Guben es una ciudad con 27 mil habitantes en la frontera de Alemania con Polonia. Hasta la unificación de los dos Estados alemanes pertenecía a la Alemania Oriental. En febrero del año 1999 jóvenes de la extrema derecha persiguieron acosando al refugiado argelino Farid Guendoul, hasta que él se murió.
Un año después grupos antifascistas y antiracistas recuerdan su muerte: con discusiones y con un recital de un grupo de música punk de Polonia. Cerca del lugar en dónde murió el argelino se sujeta una placa en recuerdo a la muerte de Farid Guendoul. Después de estas actividades se hace una manifestación por el lugar. Los y las habitantes de Guben reaccionan de formas bien diferentes. Algunos ejemplos de entrevistas realizadas:
1. viejo: «A los extranjeros les dan más derechos que a nosotros. Claro que pueden trabajar. Antes también era así. Antes del 1940 también estudiaban aquí. Venían los negros y estudiaban en Berlín y en Bonn o en todas partes. Pero la juventud alemana necesita ese trabajo».
2. segunda mujer: «+El extranjero nos quita el trabajo?, !no, eso no es verdad! Tiene permiso de estad¡a, pero no tiene derecho de trabajar».
3. primera mujer: «S¡, hay poco trabajo, pero porque se quebr¢ la industria. Siempre se usa eso como justificaci¢n para atacar extranjeros – pero eso no nos autoriza- opino yo. Viajamos a todos lados, los j¢venes tambi’n, y ah¡ piensan que son los reyes. Son extranjeros tambi’n en el otro pa¡s».
Farid Guendoul no quer¡a dar el servicio militar en una situaci¢n de guerra civil en su pa¡s, Argelia. Por eso vino a Alemania. Aqu¡ solicit¢ asilo pol¡tico. En la noche del 12 al 13 de febrero del a_o 1999 Farid Guendoul y sus amigos Khaled Ben Saha e Issaka Kaba fueron perseguidos y acosados en las calles de Guben por 14 cabezas rapadas gritando consignas fascistas.
Saha y Kaba se salvaron. Escaparon heridos. En su huida Farid quebr¢ un vidrio, se hiri¢ y desangr¢. Farid Guendoul muri¢ con 28 a_os. Su novia alemana, en ese momento estaba con tres meses de embarazo.
Muy caracter¡stico y significativo el comportamiento de los polic¡as durante esa noche: Detuvieron a Issaka Kaba. Mientras tanto los neonazis celebraron su «victoria» pase ndose en autos por las calles y gritando consignas fascistas. Al d¡a de hoy se pasean bastante seguido los cabezas rapadas en Guben:
1. primera mujer: «Me dio miedo cuando j¢venes de la extrema derecha marcharon por las calles con sus gritos. Eso ya lo vivimos, conocimos una vez. !No gracias! Yo ya no quiero vivirlo otra vez m s».
2. chico: «Los fines de semana siempre marchan j¢venes. Y siempre gritan algo. Pero +qu’? – no lo pesco».
3. ni_a: «Bueno, no lo llamar¡a manifestaciones de la derecha, pero s¡ gritan consignas derechistas, «Heil Hitler» etc».
Desde el mes de junio del a_o 1999 hay un proceso abierto en contra de 11 j¢venes de la extrema derecha en Cottbus. Ellos est n acusados de homicidio por negligencia, imprudencia. Est n con libertad condicionada. Los motivos pol¡ticos de los acusados se dejan muy de lado casi no se tocan en el proceso.
Un organizador de la manifestaci¢n acerca de eso:
«Podr¡amos hablar de la negaci¢n obstinada del contexto neonazi en el proceso. Por ejemplo: los acusados se refieren a una ideolog¡a derechista tanto en su apariencia f¡sica como en su comportamiento. Abiertamente demuestran su convicci¢n fascista. Ya llamaron la atenci¢n en otro asunto, as¡ tres de ellos fueron detenidos en la noche del a_o nuevo cuando participaron en nuevos tumultos neonazis».
Por lo menos uno de los acusados, Alexander Bode, es un cuadro bien conocido, es del partido fascista NPD. Y uno de los abogados que participa actualmente en el proceso, Wolfram Nahrath, era l¡der a nivel nacional de la Wiking-Jugend, Juventud Wikinga. Esta organizaci¢n pretend¡a unir los j¢venes fascistas hasta que fue prohibida en el a_o 1994.
El alcalde de Guben apoy¢ la instalaci¢n de la placa que recuerda la muerte de Farid Guendoul. Y la alcald¡a incluso declar¢ un programa llamado «Guben: Ciudad que se abre al mundo». Pero por lo general en la ciudad casi no hay discusiones sobre racismo. En el momento de esta grabaci¢n nos llega la informaci¢n de que la placa instalada en homenaje a Farid Guendoulfur fue robada. Esta nos reafirma que hacen falta pasos reales, pr cticos por el lado de los responsables. Las experiencias de habitantes de Guben son estas:
1. segunda mujer: «Un a_o atr s fui al encargado de la extranjer¡a y le dije: +queremos promover la integraci¢n? vivamos juntos con los extranjeros y no uno al lado del otro. Vea todos los pisos vac¡os aqu¡, y los extranjeros en el hogar para refugiados viven con cuatro personas en un cuarto. Fui al diario Lausitzer Rundschau tambi’n. Ellos dijeron que eso no suena mal. Pero no pas¢ nada en todo un a_o. Nada».
2. primera mujer: «Si se mira todo eso, a uno le da miedo. Hay que hacer algo. ¨Pero qu’?
3. primera mujer y pareja: «Si por lo menos respet ramos una persona como persona y la vi’ramos como persona – (otra mujer dice:) s¡, los animales reciben m s protecci¢n – (ahora sigue la mujer anterior:) y que no se vea como extranjero o Berlin’s o Gubinense».
Pero racismo no es solamente un problema de Guben. En otras ciudades y regiones de Alemania se da una situaci¢n parecida. En este pa¡s vale la consigna: fronteras cerradas y una pol¡tica del Estado que clasifica los extranjeros en distintas categor¡as y excluye a muchos de ellos de los mbitos de la vida diaria: con respecto a trabajo, a vivienda, a la participaci¢n pol¡tica etc. Eso complementado con opiniones y acciones racistas de muchos alemanes tuvo como consecuencia m s de cien muertos solamente desde la unificaci¢n de los dos estados alemanes en el a_o 1990. (Euro/YZ/Pp/Vi-Dh/mc)