Presidente Bill Clinton, Convención Nacional del Partido Democrático, Los -ngeles, 14 de agosto del 2000
Al publicar hoy un informe sobre la ejecución de un delincuente menor de edad que padece una enfermedad mental, Amnistía Internacional ha manifestado que durante los próximos ocho días la atención internacional se centrará en la calidad de los principios de humanidad y respeto a la dignidad humana que imperan en Estados Unidos de América.
Alexander Williams será ejecutado en la silla eléctrica en Georgia el 24 de agosto del 2000.
La ejecución de Alex Williams será una prueba más de que Estados Unidos es un país que sigue un camino solitario en lo que respecta a la pena de muerte. Estados Unidos encabeza un reducido grupo de países que desobedecen abiertamente la prohibición mundial que pesa sobre la aplicación de la pena de muerte a menores de edad, o sea, personas que tenían menos de 18 años cuando se cometió el delito por el que fueron condenadas, ha puntualizado Amnist¡a Internacional.
En 1986, cuando Aleta Bunch, de 16 a_os, fue asesinada, Alex Williams ten¡a 17 a_os. De ser ejecutado, se convertir¡a en el quinto delincuente menor de edad ejecutado este a_o en Estados Unidos, lo que supondr¡a una cifra mayor que la registrada en cualquier a_o desde 1954. Tambi’n significar¡a que Estados Unidos ha ejecutado a m s delincuentes menores de edad durante los oltimos siete meses que el resto del mundo en los oltimos siete a_os.
No hay pr cticamente ningon otro pa¡s en este planeta en el que se quitar¡a la vida a Alex Williams ha manifestado Amnist¡a Internacional. Durante los oltimos tres a_os s¢lo se han documentado ejecuciones de delincuentes menores de edad en Ir n y en la Repoblica Democr tica del Congo.
A Alex Williams, como a muchos otros encausados, le fue negado el disfrute de una representaci¢n letrada adecuada, en contravenci¢n de las normas internacionales. En 1986, al no investigar su horrible historial de v¡ctima infantil de abusos y los indicios de su enfermedad mental para presentarlos como circunstancias atenuantes, su abogado reneg¢ de su deber de defensor.
Mientras espera su ejecuci¢n, la enfermedad mental de Alex Williams se ha venido agravando y en algunas ocasiones las autoridades le han administrado medicamentos por la fuerza para controlar sus s¡ntomas, entre los que se cuentan delirios y alucinaciones visuales y auditivas. En distintas ocasiones se ha diagnosticado que padece esquizofrenia paranoica y alteraciones esquizoafectivas con rasgos bipolares.
El informe de Amnist¡a Internacional inserta el caso de Alex Williams en el contexto de la creciente preocupaci¢n que se siente tanto en el mbito nacional como en el internacional por el uso de la pena capital en Estados Unidos. Veintiocho a_os despu’s de la fecha en que la Corte Suprema de Estados Unidos suspendi¢ las ejecuciones debido a que se estaban dictando condenas de muerte de manera arbitraria, la imposici¢n de la pena capital en este pa¡s sigue siendo una verdadera loter¡a. La decisi¢n de qui’n morir a manos de los verdugos estadounidenses se basa tanto en la identidad de la v¡ctima, la calidad del abogado defensor y el lugar donde se cometi¢ el delito como en la gravedad de ‘ste.
Desde que el gobernador del estado de Illinois orden¢ la suspensi¢n de las ejecuciones fund ndose en el ?vergonzoso? historial de este estado en materia de condenas injustas en casos de delitos punibles con la muerte, se han multiplicado los llamamientos en favor de una suspensi¢n nacional.
El uso de la pena de muerte en Estados Unidos est viciado de errores e injusticias, ha se_alado Amnist¡a Internacional. La ejecuci¢n de Alex Williams indicar¡a una vez m s que las autoridades estadounidenses prefieren recurrir a una forma de venganza cruel, embrutecedora y obsoleta aprobada por el Estado a buscar opciones m s humanas que reflejen los principios progresivos de justicia y respeto a la dignidad humana.
Georgia todav¡a est a tiempo de impedir esta ejecuci¢n. Ello no supondr¡a un insulto a la memoria de Aleta Bunch, ni har¡a olvidar la manera brutal en que muri¢. Impedir esta ejecuci¢n supondr¡a volver a observar los principios internacionales de humanidad y respeto a la dignidad inherente a toda vida humana.
Los miembros de Amnist¡a Internacional de todos los rincones del mundo est n enviando llamamientos en favor de un indulto.