La historia trata de un emperador, Kuzco, que es convertido en llama debido a que su maligna asistente (Yzma) quiere así remplazarlo en el trono. Transformado en auquénido él acaba en la selva y es ayudado a sobrevivir gracias a la ayuda de un campesino (Pacha) a quien previamente el emperador había tratado mal pues quizo desplazar a su aldea para edificar una villa imperial. Pacha y el inca devenido en llama logran eludir cocodrilos, panteras y otros peligros. Yzma y su secuaz Kronk inician una persecución para dar con la llama Kuzco y éste logra darse cuenta de lo que pasa. Al final Kuzco regresa a su estado natural y derrota a sus usurpadores. Después de haberse transformado en varios animales Kuzco aprende la lección de no ser arrogante y ser más sensitivo con su pueblo.
Desafortundamente, la imagen que presentan los estudios Disney totalmente deforma lo que fue el mayor imperio que se desarrolló en el hemisferio sur. El incario tenía una economía no mercantil y se basaba en comunidades rurales relativamente igualitarias que rend¡an tributo en hombres, tierras y productos al aparato militar y religioso de un d’spota. Disney nos presenta el Tawantinsuyo de hace 5 siglos como una versi¢n del mundo capitalista y mercantilizado norteamericano actual. La gente asiste a restaurantes de comida r pida y hay laboratorios con probetas e instrumentos que jam s existieron en el mundo pre-hisp nico.
Muchas de las indumentarias, emblemas y edificios presentados por Disney no son propiamente incas sino de otras culturas de la costa andina como los Mochica, Nazca o Chimoes. Algunos nombres no son quechuas. Jam s ninguno de los 14 incas se atrevi¢ a llevar el nombre de Cuzco pues ‘ste es el nombre de la capital imperial. En el Tawantisuyo las mujeres no ten¡an mucho poder y no pod¡an tener corona. Yzma, una bruja blanca con razgos ajenos a la poblaci¢n pre-colombina, logra convertirse en todopoderosa mandataria.
Muchos tienden a ver en Disney una hermosa f brica de entretenimiento para sus hijos. Desgraciadamente, Disney no trata de tener las m s elementales sujecciones a la realidad. Su pel¡cula anterior, Dinosaurs, pone en un mismo terreno a dinosuarios que vivieron en distintos continentes y separados por decenas de millones de a_os con lemures que s¢lo aparecieron cuando los dinosaurios se extinguieron. El malo de la pel¡cula es un Carnotauro, un dinosaurio encontrado en Argentina y Pero, que se enfrenta a una decena de pac¡ficos animales vegetarianos que vivieron en espacios y tiempos distintos.
«Las locuras del emperador» al igual que las dem s pel¡culas de dicho estudio har n reir a chicos de todas las edades, pero es importante que los padres puedan hacerles ver a sus hijos cual es la realidad que queda tergiversada por la magia Disney.
Por Isaac Bigio
Investigador y profesor de la London School of Economics & Political Sciences.