Una clave fundamental en el matenimiento de una imagen inmaculada de Fraga es el control directo o indirecto de casi todos los medios de comunicación importantes o su descarada anestesia mediante favores económicos. Control directo de la TVG, instrumentalizada partidistamente hasta el ridículo más absoluto, del centro regional de TVE, de las delegaciones de agencias, de las emisoras de radio gallegas o estatales (con la honrosa excepción de la Cadena Ser), de los semanarios (excepto algunos como los de tendencia nacionalista Tempos o A Nosa Terra) y, sobre todo, de la prensa diaria.
A los seis años de mandato de Manuel Fraga, la revista independiente Tempos publicó un informe -nunca desmentido- con datos escalofriantes: en sus seis primeros años de mandato la Xunta había destinado 21.000 millones de pesetas a subvencionar a la prensa gallega. Los tradicionales fondos de reptiles pasaron a denominarse convenios «…para la promoción de la información sobre Sanidad…» «…para la inclusión de una página con informaci¢n de Medio Ambiente…». Campa_as de publicidad, p ginas y suplementos especiales, subvenciones a la reconversi¢n tecnol¢gica, contratos con empresas poblicas, supuestas ayudas al fomento del idioma gallego (uno de los derroches m s escandalosos de la Xunta), concesiones de emisoras, contrataci¢n de programas a productoras de tv de los peri¢dicos, asistencias t’cnicas, patrocinio de coleccionables, compras directas de ejemplares que van a la basura, «incentivos» directos a determinados periodistas, defenestraci¢n y vetos de los independientes incluso en medios privados…
Todo un sistema de control y ayudas no reguladas y, por supuesto, no publicitadas, que garantiza a la Xunta un generoso tratamiento informativo, una ausencia casi total de cr¡tica y la minimizaci¢n vergonzosa de cualquier denuncia o asunto que la propia realidad o la oposici¢n hagan o pretendan aflorar.
Para montar este enorme aparato propagand¡stico Fraga se llev¢ de Madrid al periodista gallego Jesos P’rez Varela, que hab¡a sido, entre otras cosas, director del diario ultraderechista y pro-golpista El Imparcial y que en varias ocasiones tuvo que salir en la prensa gallega desmintiendo que hubiese formado parte de la trama civil del 23-F. Persona de absoluta confianza de Fraga, acab¢ promocionando y entrando en la ejecutiva del PP gallego y en la Xunta como conselleiro de Cultura, Comunicaci¢n y Turismo, lo que le permiti¢ ampliar de forma extraordinaria a otros mbitos m s amplios su capacidad de control e influencia pol¡tica y econ¢mica. El silencio de muchos intelectuales ante el «entrismo» en las instituciones culturales no es casual.
Pablo Salvador