Según Cevallos, «æLos muertos también hablanÆ (Nueva York: Editorial Sitel, 1999, 179 pp), es una collección de quince cuentos heterogéneos… Y no es solamente el título de este enigmático texto, sino también un nuevo y paradójico proverbio. En efecto, milenio tras milenio los muertos siguen y seguirán hablando a través de oráculos, como este libro. Y la elocuencia de estos ‘difuntos’ se hace oír en lugares tan disímiles como la Moscú en los estertores de la Unión Soviética, en diversos países del ‘Nuevo Mundo’ (uno de ellos –por supuesto– la República Dominicana), en una travesía por el temible Canal de la Mona, y en la monstruosa Nueva York. Estos muertos hablan ruso, persa, inglés y español. Estos muertos andan tan vivos como el que más. Locuaces occisos que son científicos, inmigrantes, estudiantes, mucamas, pintores de brocha gorda… Interfectos de lengua luenga, muy luenga, que nos revelan la urdimbre de varias patrañas entronizadas y de algunos secretos espinosos…»
NUEVA PRESENTACIÓN DE LOS MUERTOS TAMBI+N HABLAN
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