En el día de hoy he recibido la carta abierta enviada por el señor Presidente de la República y firmada por el doctor Camilo Gómez Alzate.
Al leer la carta no encuentro respuesta a ninguna de las propuestas contenidas en los últimos documentos enviados por las FARC-EP, para salvar el proceso de paz referidas a temas como: el compromiso del Gobierno de luchar contra el paramilitarismo y presentar resultados eficaces en un lapso de tres meses; suspensión definitiva de los sobrevuelos a cualquier altura en la zona desmilitarizada; suspensión de las órdenes de captura de los miembros del Secretariado que se encuentran en la zona, un pronunciamiento público y directo sobre la opinión del Gobierno acerca del calificativo de organización terrorista que los Estados Unidos le han dado a las FARC-EP; y abordar en la Mesa los temas de Crecimiento Económico y Generación de Empleo y Reforma Agraria.
Durante los días 4 y 5 de octubre trabajamos de manera conjunta para buscar fórmulas que dinamizaran y concretaran el proceso de paz dando origen al Acuerdo de San Francisco de la Sombra. En ningon momento en el transcurso de estas jornadas de trabajo las FARC plante¢ nada relacionado con la pr¢rroga de la zona desmilitarizada, en el entendido de que esta decisi¢n corresponde al Presidente de la Repoblica.
Para sorpresa m¡a, el d¡a 7 de octubre en la alocuci¢n presidencial que anuncia la pr¢rroga de la zona por tres meses, se establecen una serie de condicionamientos a la misma que acaban con las garant¡as para dialogar y violan los acuerdos que dieron origen a la zona.
A partir de esa fecha se incrementan el bloqueo a nombre del paramilitarismo contra los pobladores de la zona impidiendo la entrada de v¡veres, combustible, repuestos y otros art¡culos; los sobrevuelos rasantes sobre los campamentos, caser¡os, carreteras y los cascos urbanos de los Municipios como ha sido constatado por todo el pa¡s.
Afirmar que el Gobierno ha adelantado por convicci¢n y no por exigencia de las FARC, cambios econ¢micos, pol¡ticos, sociales y una dura lucha contra los grupos paramilitares, no se corresponde con lo que ha sucedido en estos tres a_os de di logos. La realidad muestra c¢mo crece el terrorismo estatal y se agrava la crisis socio-econ¢mica y pol¡tica.
Argumenta el Se_or Presidente: «del lado del sistema democr tico estamos todos unidos en el prop¢sito de discutir con las FARC los temas que m s interesan a los colombianos…» No dudo que algunos gremios econ¢micos, gran parte de los jefes de los partidos tradicionales, la mayor¡a de los candidatos presidenciales, altos mandos militares, algunos jerarcas de la iglesia cat¢lica y los grandes medios de comunicaci¢n est’n unidos en la defensa de sus privilegios, del Estado represivo y del r’gimen olig rquico en contra de la Nueva Colombia que agrupa a las mayor¡as del pa¡s que luchan por la paz con empleo, con salud, con vivienda, con educaci¢n, con garant¡as pol¡ticas y con soberan¡a.
Si en esta ocasi¢n la lucha por la paz con justicia social y soberan¡a se ve frustrada por las imposiciones, ser responsabilidad exclusiva del Gobierno y del Estado que usted lidera.
Manuel Marulanda V’lez
Comandante en Jefe de las FARC-EP