Como parte de ese fenómeno Disney ha producido Pocahontas 1 y 2 y las Locuras del Emperador, y Dreamcast æLa ruta a El DoradoÆ. Esta última se supone que se da en 1519 cuando Cortés llega a México. Los protagonistas son dos pícaros que logran apropiarse de un mapa de El Dorado y zarpan de España escondidos en botijas del barco de Cortés que se dirigía a Cuba. En pleno Atlántico y antes de llegar a Cuba los dos aventureros se escapan de una de las caravelas de Cortés junto a un caballo para acabar naufragando curiosamente donde se inicia el mapa (Yucatán). Geográficamente eso es imposible pues Cuba está un millar de kilómetros antes que México. Históricamente es incorrecto pues Cortés zarpó de Cuba y no de Europa para conquistar a los aztecas.
El Dorado es supuestamente un reino maya en el cual hay un conflicto entre el sumo sacerdote ardiente de sacrificios humanos y el gobernante bonachón. Los pícaros españoles son recibidos como dioses y ellos se portan benéficamente aboliendo los sacrificios y defendiendo a El Dorado de Cort’s.
La deformaci¢n del mundo maya no es tan grosera como la que hace Disney ante al Incario en ‘Las Locuras del Emperador’. Sin embargo, hay grandes tergiversaciones. Los grandes centros mayas se extinguieron siglos antes de la conquista castellana y all¡ no exist¡a una dicotom¡a entre el poder religioso y el pol¡tico y ambos estaban concentrados en un s¢lo mando. Los sacrificios humanos eran parte de la tradici¢n mesoamericana y todo gobernante se basaba en ellos. Ningon espa_ol aboli¢ ‘stos en un sentido positivo. La conquista llev¢ al exterminio o la esclavizaci¢n de millones.
La tercera protagonista del film es la hermosa eldorade_a Chel que aparece rob ndose una estatua de oro para supuestamente hacer un negocio. Sin embargo, las sociedades mayas eran pre-capitalistas y se supone que en El Dorado todo era de oro y ‘ste no era una mercanc¡a o un capital.
Un mensaje que puede tener este animado es que los antiguos americanos eran unos incr’dulos que se dejaban estafar por dos europeos que se fing¡an de dioses, los mismos que, a su vez, les traen el enorme progreso de acabar con los sacrificios humanos.
Isaac Bigio
Investigador y profesor de la London School of Economics & Political Sciences.