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Entrevistas

OPERACIÓN CÓNDOR: ANTE EL SECRETARIADO INTERNACIONAL DE JURISTAS POR LA AMNISTÍA EN URUGUAY DEL EX INTEGRANTE DEL EJ+RCI

escrito por Jose Escribano 24 de julio de 2000
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Como se recordará, las fuerzas de seguridad de la dictadura uruguaya en el transcurso del año 1978 y enmarcada en la represión de la oposición al régimen dictatorial uruguayo, detuvieron en Uruguay a 8 integrantes del Partido por la Victoria del Pueblo y posteriormente se trasladan a Porto Alegre (Brasil), donde conjuntamente con integrantes de la policía brasileña, secuestran y trasladan clandestinamente a Uruguay a Lilian Celiberti, sus dos hijos menores y a Universindo Rodríguez. En esta operación participaron el Capitan Eduardo Ramos, el Coronel Calixto de Armas, el Capitán Eduardo Ferro, el Mayor Carlos Bassani, el Mayor Carlos Rossel, el Capitán Armando Mendez, el Oficial Glauco Yannone y el Sargento Miguel Rodríguez.

Esta nueva comparecencia de un ciudadano uruguayo ante la Justicia española, viene a sumarse a otras que se han venido desarrollando a partir que la central sindical uruguaya (PIT/CNT), presentó ante dicho magistrado los casos de desaparición de uruguayos en Argentina, Chile y Paraguay, el 16 de marzo de 1998.

Se acompa_a a esta informaci¢n parte del testimonio prestado ante el SIJAU (Secretariado Internacional de Juristas por la Amnist¡a en Uruguay) por el ex integrante del Ejercito Uruguayo Walter Garc¡a Rivas.

Secretar¡a DD.HH. y Pol¡ticas Sociales PIT/CNT
22/07/00

TESTIMONIO

SECUESTRO DE LILIAN CELIBERTI SUS DOS HIJOS Y UNIVERSINDO RODR-GUEZ (Testimonio de Walter Garc¡a Rivas)

Pregunta: Cu ndo ingres¢ Usted en el Ej’rcito?

Respuesta: Empec’ en el Ej’rcito en el a_o 1975, en el Comando General del Ej’rcito. En 1977 fui transferido a la Compa_¡a de Contrainformaci¢n de Ej’rcito, donde estuve hasta diciembre de 1979.
La Compa_¡a de Contrainformaci¢n depende del Departamento II del Estado Mayor del Ej’rcito.

Pregunta: Cu les son las funciones de la Compa_¡a de Contrainformacio-nes?

Respuesta: La tarea espec¡fica de la Compa_¡a ser¡a la vigilancia den-tro de las mismas fuerzas del Ej’rcito, para que de ellas no se escape informaci¢n. Ahora, esa misi¢n espec¡fica no se cumple, dado que la com-pa_¡a realiza un trabajo a otro nivel, hace investigaciones fuera del Ej’rcito, deteniendo personas, interrogando, lo cual no ser¡a su fun-ci¢n, pero es lo que hace.

Pregunta: Qu’ funciones desempe_aba Usted en la Compa_¡a?

Respuesta: Siempre trabaj’ como fot¢grafo. A m¡ me pasaron para la Compa_¡a porque yo no ten¡a instrucci¢n militar. Lo que se quiere en esa Compa_¡a es gente que no tenga preparaci¢n militar, que no se com-porte como militar. Esto por las tareas que realiz bamos, tareas de inteligencia. Porque tenemos que andar en la calle, escuchar conversacio-nes. Inclusive ¡bamos a partidos de fotbol, al. Estadio, a lugares don-de se reone mucha gente, lugares poblicos. Ten¡amos que recoger todos los datos que pudi’ramos, principalmente con respecto al gobierno y a la situaci¢n del pa¡s.

Pregunta: Con qu’ objetivos se realizaban esas investigaciones?

Respuesta: A efectos de reprimir. Se trataba de seguir a las personas que se escuchaba conversando, ver d¢nde viv¡an, para posteriormente ha-cer una vigilancia, ver sus contactos con otras personas, averiguar sus actividades.

Pregunta: Podr¡a informar de algon operativo realizado por la Compa_¡a de Contrainformaciones en el que Usted haya participado?

Respuesta: Si. La detenci¢n de varios integrantes del Partido por la Victoria del Pueblo en noviembre de 1978 que culmin¢ – con el- secuestro en Porto Alegre de Lili n Celiberti y Universindo D¡az.

Pregunta: Podr¡a relatar este operativo?

Respuesta: El hecho empez¢ cuando se detuvo a un integrante del Partido por la Victoria del Pueblo en Montevideo, se_or llamado Carlos Amado Castro Acosta. Se lo detuvo porque hubo una llamada an¢nima al Comando General del Ej’rcito diciendo que en tal direcci¢n de la Villa Col¢n hab¡a una persona requerida por las FF.AA. Del Comando General del Ej’r-cito esto pas¢ al Departamento II y del Departamento II a la Compa_¡a para que se procediera a detener a esa persona o a investigar esa informaci¢n a ver si era cierta.
Se procedi¢ a ir a la casa. Se instal¢ una ratonera en la casa. El no estaba, era la casa de los padres. Los padres- dijeron que el ven¡a to-dos los d¡as porque ‘l ten¡a una hija de ‘l con los padres. O sea, un d¡a de noche, fue en los primeros d¡as de noviembre, se instal¢ una ratonera en la casa hasta que el apareci¢ al otro d¡a de ma_ana a eso de las 10. Llamamos a la Compa_¡a y de la Compa_¡a vinieron a buscarlo.

Pregunta: Se efectuaron otras detenciones?

Respuesta: S¡. Se detuvo tambi’n a Luis Alonso, a Rosario Pequito Machado, a Germ n Steffen, a su hijo Rony Steffen, a Marlene Chaunquet. A Ana Salvo.

Pregunta: Usted presenci¢ los interrogatorios a estas personas?

Respuesta: Yo presenci’ el interrogatorio de Rosario Pequito Macha-do. Fue torturada en el «tacho» como se le llama all  comonmente. Nosotros le dec¡amos tacho porque es un tanque cortado a la mitad y con agua, con una tabla para acostar a la persona y que la cabe-za de la persona quede dentro del agua. Con una capucha impermeable. As¡ estuvo un d¡a. Luego fue esposada, con las manos en la espalda y esas esposas colocadas en un gancho que colgaba del techo y con los brazos levantados del cuerpo, separados del cuerpo. Se la mante-n¡a desnuda. As¡ estuvo 4 d¡as. Se desmayaba, entonces la sacaban de ah¡ una me-dia hora, la reanimaban y era vuelta a colocar ah¡.

Pregunta: Qui’n particip¢ en las torturas?

Respuesta: El Capit n Ramos era el que dirig¡a el interrogatorio en la Compa_¡a. El Capit n Eduardo Ramos es el Jefe de la Secci¢n T’cnica de la Compa_¡a de Contrainformaciones. Estaba ‘l y unos compa_eros m¡os, subalternos.

Pregunta: De qu’ eran acusadas estas personas?

Respuesta: Bueno, estas personas distribuyen en Uruguay un diario clandestino que se llama «Compa_ero» que es del Partido por la Vic-toria del Pueblo.

Pregunta: C¢mo continu¢ el operativo?

Respuesta: A partir de los interrogatorios se sabe que algunas de estas personas tienen contactos en Porto Alegre. All¡ nace la idea a nivel de oficiales de venir a Porto Alegre inmediatamente a pren-der esas personas, a agarrar esos contactos, sin tratar de antemano con la polic¡a de Brasil. Fue lo primero que se trat¢, de venir a Porto Alegre clandestinamente.
Luego el Jefe del Departamento II, el Coronel Calixto de Armas en aquel momento, dijo que no, que eso era imposible, que era necesario contactar a la polic¡a brasile_a.

Pregunta: El Coronel Calixto de Armas consult¢ a sus superiores para tomar contacto con la polic¡a brasile_a?

Respuesta: No consult¢ con nadie. No pas¢ del Departamento II. El Coronel de Armas es una persona muy fuerte. Adem s es una persona muy bien conceptuada a nivel de sus superiores, como una persona muy firme, como un militar con buena capacidad de mando. El hab¡a estado como Agregado Militar en Paraguay, si no me equivoco en el a_o 1976, antes de haber estado en este puesto del Departamento.

Pregunta: C¢mo se tom¢ contacto con la polic¡a brasile_a.

Respuesta: S’ que el Coronel de Armas se puso en contacto con alguien en Porto Alegre, con un Coronel tambi’n. Nunca o¡ el nombre. Se tra-taba que no se supiera el nombre. Eso lo s’ por una conversaci¢n que tuve con un sargento, mano derecha del Capit n Ferro. Es el sargento Miguel Rodr¡guez.
Primero viajaron a Porto Alegre a combinar el operativo el Capit n Eduardo Ramos y el Mayor Bassani, que en ese momento estuvo durante una semana como Jefe interino de la Compa_¡a, porque el Mayor Car-los Rossel, que es el Jefe, en ese momento no estaba.
Despu’s tambi’n viaj¢ el Mayor Rossel a arreglar otros detalles. En esa oportunidad se estableci¢ un c¢digo especial para este caso, para las comunicaciones por telex entre Porto Alegre y la Compa_¡a.

Pregunta: C¢mo se realiz¢ el viaje hacia Porto Alegre?

Repuesta: Viajamos en un cami¢n de 3 toneladas que fue cedido por el interventor de CADA (Comisi¢n Administradora de Abastos) , que es el Capit n Armando M’ndez, que es un Capit n integrante de la Compa_¡a -tambi’n. Es una persona de la l¡nea muy dura. Una persona como el Capit n Ferro, as¡. En el cami¢n iban los cuatro detenidos, Luis Alonso, Rosario Pequito Machado, Steffen y Marlene Chanquet. Iba -tambi’n una camioneta Kombi amarilla… famosa esa camioneta. Porque es en ella donde se llev¢ a los ni_os de Lili n Celiberti y cuando los integrantes de la OAB fueron a Montevideo esa camioneta permanec¡a guardada, no pod¡a salir ni un momento a la calle. Porque es una camioneta que en Montevideo es muy llamativa. Es una camione-ta kombi nueva, amarilla, tipo furg¢n. Es propiedad de la Compa_¡a. Y tambi’n iba un Fiat 128.
En el cami¢n iban los cuatro detenidos, encapuchados y esposados y subalternos los iban vigilando.
Los oficiales Yannone y Ferro iban en el Fiat. Y en la Kombi iba un compa_ero m¡o y yo. Se trajo la Kombi porque se preve¡a que se iba e llevar mucha gente ah¡.
Salimos y paramos en la frontera del Chuy. Steffen hab¡a dicho que iba a hacer un contacto en la frontera, pero ese contacto no se produ-jo; qued’ entonces con Steffen en el Hotel de San Miguel y los dem s siguieron para Porto Alegre.

Pregunta: Ingresaron en los veh¡culos uruguayos a Brasil?

Repuesta: No. Desde la Polic¡a Federal brasile_a los trajeron a todos -a Porto Alegre. Creo que fueron en veh¡culos de la Polic¡a Federal. -Pero quiero aclarar que yo no vine a Porto Alegre.

Pregunta: Qui’nes viajaron con los detenidos a Porto Alegre? Podr¡a informar con qu’ documentaci¢n viajaron los oficiales?

Repuesta: Con los detenidos viajaron Yannone y Ferro. Ellos llevaban juego de documentaci¢n falsa que se les hab¡a preparado en la Compa_¡a. Recuerdo que el nombre del Capit n Ferro era Folca.

Pregunta: Usted qued¢ en San Miguel con otras personas?

Repuesta: Todo personal subalterno. Despu’s pasaron como tres d¡as y ellos volvieron. Volvieron los oficiales, los tres detenidos, Lili n Celiberti y los dos ni_os y Universindo Rodr¡guez. A nosotros nos llevar-on para que fu’ramos a buscarlos a la Polic¡a Federal brasile_a. Ellos llegaron a la frontera y se alojaron en la Polic¡a Federal brasil-e_a. Estaban en dos habitaciones dentro del edificio, porque estaban divididos. A los ni_os los ten¡an aparte. A los dem s los ten¡an juntos, todos encapuchados y esposados.
Nosotros fuimos a buscarlos y los llevamos todos a San Miguel y esa misma noche Lili n Celiberti con el Capit n Ferro volvieron para Brasil. -Con el Capit n Ferro y con los brasile_os. Yannone qued¢ esa vez.

Pregunta: Conoce a los brasile_os que fueron hasta San Miguel?

Repuesta: Ah¡ fue cuando yo vi a Didi Pedalada, pero a los otros dos no se quienes eran.

Pregunta: Por qu’ volvi¢ el Capit n Ferro con Lili n Celiberti a Porto Alegre?

Respuesta: Lo que se dijo all  es que iban a ver si pescaban un con-tacto que hab¡a al otro d¡a en el apartamento de Lili n. Luego no pas¢ mucho tiempo que volvieron otra vez para la frontera. Llegaron a San Miguel de madrugada y a la ma_ana siguiente nos fuimos para las caba_as de Santa Teresa. Salimos para Santa Teresa porque en San Miguel est bamos muy cerca de la frontera. Eso fue lo que dijo Ferro. Al parecer fue por el problema con los periodistas.

Pregunta: D¢nde permanec¡an los ni_os en todo ese per¡odo?

Respuesta: En San Miguel yo no los vi. Estaban encerrados. Hab¡a un compa_ero m¡o que estaba encargado continuamente de estar con ellos.
En Santa Teresa estaban en una caba_a separada de la que ocupaban el resto de los detenidos. A Lili n no se le permiti¢ ver a los ni_os.

A qui’n pertenecen las caba_as usadas en Santa Teresa como lugares de detenci¢n?
Pertenecen al Comando General del Ej’rcito. En esas caba_as en ‘poca de verano, de playa, vienen los oficiales dependientes del Comando General del Ej’rcito a veranear.

Para usar el hotel de San Miguel y Santa Teresa, se pidi¢ autorizaci¢n a la Regi¢n Militar N¡ IV?
A la divisi¢n N9 IV no se le pidi¢ autorizaci¢n ni nada por el estilo. Una, porque esta era una operaci¢n secreta. Y era secreta incluso a nivel de Ej’rcito.
Ahora, para usar esos lugares se habl¢ con el Jefe del Parque de Santa Teresa y San Miguel. Porque San Miguel pertenece a la misma Comisi¢n de parques. Esa persona era en ese entonces el Mayor Nery Castel-lanos que fue el que autoriz¢ que se usaran las caba_as y el lugar donde estuvimos en San Miguel. En Santa Teresa se ocuparon dos caba_as. En una estaban los ni_os. En otra, de dos pisos, estaban los detenidos, las mujeres en un lugar los hombres en otro.

Fueron los detenidos torturados en Santa Teresa?
Lili n Celiberti fue torturada. Le preguntaban continuamente nombres, nombres de m s personas que estuvieran en Brasil. Quer¡an nomb-res con urgencia.

C¢mo fue torturada Lili n Celiberti?
Eso es muy f cil. Lo principal es tener una capucha imperm-eable. Ah¡ dentro se lleno un tanquecito con agua. Era medio improvis-ado pero servia.

Pensaban regresar a Brasil a detener otras personas?
Quer¡an nombres para pas rselos al DOPS. Al parecer quer¡an el nombre de ese Lalo que nadie conoc¡a. Tambi’n ped¡an nombres de la gente que estaba en Europa. Porque ellos dec¡an que en Brasil estaba el brazo armado del Partido por la Victoria del Pueblo y que en esos d¡as iba a venir gente de Europa para hacer contactos.

Cu ndo y en qu’ lugar fueron detenidas todas estas personas a su regreso a Montevideo?
Estuvimos m s o menos hasta las 7 de la tarde en Santa Teresa y de ah¡ salimos para Montevideo. Fueron todos los detenidos jun-tos en el cami¢n de CADA; incluso con algunas pertenencias que se hab-¡an tra¡do de Porto Aleare. Aparte de ropa se llevaron una radio grabador, una c mara fotogr fica, una m quina de escribir. Todo eso qued¢ en poder de la Compa_¡a. Los detenidos iban encapuchados y esposados y se los vigilaba para que no se comunicaran entre si. En la Kombi iban los ni_os y en el auto los oficiales. Llegamos a eso de las 12 de la noche a la Compa_¡a. Ah¡ todos los de-tenidos quedaron en la Compa_¡a, salvo los ni_os que fueron llevados a un apartamento en el centro de Montevideo.

A su regreso a la Compa_¡a los detenidos fueron otra vez torturados?
S¡. Se los volvi¢ a interrogar y torturar en la Compa_¡a. Eso se hac¡a en un taller mec nico La. persona cuando va a ser tortu-rada se la lleva para el taller mec nico. Cuando se interrogaba a alguien se pon¡a la radio a todo volumen porque a unos 30 metros del taller ha-b¡a una casa. Pienso que igual, para las personas que viv¡an alrededor ten¡an que haberse dado cuenta, porque los gritos no se escuchaban pe-ro la radio era algo que… Nosotros mismos sab¡amos cuando lleg ba-mos a la Compa_¡a sab¡amos que se estaba interrogando porque la radio estaba a todo volumen. La gente que viv¡a en los alrededores ten¡a que darse cuenta que habla algo de eso porque ve¡a a uno haciendo guar-dia con una camisa militar y con un pelo por los hombros.

Qui’nes estaban en los interrogatorios?
El Capit n Ferro. Incluso Rossel tambi’n.. . El Mayor Rossel es muy conocido por la madre de Lili n ya que iba con bastante frecuen-cia a hablar con ella.

Usted estuvo presente en el Juzgado cuando se le tomaron de-claraciones a Lili n Celiberti y Universindo Rodr¡guez? Conoce o tie-ne referencias del Juez Militar Coronel (R) Carlos Gamarra, del Juz-gado de Instrucci¢n de Primer Turno?
No yo no estaba presente ni conozco a ese Juez. Lo que s¡ puedo decirle es que un d¡a pidieron con toda urgencia que se les saca-ra fotos a Lili n y Universindo para hacerles documentos: Yo fui a sa-carle fotos a Lili n. Ellos todav¡a estaban en la Compa_¡a. Despu’s se les prepararon dos juegos de c’dulas. A los ni_os tambi’n se le hicieron documentos falsos. Un compa_ero m¡o les fue a sacar fo-tos al apartamento donde ellos estaban.
Yo supe por comentarios que esos documentos era para presentarlos al Juez. A mi me mandaron sacarle una foto al pasaporte de Universindo Rodr¡-guez, que era un pasaporte espa_ol. Y despu’s me mandaron sacar foto de otro pasaporte y era el mismo, a diferencia que se ve¡a que uno era mas viejo que el otro. O sea que a ‘l le hicieron otro pasaporte igual al que el ten¡a. No s’ si es que habla un problema de vencimiento del pasaporte, no puedo recordar. Recuerdo que cuando las c’dulas fue algo extraordinario que les hicieron dos juegos de c’dulas. Yo vi cuando es-taban haciendo las c’dulas. Traje fotos de todos esos documentos que est n en el diario «Zero Hora» de Porto Alegre.

Usted sabe si esos documentos fueron enviados a Brasil adjunta-dos a la carta rogatoria enviada por el gobierno uruguayo?
No se, no s’ que es la «carta rogatoria». Yo de eso no tuve conocimiento.

A Lili n Celiberti y a Universindo D¡az se los acus¢ de ha-ber pretendido entrar clandestinamente en Uruguay portando armas. Qu’ sabe de eso?
Ah !. Eso fue muy f cil. Se tomaron varias armas de la Compa_¡a y se les sac¢ una foto. Despu’s eso se mand¢ para el Juzgado.

C¢mo supo Usted de eso?
Yo mismo saqu’ ‘sa foto. Despu’s, en un comunicado que sali¢ en la prensa, se dijo que ellos ten¡an una valija con doble fondo donde ven¡an las armas. Adem s. se fotografiaron los diarios «Compa_ero» que es del Partido por la Victoria del Pueblo.

El comunicado que fue distribuido a la prensa, qui’n lo elabor¢?
Ese comunicado lo prepar¢ la misma Compa_¡a. Se prepar¢ por orden del Capit n Ferro.

t Esto fue consultado con el Comandante en Jefe?
No tengo idea, no s’. Pero por lo menos fue consultado con el Jefe del Departamento II, el Coronel Calixto de Armas.

C¢mo es posible que la Compa_¡a de Contrainformaciones fabri-que documentos extranjeros falsos?
En la Compa_¡a hay much¡simos pasaportes extranjeros. Lo que no s’ es como los han conseguido. S’ que hay pasaportes de muchos, pero de muchos pa¡ses. No s’. Se comprar n… Como tambi’n hay formula-rios para hacer c’dulas argentinas. Con los sellos no hay problema por-que hay una casa en Montevideo en que la Compa_¡a manda hacer sellos tipo visa. No recuerdo cu l es la casa, pero es una casa de sellos, placas. En ese sentido en la Compa_¡a hay mucho material, hay muchos sellos tipo visa.

Cierta vez, nosotros le hicimos una c’dula falsa al Comandante en Jefe del Ej’rcito, Queirolo, que todav¡a debe tenerla, con su propio nombre. El dec¡a que era muy frecuente que ‘l ten¡a que sacar su c’dula y an-dar ense_ ndola y andar permitiendo su c’dula a otras personas y que su c’dula estaba quedando muy manoseada y que a ‘l no le gustaba que le manosearan la c’dula. Entonces mand’ hacerla a la Compa_¡a, mand’ hacerla urgente. Fue un caso muy especial porque el no quer¡a poner su impresi¢n dactilar, ni quer¡a sacarse foto, ni quer¡a firmar, pero que le llevaran la c’dula pronta. Eso fue el a_o pasado. Fue un trabajo f cil. Aparte, qui’n le va a decir nada al Comandante en Jefe porque tenga un documento falso, verdad?, con su propio nombre. La foto s¡. Empec’ por sacarle una foto a la foto de su misma c’dula, porque ‘l mando su c’dula para que la vi’ramos y se la mand ramos de vuelta. Es-taba nueva. Bueno, le saque una foto a la foto de la c’dula, pero tam-bi’n dijo que no quer¡a ese registro fotogr fico, la tablilla. No quer¡a esa tablilla en la foto. Entonces para hacer una ampliaci¢n de la foto que saque de la c’dula, la foto no sal¡a con nitidez. En-tonces nosotros agarramos el nomero de la c’dula de ‘l, hicimos una solicitud a la Polic¡a, pidiendo fotos de tal y tal nomero de c’dula. Entre ellas metimos el nomero de c’dula de Queirolo y ellos nos prepa-raron una cantidad de fotos de esas c’dulas. Entre esas vino la foto de Queirolo. Una foto grande, muy n¡tida, la foto de la c’dula misma. Elabore una tablilla, la coloqu’ al costado, le saqu’ una. foto y con eso prepar’ una foto para la c’dula. Es un trabajo muy sencillo.

Volviendo al caso del secuestro. Qu’ se pensaba hacer con Lili n y Universindo despu’s del secuestro? .
Yo una vez sent¡ una conversaci¢n entre el Capit n Ferro y no recuerdo qu’ otro oficial, en la cu l el Capit n Ferro dec¡a: «Trae-mos estos de Brasil y despu’s para evitarnos problemas los liquidamos y ya est «.

Usted particip¢ en alguna circunstancia en actividades que supondr¡an que ellos ser¡an asesinados?
No. Yo creo que no los mataron porque hubo conocimiento de que hubo un secuestro. Como en el apartamento de Lili n Celiberti apa-recieron los periodistas (Claudio, no?) , entonces ya hubo conocimiento a trav’s de la prensa. En Uruguay al principio sobre esto no hubo muchas preocupaciones, porque se pens¢ que en Brasil la prensa iba a ser aca-llada, que no iba a trascender. Pero despu’s el nombre de Pedro Seelig y de Didi Pedalada empez¢ a aparecer continuamente. Supimos que el DOPS estaba teniendo problemas en Porto Alegre. Inclusive el Mayor Rossel viaj¢ a Porto Alegre despu’s del secuestro. Yo s’ de eso porque hubo que ir a buscarlo al Aeropuerto.

Usted tiene conocimiento si el Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, General Gregorio Alvarez, estuvo al tanto de este operativo?.
Eso no s’. Lo que le puedo decir es que en ese operativo particip¢ onicamente la Compa_¡a y s¢lo personal de la Compa_¡a. No participaron integrantes de otras reparticiones. Ahora, cuando empe-zaron las repercusiones del caso del secuestro en Brasil, ya estaba Queirolo como Comandante en Jefe. El Capit n Eduardo Ferro iba con frecuencia al despacho de Queirolo. El Capit n Eduardo Ferro fue la persona que fue vista por los periodistas en el apartamento de Lili n. Y s’ que fue a hablar con Queirolo por ese caso. Fue citado por ese caso por el Comandante en Jefe. El Mayor Rossel tambi’n iba a hablar con ‘l, por ser el Jefe de la Compa_¡a.
Queirolo generalmente imparte ordenes para la Compa_¡a. Cuando ‘l ve que hay algo que merece que se investigue ‘l directamente comunica a la Compa_¡a. Por ejemplo, ‘l tiene seguridad de la Compa_¡a de Contra-informaciones. Tiene por lo menos tres personas que le hacen la segu-ridad personal. Tiene personal de la Compa_¡a en el domicilio.

El General Queirolo o algon otro de sus superiores militares promovi¢ alguna investigaci¢n sobre las denuncias realizadas en Brasil sobre la realizaci¢n de un secuestro de uruguayos en Porto Alegre?
No. No hubo ninguna investigaci¢n. Salvo que algunos de los que participaron en el secuestro fueron transferidos a otras activida-des, por seguridad de ellos. Al Capit n Ferro, que est  actualmente en el SID, el Mayor Rossel que est  actualmente en la Escuela de Inteligencia y al Mayor Bassani s’ que los trasladaron por el problema del secuestro. El Capit n Ramos est  actualmente en la Escuela de Inteligencia. A ‘l lo trasladaron porque cumpli¢ con sus dos a_os en la Compa_¡a. Ellos tienen un per¡odo de dos a_os en cada destino. Ahora. en la Compa_¡a no se trasladan cuando cumplen los dos a_os porque es un cargo impor-tante dentro del Ej’rcito.

De qu’ manera Usted se ha enterado de algunos de los hechos que aqu¡ relata en los que no tuvo participaci¢n directamente?
Bueno, yo me enteraba a veces por las conversaciones. Otras veces porque donde yo estaba trabajando venia alguien y daba las ¢rde-nes delante m¡o. Adem s, entre las personas que estaban al tanto del caso del secuestro de la Compa_¡a todas esas cosas se conversaban.

Usted recibi¢ alguna orden de sus superiores respecto a la necesidad de mantener reserva sobre este caso?
S¡. Despu’s que se hab¡a hecho el operativo se hizo una reuni¢n entre todos los que hab¡an tenido algo que ver con el secuestro. La reuni¢n se hizo con el Mayor Rossel, quien nos dijo que no pod¡amos comentar absolutamente con nadie lo que hab¡amos hecho. Ni siquiera con otros militares.

Cu nto tiempo permanecieron los detenidos en la Compa_¡a?
No recuerdo con exactitud. Un mes, un poco m s de un mes. Despu’s fueron trasladados al Batall¢n de Infanter¡a N9 13.-

A qu’ tareas se dedic¢ Usted durante el a_o 1979?
El ultimo a_o la tarea que ten¡amos era la vigilancia con-tinua de la casa de la madre de Lili n Celiberti. Era pr cticamente la tarea que hubo todo e1 a_o. La vigilancia se hac¡a desde un veh¡culo particular estacionado cerca de la casa de Lili n. Se ve¡an a todas las personas que iban a la casa y se trataba de seguirlas para ver a donde viv¡an. Pero iba muy poca gente, porque ella no ten¡a gente que la visitara, s¢lo familiares o algon vecino que ven¡a a la casa. Adem s, el tel’fono de la madre de Lili n estaba constantemente interve-nido. Ese tel’fono est  intervenido desde Jefatura. Yo lo s’ porque nosotros ten¡amos que ir a buscar las cintas todos los d¡as a la Jefa-tura para traerlas a la Compa_¡a.

Las visitas de la se_ora de Celiberti a su hija eran contro-ladas?
S¡. Siempre hay que ir a colocar micr¢fonos cuando ella re-cibe visitas. En ese caso, el Batall¢n de Infanter¡a N¡ 13 llama a la Compa_¡a y se pide que vaya la persona que va generalmente a colocar micr¢fonos. Luego se transcribe y se escucha lo que se habl¢. Inclusi-ve cuando el Embajador italiano fue a verla se hizo eso.

La Compa_¡a de Contrainformaciones realiz¢ algon tipo de vigilancia sobre la Comisi¢n de la Orden de Abogados de Brasil que estuvo en Montevideo para investigar el caso del secuestro? En caso afirmativo +de qu’ manera esto se llev¢ a cabo y c¢mo Usted tomo cono-cimiento de los hechos?
S¡. Siempre que ven¡a alguien de Brasil, desde Porto Ale-gre, por telex, se comunicaba a la Compa_¡a. Cuando lleg¢ la Comisi¢n de la OAB hasta se avis¢ la hora exacta y el nomero de vuelo. Yo par-ticip’ con otros compa_eros m¡os en la vigilancia de los movimientos de la OAB. De los dem s que particip¢ en el secuestro, ninguno apare-ci¢ en ese d¡a por temor de ser reconocidos, un temor bastante grande. Nosotros fuimos al Aeropuerto, y desde la terraza del Aeropuerto fo-tografiamos a la Comisi¢n. Era un grupo grande, de unas 9 personas, porque adem s de los abogados iban unos cuantos periodistas. Despu’s los vigil bamos desde la Casa de Gobierno. Hab¡amos tres apos-tados en la casa de Gobierno, en el Sal¢n Rojo, en el Segundo piso. En el primer piso est  el despacho del Presidente de la Repoblica. Ten¡amos binoculares, para ver cuando ellos salieran al hall del Ho-tel y ah¡ comunic bamos por radio al otro personal que estaba en la Plaza, o en las calles laterales del Victoria Plaza y ellos se encarga-ban de seguirlos.

Qui’n autoriz¢ el uso de la Casa de Gobierno para la vigilan-cia de la OAB?
Eso ya estaba todo previsto. Nos dijeron: «Ustedes van a Casa de Gobierno, entran, hablan con el Comandante de la Guardia que ya esta todo arreg1ado». No recuerdo quien era ese Comandante, pero es un Teniente del Regimiento de Caballer¡a N’ 1. Es el Regimiento «Blandengues», aquellos que est n en la guardia de la Casa, aquellos que se visten de azul, los «soldaditos».

Tom¢ Usted conocimiento del viaje de otros oficiales a Porto Alegre con posterioridad al secuestro?
Yo s’ que el Mayor Rossel viaj¢ unos d¡as despu’s, pero no s’ con que objetivo. Tambi’n vino el Sargento Miguel Rodr¡guez, que es el mano derecha del Capit n Ferro; acompa_ando con una de las telefonis-tas de la Compa_¡a, a infiltrarse en la casa del Dr. Ferri. Esto yo lo s’ porque le saqu’ una foto a ese Sargento, para una c’dula, justamente en esa ‘poca. Y yo fui a ayudar a un compa_ero m¡o que era un t’cnico en documentaci¢n a hacer esa c’dula. Cuando hacemos esas c’dulas les ponemos nuestras propias huellas, ya que no va a ser detec-tado en el momento. Y vino el Sargento y dijo: «No. Yo tengo que poner mis huellas porque tengo que viajar. A Brasil y si paso por la Polic¡a Federal de pronto hay algon entendido en la materia y puede ver que esto no es as¡». El Dr. Ferri me describi¢ a esta persona y a la telefonista (me mos-tr¢ por la calle a una persona muy parecida a ella) y fue as¡ como yo caigo que era el Sargento Miguel Rodr¡guez el que vino a Porto Ale-gre. El estuvo trabajando en la Embajada en Brasilia en el 74, 75, no recuerdo bien. Por eso es que hablaba muy bien el portugu’s.

Cu l era el objetivo de mandar ese Sargento a Brasil?
Eso no me pude enterar porque era secreto. Yo me vine a enterar porque habl’ con el Dr. Ferri y porque ese documento lo vi hacer. Ellos nunca hablaron de que hubieran venido. Ahora, pienso que era para ver los movimientos del Dr. Ferri. Ellos all  tienen la idea de que el Dr. Ferri es un hombre muy peligroso, peligroso para estas personas que realizaron el secuestro. Tanto es as¡ que all  se habla del Dr. Ferti con mucho respeto y con cierto temor.

Usted se enter¢ alguna vez de algon plan para desmoralizar al Dr. Ferri?
S¡. Cuando se le hizo firmar aqu’l documento a la madre de Lili n diciendo que el Dr. Ferri hab¡a dejado de ser su abogado. Fue una persona de Porto Alegre, un brasile_o, que no s’ quien es porque se mantuvo en un secreto herm’tico, que fue a la casa de Lili n. A esa persona la fueron a buscar al Aeropuerto desde la Com-pa_¡a y del Aeropuerto la llevaron a la casa de la madre de Lili n. Fue el propio Mayor Rossel el que lo acompa_¢ en todo.

M¢nica Escayola
Corresponsal Informativos.Net en Am’rica Latina

Autor

  • JAE
    Jose Escribano

    Responsable de Contenidos en Informativos.Net

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