La pobreza está extendida por el continente, y al interior de un gran número de países, hecho que despierta el importante problema de cómo se dirige la equidad en la agenda del desarrollo. Las instituciones financieras internacionales (BM y FMI) estiman que, para hacer frente al problema de la pobreza, -frica necesita sostener una proporción de crecimiento económico de aproximadamente de entre un 8 a un 10% por año, más del doble del incremento actual del continente.
Para alcanzar este desarrollo, los países africanos necesitarían obtener una tasa de entre el 25 al 30% de PIB en sus niveles de inversión. No obstante, el crecimiento de la inversión requiere, según el BM, mejor flexibilidad en los recursos de desgravación, así como acciones políticas que potencien la inversión privada extranjera.
Frente a esta situación, el Banco Africano de Desarrollo (BAD) se define como la única institución posible capaz de adoptar una estrategia de ayuda al desarrollo que promueva el crecimiento econ¢mico. El enfoque del Banco sobre la pobreza se enmarca dentro de un contexto global que se centra en las Objetivos de Desarrollo, establecidos por la Comunidad Internacional para el Siglo XXI, objetivos que, segon el Banco, requerir n un compromiso fuerte por parte de todos sus accionistas.
El Banco es un organismo verdaderamente internacional que cuenta con el apoyo fuerte de unos 24 accionistas de Am’rica, Europa y Asia. Tiene una posici¢n econ¢mica muy buena con los mercados importantes.
El Proceso Consultivo del Banco Africano de Desarrollo tiene entre sus prioridades enfocar sus operaciones en el cliente y en ser competitivos en sus funcionamientos dentro del marco de la econom¡a global cambiante. As¡, el desaf¡o operacional al que se enfrenta al Banco Africano de Desarrollo es establecer un nivel global adecuado de pr’stamos y una mezcla ¢ptima de recursos v¡a el BM y el FMI.
Para alcanzar sus objetivos, el Banco tiene que construir el armaz¢n para el crecimiento del sector financiero, as¡ como potenciar la competencia empresarial ind¡gena para garantizar su entrada en el mercado global. En este sentido, el Banco incentivar las relaciones con los accionistas extranjeros m s experimentados e interesados.
Entre otros objetivos, el Banco defiende la descentralizaci¢n fiscal para potenciar la inversi¢n en el continente. En este sentido el Banco juega un papel decisivo vendiendo una imagen correcta que involucre a todos los accionistas para construir un acuerdo general. El Banco, en la l¡nea de su mandato, debe extender su ayuda m s all de las fronteras para que los RMCs, (Pa¡ses Miembros Regionales) integren sus econom¡as en entidades econ¢micas m s competitivas dentro del mercado global.
Para satisfacer las exigencias de sus clientes, el Banco quiere eliminar las barreras arancelarias, as¡ como cualquier otro tipo de impedimentos que dificulten el libre comercio dentro de los RMCs. En este contexto, el Banco trabaja estrechamente con el Banco Mundial para dirigir las Revisiones de Gasto Poblico. Los te¢ricos del BM defienden la idea de que el desarrollo ha de ser impulsado desde el exterior, segon modelo occidental de desarrollo, basado en el productivismo, la econometr¡a y el economicismo, es decir el western way of life, al margen de las realidades y especificidades africanas.
LOS P.A.E., INSTRUMENTOS DEL NEOLIBERALISMO.
Ante el fracaso del ajuste interno llevado a cabo por muchos gobiernos africanos a finales de la d’cada de los 70 y comienzos de los 80 se impuso a los pa¡ses africanos, a partir de 1981, el «ajuste real» o los Programas de Ajuste Estructural (PAE) del Banco Mundial (BM) y del Fondo Monetario Internacional (FMI), convirtiendo el Continente en la regi¢n donde m s se han aplicado los PAE, o sea, 162 programas de ajuste contra 126 en le resto del mundo, entre 1981 y 1993.
El objetivo es la incorporaci¢n neocolonialista y subordinada de -frica en el mercado mundial, con la complicidad de las elites locales, que nunca han planteado los problemas de desarrollo en t’rminos de ruptura. Al ser incapaces de identificar los objetivos, los aspectos, las estrategias, los obst culos externos y los beneficiarios del desarrollo, han entregado sus pueblos al orden neoliberal dominante, con graves consecuencias sociales, medioambientales, pol¡ticas y econ¢micas
Los PAE de las instituciones de Bretton Woods (BM y FMI) financiadas por los pa¡ses capitalistas, tienen como principal objetivo la construcci¢n y el mantenimiento de un sistema capitalista mundial. Los PAE consisten en la imposici¢n de unas condiciones econ¢micas y financieras a los pa¡ses endeudados, para ajustar el comercio exterior, suprimir los desequilibrios financieros y conseguir nuevos pr’stamos del mercado mundial.
En el caso de -frica, estos principios cl sicos se han acompa_ado de la compresi¢n de los gastos poblicos con la supresi¢n de las subvenciones estatales a los bienes de primera necesidad, la devaluaci¢n de las monedas, ilustrada por la del franco CFA en enero de 1994 y la liberalizaci¢n de los precios agr¡colas y del comercio.
Los resultados de esta pol¡tica han estado por debajo de las expectativas, es decir, han producido efectos perversos: la supresi¢n de los d’ficits poblicos ha nacido no del aumento de los ingresos finales, sino de la reducci¢n o eliminaci¢n de los gastos sociales y de las inversiones poblicas; la devaluaci¢n, a menudo, ha llevado a la mejora de los t’rminos de intercambio agr¡cola internos, a favor de los cultivos de exportaci¢n y en detrimento de los de consumo local; el fomento de las exportaciones ha tenido como consecuencia el excedente de los productos b sicos en el mercado internacional, con la subsiguiente ca¡da de sus precios, afectando negativamente las econom¡as monoproductivas y monoexportadoras africanas; las privatizaciones, en la mayor¡a de los casos, han beneficiado a las burgues¡as de Estado, a pasar del monopolio poblico al monopolio privado.
As¡ pues, la ideolog¡a neoliberal impuesta a los pa¡ses africanos a trav’s de los PAE, ha profundizado el subdesarrollo del Continente y ha agudizado los sufrimientos humanos de los pa¡ses africanos a los que se ha sometido a una nueva forma de colonialismo, basada en la planificaci¢n privada internacionalizada, con la subordinaci¢n de los valores humanos a los mercados libres. Producen exclusivamente para el mercado exterior y no para el consumo local. De ah¡ las hambrunas y la desaparici¢n de las selvas costeras africanas reducidas, en treinta a_os, del 1% al 10% en Costa de Marfil, Ghana, Benin y Nigeria.
El fracaso de los PAE viene ilustrado por una serie de evidencias: la ca¡da de la renta per capita de -frica a su nivel de 1960; el agotamiento de los recursos naturales con la destrucci¢n del medio ambiente; la agravaci¢n de los sufrimientos de los m s pobres, perjudicados por el descuido de los aspectos del desarrollo humano, borrando los progresos realizados en la d’cada de los 70. Todo ello mediante la conversi¢n del Estado africano en aliado del capital internacional y en contra de los pueblos.
Existen miles de alternativas a los PAE, entre ellas la integraci¢n regional y la adopci¢n de otro modelo de desarrollo basado en el -ndice de Desarrollo Humano (IDH) No se trata de la integraci¢n regional librecambista, que ha fracasado a causa de los ego¡smos nacionales, los nacionalismos exacerbados y la falta de voluntad pol¡tica, sino de la basada en la orientaci¢n interna de la producci¢n africana y la autosuficiencia colectiva, para luchar contra la dependencia y el subdesarrollo, previa etapa a la incorporaci¢n en el comercio internacional en condiciones aceptables.
En cuanto al desarrollo humano se insiste en el desarrollo social, centrado en el pueblo o en las capacidades humanas: necesidades b sicas, reducci¢n del paro, erradicaci¢n de la pobreza y las desigualdades, educaci¢n, formaci¢n, salubridad, servicios sociales, desarrollo sostenible y duradero…, es decir, un fundamentalismo humanista colectivista y ecologista liberador, contra el fundamentalismo econ¢mico individualista e irresponsable ante toda la humanidad.