Bueno, ya casi todo se ha dicho, casi todo dije, no se apuren mucho, casi todo. En primer lugar, a nombre del pueblo bolivariano de Venezuela, a nombre de nuestro Gobierno revolucionario, a nombre de todas las instituciones del Estado Venezolano y a nombre de todos quiero expresarles nuestra más cordial, profunda y emotiva bienvenida, Señores Presidentes, colegas y amigos que nos visitan en esta ocasión tan especial.
Bienvenidos todos y bienvenidas todas a esta tierra y en este tiempo. A esta tierra que aquí se hace sabana, en Carabobo, pero que es la confluencia de las montañas, por una parte, que emergen del Caribe, en este pecho caribeño que tenemos, en este frontispicio suramericano; en este lugar y en esta tierra que se hace sabana, que se hace valle y que se hace lago, pero que al mismo tiempo es convergencia de las montañas que vienen de la profundidad de los Andes y de las sierras nevadas; en esta tierra, en esta sabana, en este valle que al mismo tiempo es convergencia de las inmensas sabanas que se abren hacia el Apure, hacia el Arauca, hacia el Orinoco y m s all del Casiquiare hacia el R¡o Negro y el Amazonas si se interna en las profundas selvas de Sudam’rica.
Bienvenidos a esta tierra. Bienvenidos adem s en este tiempo; tiempo tambi’n de torbellinos, de encuentros y de reencuentros, tiempo en el cual los venezolanos hemos decidido por voluntad soberana, pac¡fica y mayoritaria iniciar como hemos iniciado, hace ya m s de dos a_os, un verdadero y profundo proceso de transformaci¢n estructural; de cambios profundos y verdaderos, en los cuales estamos decididos a dedicar toda la vida que nos quede. Transformaciones profundas en el orden pol¡tico, dejando atr s la falsa democracia, dejando atr s generaciones, de d’cadas que casi logran destrozar a Venezuela.
Momento y tiempo de revoluci¢n vivimos en Venezuela. Revoluci¢n afortunadamente pac¡fica, democr tica, pero revoluci¢n sin vuelta atr s. Les damos la bienvenida, adem s, en este d¡a tan memorable de ma_ana, en esta v¡spera del d¡a tan memorable de ma_ana. Ya ustedes lo han se_alado en sus maravillosos discursos, como bien dec¡a Gustavo, que se complementan y giran en torno a la misma idea, a la misma angustia, a la misma esperanza, dec¡a Andr’s.
180 a_os de Carabobo, que el camino nos trajo a Carabobo 180 a_os despu’s. Ahora el camino de Carabobo hace 180 a_os ten¡a una historia ya y luego hizo otra historia, se proyect¢ y dej¢ huella profunda, eran 10 a_os de guerra de liberaci¢n que hab¡a comenzado en 1810-1811, en esta misma ciudad por cierto; esta misma ciudad vio entrar a Miranda victorioso, pero al mismo tiempo herido de muerte, «Venezuela est herida en el coraz¢n», dijo pocos d¡as despu’s de haber tomado a Valencia.
Ese camino largo de Carabobo pas¢, dec¡a tambi’n Andr’s, por la ca¡da de la Primera Repoblica, pas¢ por el dolor del Manifiesto de Cartagena, pas¢ por la Campa_a Admirable y la proclamaci¢n de la Segunda Repoblica en 1813, pas¢ por el a_o horroroso de 1814, pas¢ por la Guerra a Muerte terrible, «espa_oles y canarios, contad con la muerte aun cuando se is indiferentes. Venezolanos, contad con la vida aun cuando se is culpables».
Ese camino que lleg¢ a Carabobo hace 180 a_os pas¢ tambi’n por la emigraci¢n a oriente y pas¢ por la liberaci¢n de Guayana y pas¢ por el Congreso de Angostura y el nacimiento de la Tercera Repoblica, ya era anuncio de Colombia. Ese camino que lleg¢ a Carabobo cruz¢ las sabanas de Apure y del Arauca hacia Boyac el a_o 19, ese camino que lleg¢ a Carabobo, lleg¢ a Carabobo con esa historia, con esa huella, con ese dolor y ese camino que aqu¡ se hizo victoria con ese ej’rcito, el m s grande y hermoso que haya hecho armas en Colombia, sigui¢ su rastro y sigui¢ dejando huellas y ese camino se fue hacia el Sur y cabalg¢ Los Andes, y ese camino lleg¢ a Pichincha, y ese camin¢ y pas¢ por Jun¡n y tramont¢ la Sierra Peruana y lleg¢ a Guamanga en el Alto Pero. Lleg¢ a la Pampa de la Quinua en el Cerro C¢ndor Cunca un mes de diciembre de 1824. Pero no se par¢ ah¡ ese camino, ese camino sigui¢ y lleg¢ a Panam en 1826 con la convocatoria la Congreso Anficti¢nico, y ese camino luego se vino en declive terrible, tenebroso y oscuro y se fue desdibujando en Santa Marta.
El camino se perdi¢, se desdibuj¢; ese camino hab¡a desaparecido. Desapareci¢ durante d’cadas. Hoy cuando estamos amaneciendo un siglo, llegar de nuevo a Carabobo creo que implica llegar con ese morral de recuerdos, de esperanzas, de desesperanzas, de dolores y de alegr¡a y sobre todo con una gran fe en los caminos que debemos construir ahora nosotros, casi doscientos a_os despu’s. Ese camino tenemos que retomarlo de nuevo; no creo que estemos en el eje central del camino, creo s¡ que nos estamos acercando al camino de nuevo, que estamos rescatando nuestras propias ra¡ces y nuestra propia esencia.
La Comunidad Andina de Naciones, ha sido un honor recibir su Consejo Presidencial durante este a_o que ha transcurrido desde la Cumbre de Lima el a_o pasado. Y como ya bien lo dec¡a Sebasti n y todos ustedes amigos y colegas, pues podemos realmente sentirnos satisfechos de lo que en conjunto hemos logrado en este a_o; creo que hemos dado saltos muy importante, no voy a repetirlos, ya los conocemos, en la direcci¢n, en el fortalecimiento. Pero eso no basta, no basta.
Yo a nombre de Venezuela, vengo proponiendo desde hace ya dos a_os, desde que nos vimos en Cartagena de Indias en la Cumbre de 1999, la necesidad de revisar en profundidad el mecanismo de integraci¢n, en este caso la Comunidad Andina de Naciones. Creo que esa tarea est pendiente, creo que ah¡ muy poco hemos avanzado. Nos convoc bamos a una reuni¢n especial presidencial para revisar precisamente el futuro pol¡tico de la integraci¢n de la Comunidad Andina, eso aon no se ha hecho, eso debemos hacerlo, porque la integraci¢n debe estar signada en primer lugar, antes que por los logros econ¢micos, antes que por el impulso del comercio que es vital, es fundamental, pero antes que eso debe estar impulsada y signada por una profunda voluntad pol¡tica, es un problema pol¡tico de integraci¢n, no es un problema econ¢mico, lo econ¢mico debe ser consecuencia de lo pol¡tico, no podemos colocar la carreta delante de los caballos son los caballos de la pol¡tica los que deben impulsar, halar las carretas y los trenes de la econom¡a y el desarrollo. Creo que debemos inyectarle mayor voluntad pol¡tica a la integraci¢n y entonces estar¡amos buscando de nuevo el camino aquel de Panam , cuando Bol¡var convocaba era a eso, Bol¡var no convocaba a una Zona de Libre Comercio, no era esa la convocatoria inicial, seguramente hubiese venido a consecuencia de la integraci¢n pol¡tica; Bol¡var convocaba a Panam con una visi¢n prof’tica, pudi’ramos decir.
Ya desde Jamaica dec¡a en su c’lebre Carta de Jamaica, ya Bol¡var lo dec¡a, prof’tico y visionario: es una idea grandiosa pretender formar de todo el mundo nuevo una sola Naci¢n con un solo v¡nculo que ligue sus partes entre s¡ con el todo, ya que tiene su origen, un origen, una lengua, unas costumbres y una religi¢n para seguir diciendo: qu’ bello ser¡a que el Istmo de Panam fuese para nosotros lo que el de Corintio para los griegos ¥ojal ! Que algon d¡a tengamos la fortuna de instalar all¡ un augusto Congreso de los Representantes de las Repoblicas, reinos e imperios, a tratar y discutir sobre los altos intereses de la paz y de la guerra, un cuerpo pol¡tico. Hoy, cuando el mundo amanece al siglo XXI y estamos apostando a mundos pluripolares, no a mundos unipolares ni bipolares sino pluripolares y los polos de poder est n bien definidos en el mundo, en Norteam’rica, en Europa, en Asia, en Africa y esfuerzos gigantescos para conformar una uni¢n africana, ya lo dec¡a ayer en nuestra reuni¢n con Mercosur el presidente de Mozambique; qu’ nos queda a nosotros sino retomar el camino de la integraci¢n pol¡tica en primer lugar. A mi entender y creo que en esa direcci¢n debemos luchar todos, la Comunidad Andina de Naciones que ha cumplido un papel importante en estas oltimas tres d’cadas y que entra al siglo XXI fortaleci’ndose como ya lo hemos mencionado y como lo sabemos de tanto trabajar, de tanto buscar salidas y alternativas; creo sin embargo que la Comunidad Andina de Naciones debe dar paso en un mediano plazo, no s’ cu nto, a una uni¢n bolivariana de naciones y digo bolivariana no por venezolano, porque en verdad yo soy de los que creo que la patria es esta Am’rica nuestra, en cualquier calle de Lima o de Bogot , o de Quito o de La Paz, en verdad nos sentimos igualitos que en cualquier calle de Valencia o de Puerto Cabello o de Caracas, o de cualquier ciudad venezolana.; ‘sta es una sola Am’rica, la Am’rica bolivariana y all¡ tambi’n debemos retomar e inyectar en el Sistema de Integraci¢n Andino un elemento ideol¢gico, toda batalla requiere una ideolog¡a, +ser importada nuestra ideolog¡a de otras latitudes? No, dec¡a Sim¢n Rodr¡guez originales debemos ser, originales deben ser nuestros m’todos y nuestras leyes y nuestros procedimientos, o inventamos o erramos; creo que no hay ninguna ideolog¡a m s apropiada para levantar la identidad de nuestros pueblos, creo que no hay otra ideolog¡a m s adecuada para orientar el proyecto hist¢rico de nuestros pueblos, para elevar la autoestima de nuestros pueblos, para reinyectar el alma y la esencia de nuestros pueblos que la profunda visionaria e integradora ideolog¡a bolivariana.
Por otra parte, adem s de lo pol¡tico, adem s de la necesidad de inyectarle mayor dosis de pensamiento y acci¢n pol¡tica a la Comunidad Andina de Naciones y buscar dar un salto adelante en lo pol¡tico; adem s de eso, tambi’n debemos revisar, a mi entender, y es una de las propuestas de Venezuela y la ratificamos, los modelos econ¢micos de la integraci¢n.
+Es el neoliberalismo el modelo para integrarnos? No lo creemos desde Venezuela. Desde Venezuela creemos que el neoliberalismo es el camino al infierno, es un camino perverso, que favorece a unas minor¡as y excluye a las mayor¡as. Creo que la historia reciente de nuestro continente m s que lo ha demostrado, entonces tambi’n debemos revisar las estructuras econ¢micas que todav¡a imperan en nuestros pa¡ses, unas estructuras con profundos signos coloniales, de econom¡as de enclave.
Nos hemos especializados en ser exportadores, sobre todo de materias primas, tenemos que hacer un inmenso esfuerzo para romper esas cadenas, esas son las nuevas batallas de Carabobo y de Jun¡n y de Ayacucho y de Boyac y de Pichincha.
El Paraguay, ayer nos dec¡an los empresarios, pues venden el algod¢n, materia prima, porque no tienen los recursos ni el resto de componentes para procesar el algod¢n o la semilla del caf’ colombiano o venezolano o el cacao venezolano o el crudo venezolano o colombiano o ecuatoriano o peruano.
Necesario es que avancemos en nuevos modelos econ¢micos diversificados, productivos, un gran esfuerzo educativo, cient¡fico y tecnol¢gico debemos hacer para lograrlo y en tercer lugar, adem s de lo pol¡tico y lo econ¢mico, en lo social tenemos una deuda gigantesca y no s¢lo gigantesca sino explosiva, peligrosa, que a todos nos amenaza.
La pobreza es la principal amenaza para nuestros pueblos, para nuestros sistemas pol¡ticos, para nuestra democracia. La exclusi¢n social, los grandes abismos, las grandes diferencias entre los sectores pudientes de nuestra sociedad y las inmensas mayor¡as de marginales y de clases medias empobrecidas y proletarizadas. No podemos dejar para ma_ana lo que tenemos que hacer hoy.
Colocar en primer lugar de nuestra agenda el tema social, ya lo propon¡a el presidente Pastrana en Cartagena y luego en Lima el a_o pasado lo aprobamos, pero poco se ha hecho al respecto. No podemos cantar victoria porque el intercambio comercial haya crecido. ¥Cuidado con las corrientes economicistas del neoliberalismo!. Eso no basta, +c¢mo anda la pobreza, c¢mo anda el ingreso de los trabajadores y de la familia. C¢mo andan los ni_os desnutridos y los ni_os de la calle. C¢mo anda la vivienda del pueblo o las viviendas del pueblo? ¨Qu’ anda diciendo la gente en las calles; c¢mo andan los campesinos all en la sierra y en las monta_as y en las sabanas? ¨C¢mo andan los pescadores a la orilla de los r¡os o a la orilla de los mares? ¨C¢mo andan las amas de casa. C¢mo andan los ni_os en las escuelas? ¨C¢mo andan los j¢venes en los liceos; estar n en los liceos y en las escuelas, o estar n en las calles buscando sustento para vivir?
¨C¢mo est la salud. C¢mo andan los niveles de desnutrici¢n de nuestros ni_os y de nuestros pueblos? ¨C¢mo anda la esperanza de vida al nacer en nuestros pueblos? ¨C¢mo anda el desempleo, c¢mo anda el subempleo? A esas preguntas hay que darle respuestas urgentes. No podemos dejarlas para ma_ana.
Entonces, en lo pol¡tico, en lo econ¢mico y en lo social tenemos un inmenso desaf¡o por delante, y me parece muy bueno que comencemos el siglo debatiendo todos estos temas; hoy los debatiremos en el poco tiempo disponible que tenemos, y ma_ana por la ma_ana antes de ir al desfile del 180 aniversario de la Batalla de Carabobo y D¡a del Ej’rcito Venezolano.
Quer¡a hacer estas reflexiones para agregar esa angustia que nos carga, para reconocernos y sentirnos satisfechos de los logros obtenidos; pero al mismo tiempo, para recordar que son muy peque_os cuando los comparamos con el inmenso compromiso que tenemos. Estoy seguro que lo lograremos, estoy seguro que cuando nos veamos aqu¡ en Carabobo el a_o 2021 para conmemorar los 200 a_os de aquella Batalla, nuestras Naciones, nuestros pueblos estar n mucho m s cerca del camino de Carabobo, y m s all de Carabobo. El camino de la independencia, de la justicia, de la igualdad; ya lo dec¡a Bol¡var tambi’n con su visi¢n prof’tica: «Mirando por entre las pr¢ximas edades mi imaginaci¢n se fija en los siglos futuros, y ya veo desde all esta inmensa regi¢n ba_ada por los oc’anos, sentada sobre el tema de la justicia y coronada por la gloria, mostrar al mundo antiguo la majestad del mundo moderno».
Termino citando con una gran fe, con una gran alegr¡a, con una gran felicidad por este encuentro en Carabobo, agradeciendo a ustedes queridos y excelentes amigos y excelent¡simos Presidentes, Primera Dama y Primeras Damas, Ministros, Cancilleres, Delegados; hombres y mujeres que han venido a este encuentro; agradeci’ndoles infinitamente este Encuentro de Carabobo, termino adem s de darlas la bienvenida como ya la he dado a esta tierra, en este momento, en este lugar y en este tiempo, recordando algo que recoge quiz s todo esto, citando una frase de un gran escritor venezolano recientemente fallecido, que fue testigo del siglo XX y vio el amanecer del 21, Arturo Uslar Pietri; en alguna ocasi¢n escribi¢ una frase: «Cuando el camino lleg¢ a Carabobo, iba Bol¡var adelante y obligaba mucho». Hoy tenemos a Bol¡var detr s, y la obligaci¢n no ha hecho sino crecer. Vamos pues desde Carabobo hacia el futuro grande de nuestra integraci¢n bolivariana. Much¡simas gracias queridos amigos.