminaron los ex menes del agua cuando Bush se hizo Ejecutivo del estado. Texas tiene la m s alta concentraci¢n de refiner¡as y plantas qu¡micas del pa¡s, las cuales emiten 904,000 toneladas de contaminantes del aire cada a_o.
La respuesta del gobernador fue reunirse con algunos de los representantes de las compa_¡as m s contaminadoras y concebir un programa voluntario contra la poluci¢n De acuerdo con el Public Research Group y el Center for Responsive Politics, (CRP)el grupo que asisti¢ a Bush a dise_ar el plan voluntario dio al gobernador una donaci¢n de $260,648 d¢lares para su campa_a gubernatorial en 1998 y $243,900 d¢lares para su campa_a presidencial.
Si bien muchos ciudadanos estadounidenses perciben a los republicanos y dem¢cratas como dos cabezas de un solo partido pol¡tico llamado «Republicrats,» el columnista independiente Norman Solomon hace la distinci¢n entre el actual presidente y George W. Bush. «Bush es sencillamente un creyente en PANAMERICANA, el derecho de las corporaciones al saqueo de los recursos y la explotaci¢n de los seres humanos en todo el mundo.»
La falta de acceso gratuito a los medios de comunicaci¢n como un servicio social o una responsabilidad c¡vica, obliga a los pol¡ticos a maximizar su presencia en la televisi¢n. El resultado es un apetito insaciable por d¢lares en los candidatos. El New York Times reporta que s¢lo este a_o, se han gastado entre 600 y mil millones de d¢lares en propaganda partidista.
Las cifras m s recientes muestran que el Partido Republicano cuenta para sus gastos de campa_a con m s de 180 millones 800 mil d¢lares. El Partido Dem¢crata con 133 millones 113 mil d¢lares y el Partido de los Verdes con 4 millones 700 mil.
Albert Gore, candidato presidencial del Partido Dem¢crata.
(Estados Unidos)
El aspirante a reemplazar al actual presidente William Clinton tiene un dilema. Por una parte quiere distanciarse del esc ndalo sexual y supuestas mentiras que Clinton hizo bajo juramento cuando fue interrogado sobre su aventura con M¢nica Lewinski, y por otra siente la necesidad de presumir del milagro econ¢mico estadounidense bajo la actual administraci¢n.
Sus adversarios afirman que »el milagro» de que presumen los dem¢cratas es s¢lo el efecto de la pol¡tica republicana «derrotando al comunismo,»imponiendo la hegemon¡a de Washington en el mundo para as¡ lograr concesiones de los conquistados y en otras palabras, «dej ndole el plato servido en la mesa» a Clinton y Gore.
As¡ las cosas, echemos un vistazo a la vida de Albert Gore: Naci¢ el 31 de Marzo de 1948 en Carthage, Tennessee. En 1969 termin¢ sus estudios de gobierno en la Universidad de Harvard y luego se enlist¢ en las fuerzas armadas para ir a Vietnam. Al regresar, ingres¢ a la Escuela de Religi¢n de Vanderbilt d ndose tiempo para trabajar como reportero en el «Tennessean» en Nashville.
En 1973 estudi¢ en la Universidad de Leyes de Vanderbilt y tres a_os m s tarde fue elegido para representar a Tennessee en la C mara de Representantes en Washington, D.C. convirti’ndose en miembro del Senado en 1984. Fue reelegido en 1990. Despu’s recibi¢ la nominaci¢n de candidato a la Presidencia en 1988 logrando el respaldo de siete estados de la uni¢n.
Albert Gore y su familia tienen una relaci¢n con la industria petrol¡fera que se inici¢ hace varias d’cadas. Armand Hammer, el fundador de Occidental Petroleum (OXY) era un formidable aliado de Albert Gore, padre. Cuando Gore dej¢ el Senado en 1970.
Hammer le dio un empleo de 500,000 d¢lares al a_o. Los Gore se benefician directamente con su relaci¢n con OXY, ya que Al Gore, hijo, es propietario de medio mill¢n de d¢lares de acciones en la empresa y cada perforaci¢n de pozos petrol¡feros que esta hace, produce ganancias para el vicepresidente. En 1992 la petrolera prest¢ $100,000 d¢lares para los gastos de la inauguraci¢n presidencial y en 1996, Ray Irani, Chairman de OXY dio $100,000 d¢lares al comit’ Nacional Dem¢crata, s¢lo dos d¡as despu’s de que durmi¢ en la alcoba Lincoln en la Casa Blanca.
En total, desde 1992 Occidental ha donado casi medio mill¢n de d¢lares en «dinero suave» (regalos) a comit’s y causas dem¢cratas.
Pero los favores de OXY tienen un efecto en las ventas de propiedad poblica a las compa_¡as petroleras. En 1997, el Vicepresidente Albert Gore trabaj¢ incesantemente para que el gobierno federal vendiera a OXY las tierras conocidas como Elk Hills en Bakersfield, California.
Occidental pago $3,650 millones de d¢lares en la transacci¢n de privatizaci¢n m s grande de la historia del pa¡s. La propiedad adquirida por OXY es tambi’n la regi¢n en que los Ind¡genas Yokuts tienen cerca de 100 santuarios ancestrales. All¡ tambi’n habitan la iguana leopardo, la zorra felina y la gigantesca rata canguro.
Las acciones de Occidental no se limitan a los santuarios del Pueblo Yokut. En Colombia firm¢ un contrato para explotar mantos petrol¡feros en el territorio U’wa y los activistas de California est n presionando al candidato Gore para que tome medidas que prevengan la destrucci¢n del h bitat del Ind¡gena. «Su falta de respuesta en forma sustantiva es un ataque directo a la sobrevivencia del Pueblo u’wa,» dijo Shanon Wright de Rain Forest Action Network.
En Ecuador, Occidental us¢ a los militares de ese pa¡s para obligar a los Pueblos siona y secoya del Amazonas a abandonar sus tierras. Y en Pero por 25 a_os OXY envenen¢ las aguas de los r¡os. Se acabaron los pescados, se enfermaron los animales y se cree que 150 personas murieron debido a las infecciones producidas por las perforaciones en la tierra.
Los inmigrantes tambi’n han sufrido los efectos de las leyes aprobadas e implementadas por el equipo Gore-Clinton, como son las operaciones «Guardi n» y «Gate Keeper» en la frontera con M’xico. Los afroamericanos leales a los dem¢cratas, fueron v¡ctimas del doo Clinton-Gore a trav’s de la ley de reforma al welfare (asistencia poblica a mujeres de bajos recursos) que envi¢ a cientos de miles de ni_os de color al infierno del hambre y la pobreza.
Cabe aclarar que ambas comunidades fueron impactadas por acuerdos bipartidistas en que el pragmatismo, intereses comunes e ideolog¡a convergen en coincidencias.
Durante los debates presidenciales entre Gore y Bush, el dem¢crata dijo estar de acuerdo con su adversario m s de treinta veces y una de las posible respuestas a esas «coincidencias,» pueden ser las donaciones que el sector privado hace a ambos partidos. (Eu/QR/Ppg-Ppo/Ppe/ap)
Fernando Vel zquez