La doctora Katerina Dalacoura, experta de la LSE en el Islam, sostuvo que los atentados terroristas no son parte de los principios mahometanos pero que éstos pueden sujetarse a diversas interpretaciones: desde violentistas hasta promotores del pacifismo multi-cultural. No existe una guerra de religiones sino de ideas.
Michael Cox, director de la prestigiosa revista de Estudios Internacionales y profesor del destacado departamento de política internacional de Aberyswyth, sostuvo que los sucesos del 11 de septiembre habían ocasionado un giro reaccionario mundial. Quienes perpetuaron dicho ataque querían protestar por la extrema hegemonía de los EEUU en el mundo pero con su acción no han hecho mas que reforzar ésta. Han logrado provocar la construcción de una coalición internacional anti-terrorista y de una vasta unidad nacional dentro de los EEUU, que el 10 de spetimebre eran impensables. Antes de dicha fecha Busch estaba debutando mal en la presidencia pero después cobra fuerza.
Para Cox es malo que Bin Laden se est’ volviendo tan popular dentro del Islam. Cree que es un grave error compararlo con el Ch’ Guevara pues este oltimo ten¡a objetivos progresivos mientras el millonario suadita quiere una sociedad totalitaria hostil a las mujeres. El tipifica a Bin laden como un clerical-fascista y cit¢ a Le¢n Trotski sosteniendo que el terrorismo es perjudcial en la lucha por una sociedad m s justa. La reacci¢n contra el macro atentado terrorista est conduciendo a un escenario pesimista caracterizado por un reactivamiento del patriotismo norteamericano, ataques a las libertades civiles, la adopci¢n de nuevas leyes peligrosas y dar licencia a la CIA para que asesine personas en todo el mundo.
Lo m s grave es que ha desviado el debate que se daba en torno a los efectos nocivos de la globalizaci¢n en la ecolog¡a y la acentuaci¢n de la pobreza y las desigualdades. Otra cosa mala es que polariza err¢neamente al mundo en dos campos (con EEUU o con el terrorismo). En este panorama que ‘l ve con pesimismo para los progresistas, Cox rescata el hecho que se haya logrado presionar al IRA para que empiece a desarmarse y que probablemente lleve a un reconocimiento de un estado palestino.
La profesora Margot Light, especialista en Europa Oriental, sostuvo que ella condenaba los actos terroristas y al regimen talib n hostil a su g’nero, pero que ella estaba en contra de la intervenci¢n militar en Afganist n por tres rezones pragm ticas.
Una, por que el empleo de uso masivo de la violencia no hace m s que generar m s terrorismo. El uso de la fuerza en el caso de Israel no ha logrado disminuir al Hamas, sino incrementarlo. En el caso chech’n, en el que ella es experta, Rusia ha ido creando en cada oleada de ataques m s y m s hostilidad, y donde los sectores m s pacifistas de la poblaci¢n chechena acaban apuntalando a los rebeldes.
Dos, cree que la coalici¢n anti-terrorista no est libre de haber apoyado otras causas terroristas y no lograr sobrevivir. La Alianza Norte_a es tan terrorista como los talibanes. Los afganos van a resistir la intervenci¢n como ya lo han hecho en otras oportunidades.
Tres, segon Clausevitz toda guerra debe pelearse por objetivos politicos.
Mas, en este caso no hay manera de conseguir las metas pues una guerra contra el terrorismo no tiene fin.
Muchos han hablado de bombardear a Afganist n hasta reducirlos a la edad de piedra, el problema es que este pa¡s ya vive en dicha situaci¢n antes de la incursion estadounidense.
James Rubin, professor visitante de la LSE y asesor del gobierno de los EEUU, defendi¢ la pol¡tica de Washington. El ataque sufrido por los EEUU es el primero que se ha dado en su territorio continental desde 1812. El blanco fue la ciudad de Nueva York, la puerta por la que han entrado muchos immigrantes a ese pa¡s y que por ello tiene especial simbolog¡a. No se trata de cualquier agresi¢n sino de una hecha expresamente contra nuestra patria y por ende se debe responder duramente. Est en juego la defensa de los EEUU.
Los norteamericanos vienen aprendiendo cuan vulnerable es su pa¡s y cuanta gente le odia. EEUU ya no puede mantenerse en una actitud menos intervencionista y ahora debe ayudar a la ONU en el proceso de construcci¢n de naciones. La respuesta ha sido la de construir la m s grande coalici¢n que haya sido encabezaba por Norte Am’rica. Los EEUU ya no es visto como un llanero solitario sino que es parte de una coaliaci¢n, la misma que decidir que es lo positivo para derrotar al terrorismo.
El 11 de septiembre ha dado paso a un nivel de unidad nacional que no se podia predecir d¡as antes. No ha habido mayor debate en los EEUU debido al impacto. Todos los civiles de todos los credos se han unido.
William Wallace, professor de Relaciones Internacionales de la LSE, abord¢ el tema de la actitud europea ante el conflicto. Para ‘l los ex imperios ultramarines coloniales del viejo mundo tienen una perspectiva distinta a la de los EEUU. La experiencia les ha mostrado el camino de la diplomacia y del mantenimiento de la paz antes que el frontal intervencionismo. Europa tiene una gran poblaci¢n mahometana y colinda con el Africa del norte y el medio oriente, cuestiones que deben moderar su actitud. Wallace considera que Arabia Saudita posiblemente tenga que colapsar pues su sociedad se basa en un sistema autoritario religioso que ha producido fen¢menos como el del saud¡ Bin Laden.
La mayor destrucci¢n de Afganist n ha sido perpeturuada no por la intervenci¢n sovi’tica sino por las propias fracciones mujahedines (muchas de las cuales ahora est n en la Alianza Norte_a).
Como cristiano ‘l se horroriza de todas las atrocidades cometidas por los cruzados y otros movimientos fundamentalistas cat¢licos. Todos los fundamentalismos religiosos son da_inos pues la alternativa es una sociedad liberal.
Chris Brown, professor de la LSE de relaciones Internacionales, no cree que lo acontecido desde el 11 de septiembre implica un enfrentamiente entre occidente y el resto del mundo, ni que tampoco se haya cambiado el nuevo orden global. Tampoco considera que se trata de una guerra contra el terrorismo, sino que es fundamentalmente una cacer¡a de piratas. Brown traz¢ una analog¡a con la actitud de las potencies que persegu¡ana los piratas y atacaban a quienes le daban cobijo.
El fundamentalismo isl mico no es una amenaza contra los EEUU sino contra sus ciudadanos. El nuevo terrorismo se distingue del de la red de guerrillas marxistas de hace tres d’cadas. Entonces terroristas alemanes o japaneses se entrenaban junto a palestinos en campos de Jordania. Esos grupos armados buscaban ganar a la poblaci¢n y trataban de respetar a los inocentes, pero en este caso los islamistas no respetan a los civiles y su convocatoria es excluyente.
La Antigua guerrilla buscaba eliminar al capitalismo y no a los civiles, mientras que los fundamentalistas mahometanos no respetan a quienes no son creyentes de su fe. Antiguos guerrilleros como Arafat o Adams pudieron evolucionar hacia hacedores de la paz. Este nuevo terrorismo no va en esa direcci¢n y es m s peligroso y dif¡cil de manejar.
Dentro del poblico hubieron intervenciones sobre quien fue quien cre¢ a Bin Laden y si es que EEUU no estar¡a produciendo nuevos Bin Laden con su apoyo a otras fracciones afganas. Otro cuestionamiento era c¢mo EEUU pretend¡a imponer la paz en otro pa¡s sino podia garantizar la paz y la seguridad en su propia casa. Un postgraduado afgano sostuvo que el macro-atentado terrorista no se di¢ contra la estatua de la libertad sino contra s¡mbolos del poder militar y econ¢mico estadounidense y en protesta contra la pol¡tica exterior de Washington. Un mill¢n y medio de sus compatriotas murieron para socavar la Uni¢n Sovi’tica y ayudar a que el capitalismo gane la guerra fr¡a, pero que los EEUU ha abandonado a su pa¡s.
El debate reflej¢ un amplio abanico de interpretaciones y propuestas que hacen de la LSE un centro del debate global.
Por Isaac Bigio
Investigador y profesor de la London School of Economics & Political Sciences.