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Las grandes empresas del cine de Hollywood admitieron que usaron a niños para saber sus reacciones ante películas de extrema violencia. Ese estudio se dio para abrir mercado a sus producciones.
Esto ha sido rechazado por amplios sectores de ciudadanos estadounidenses, pues ya existe una ley que prohibe el acceso de menores de edad a películas de violencia o pornográficas.
De todas maneras los empresarios violaron esta disposición con el ánimo de usar el internet para publicitar y vender sus películas, aunque sea a menores de edad. Algunos senadores exigieron la suspensión de esta práctica bajo amenaza de nuevas legislaciones que penalicen esta actividad. (Eu/LY/Em-Au/Dh/mc)
