Después de marathónicos conteos y lluvia de encuestas, las elecciones del 2000 resultaron las más caras de la historia, casi tres mil millones de dólares. Pero al final del día, los analistas las describieron como las más aberrantes de la historia. El Partido Republicano mantuvo el control de la Casa de Representantes y el Senado, pero el resultado de la contienda presidencial se encuentra en medio de las tinieblas.
Antes de medianoche las cadenas de televisión dieron la victoria al republicano George W. Bush, obligando al demócrata Albert Gore a aceptar su derrota. Poco después, los oficiales electorales del Estado de Florida anunciaron que habría un segundo conteo del voto, lo cual motivó a Gore a retractarse, creando un caos nacional. Nadie sabe quién es el ganador de la presidencia.
Con menos de cien millones de ciudadanos participando, parte de los resultados se perfilan así: La primera dama se convirtió en senadora del estado de Nueva York, el difunto gobernador de Missouri gan¢ y su esposa intentar tomar su puesto, Ralph Nader del partido Verde recibi¢ m s de dos millones y medio de votos, y Patrick Buchanan del Partido de la Reforma, menos de medio mill¢n.
Hasta este mi’rcoles, Albert Gore ten¡a la mayor¡a del voto popular, pero no hay ninguna seguridad que recibir la aprobaci¢n del Colegio Electoral, grupo que deber decidir quien tomar posesi¢n de la Casa Blanca. Solo este jueves se conocer esa decisi¢n. (Eu/QR/AU-Pf-CI/Ppe/pt).
Fernando Vel zquez