Rusia quiere que Rabbani siga siendo reconocido como el único presidente afgano y se opone a que él ceda el poder al ex rey Zahir o a cualquier otro pashtú pro-estadounidese. Rabbani tmbién se ha eciclado. A inici0s de los 1970 él fundó el primer partido fundamentalista afgano y se opuso a la transformación de su país en una república (1973) mientras veía como herejías as concesiones hechas a las mujeres. Hoy Rabbani habla de restituir erechos de las mujeres y que la nueva asamblea afgana (Loja Jirga) no sea convocda por reyes anacrónicos sio con elecciones democráticas.
El hombre que hizo carrera combatiendo a la república y los rusos ahora habla de democracia y no hubiese podido volver a Kabul sin las armas del Kremlin. Moscú le secunda pues quiere amenguar a las fracciones afganas proclives a Pakistán y EEUU. Putin se hace de la vista gorda por todos los crímenes de Guerra y vínculos con el opio que tiene Rabbani. Quienes han arrasado Chechenia a sangre y fuego tienen como norte sovacar a los islamistas del Asia central.
Isaac Bigio
Investigador y profesor de la London School of Economics & Political Sciences