El mandatario sostuvo que «si el diálogo no sirve para reconstruir al mundo, es inútil. De allí la importancia del Diálogo del Corazón, hay que oír más allá de lo que se puede oír, percibir más allá de lo que se puede percibir».
Luego de dar la bienvenida ôa la Venezuela Bolivariana, mestizaö, a la treintena de intelectuales, académicos y representantes de las sociedad civil que asisten al encuentro, «en un momento histórico de los tantos que hemos vivido, debido a que estamos redefiniéndonos, reconstruyéndonos, en un proceso difícil, hermoso, una República en construcción, una sociedad en reconstrucción».
ôVenimos del caos, de la destrucción progresiva y paulatina y aun recogemos los pedazos de la patria y han llegado ustedes en uno de los momentos cruciales de la historia venezolana, también para el continente y para el mundoö, señaló.
A su juicio, vive el mundo un momento importantísimo. «Se habla del terrorismo y este tema ha ocupado espacios, y aunque este tema no es nuevo, ahora que el mundo se ve estremecido por hechos violentos y por la posibilidad de que esto genere una cadena de sucesos violentos que nos pudieran llevar a la destrucci¢n de la humanidad, ¥qu’ oportuno es este evento!».
Se_al¢ que es igualmente oportuno que la Organizaci¢n de las Naciones Unidas para la Educaci¢n, la Ciencia y la Cultura (Unesco) «haya declarado este a_o como el del Di logo de Civilizaciones, como una extraordinaria manera de comenzar el Siglo XXI, batiendo las banderas de la paz, de la solidaridad, luchando por construir un mundo mejor, para que queden atr s los signos de la guerra, los choques de civilizaciones».
Agreg¢ que «la ONU pod¡a predecir que en este primer a_o del Siglo ¡bamos a vernos amenazados por las bestias desbocadas de la violencia y por eso nos sentimos tan contentos de que Venezuela pueda ser otil».
«S¢lo eso pretendemos ser, en ese proceso, en esa bosqueda de un mundo de paz, que ya anunciaba Cristo hace 2000 a_os, la bosqueda de la verdad, de la justicia y m s all vendr la paz, que no se decreta, al igual que el amor, se construye, se siembra, se batalla, se hace», a_adi¢.
En un discurso en el que abog¢ por la integraci¢n multicultural y multi’tnica, en la que se debe escuchar a todos los sectores de la poblaci¢n, Ch vez sostuvo que «si queremos un mundo de paz, entonces comencemos a luchar por un mundo de justicia, porque no habr paz mientras haya injusticias en el mundo».
Recalc¢ que «hoy m s que nunca hay que repetirlo, dialogarlo, repetirlo en las calles, divulgarlo, el onico camino a la paz es la justicia, porque hay algunos seres en el planeta, especialmente los que tienen mucho poder, que parecieran ser absolutamente sordos y no quieren o¡r el clamor de los pueblos y si no lo sienten, si no lo perciben, +c¢mo va a llegar a su coraz¢n si no llega ni siquiera a sus o¡dos?».
Refiri¢ que es este momento muy «apropiado para inaugurar en este escenario, que tambi’n hace un tiempo fue escenario de otro di logo de civilizaciones, en el encuentro de presidentes de los pa¡ses de la Organizaci¢n de Pa¡ses Exportadores de Petr¢leo (Opep), porque al di logo hay que darle metas».
En esa ocasi¢n, segon record¢, el mandatario de Ir n, Mohamad Jatami, «me coment¢ sobre su propuesta de promover encuentros de este tipo en todo el mundo, incluyendo Asia, el Medio Oriente, Am’rica, Europa, aunque en Am’rica Latina aon no hab¡a nada previsto».
All¡ surgi¢ la idea de ofrecer a Venezuela como sede del inicio de una serie de encuentros «que no deben quedarse en las palabras. Hay que ir a la acci¢n concreta, de todos los d¡as, de impulsar las acciones, las iniciativas que de estos di logos sirvan».
Cit¢ el presidente Ch vez a Sim¢n Rodr¡guez, cuando defend¡a a Bol¡var, diciendo que en el mundo hab¡a dos especies de locos: los que se dan a la tarea de hablar, escribir y pensar y el otro extremo los que se dan a la tarea de guerrear todo el tiempo. Se trataba entonces de buscar un punto de equilibrio entre el pensamiento y la acci¢n, dijo.
«Venezuela se pone al frente para que esto no se quede aqu¡», indic¢, al agregar que «como presidente tengo casi tres a_os, pero he ido a no s’ cu ntas Cumbres y en Repoblica Dominicana dije una vez que los jefes de Estados viv¡amos de Cumbre en Cumbre, mientras nuestros pueblos andan de abismo en abismo».
tCh vez indic¢ que «el esfuerzo est en dialogar y accionar, la acci¢n debe ser transformadora, el di logo debe ser s¢lo un instrumento m s que ayude a transformar, no para conservar lo que existe, porque con ello no estamos conformes porque esto amenaza la existencia».
Record¢ sus palabras en la ONU, donde culmin¢ con una frase recogida de una angustia: «Salvemos al mundo, que es necesario salvarlo porque est en un proceso de destrucci¢n que se ve por todas partes desde hace tiempo y ese no puede ser el camino».
«Hay que repensar al mundo y el di logo se hace vital, producto del pensar y repensar, para decir lo que pensamos, lo que repensamos, el di logo debe ser puente entre el pensamiento y la acci¢n, pero nunca como una actividad meramente intelectual, de autocomplacencia», se_al¢ el presidente Ch vez.
Manifest¢ igualmente que «si el di logo no sirve para reconstruir al mundo, es inotil. Hay que darle utilidad, que sea transformador y por ello no debe haber chantaje ni amenazas por decir las verdades. De all¡ la importancia del Di logo del Coraz¢n, o¡r m s all de lo que se puede o¡r, percibir m s all de lo que se puede percibir».
«M s all del idioma existen miles de maneras de impulsar el di logo y en este acto hemos o¡do muchas reflexiones. ¨Qu’ hemos sido nosotros en la Am’rica Latina y Caribe_a?», se pregunt¢, al mencionar los diversos nombres con los que ha sido llamada la regi¢n.
«La Am’rica Latina, por llamarnos de esa manera, todav¡a se anda buscando a s¡ misma y todav¡a sigue teniendo raz¢n Bol¡var cuando en 1815 dec¡a que no somos europeos, ni asi ticos, ni africanos, somos hermanos de todos, tenemos de todos, no somos americanos del norte, somos un nuevo g’nero humano y dos siglos despu’s todav¡a nos estamos buscando y a veces resisti’ndonos a mirarnos en nuestro pasado», insisti¢.
A su juicio, cada civilizaci¢n tiene su pasado, pero «la nuestra tiene su propio pasado y a veces los latinoamericanos, ilusionados con el discurso de la modernidad, no queremos mirarnos a nosotros mismos. Desde Venezuela decimos a todos que si queremos ser nosotros mismos, entonces debemos mirar en nuestro pasado lo que hemos sido, lo que hemos podido ser y no pudimos, solo as¡, revisando nuestros siglos, el barro de nuestros muertos, las ideas milenarias, creemos que la Am’rica latinocaribe_a podr conseguirse».
Record¢ el jefe de Estado que simb¢licamente llevar los restos del cacique indio Guaicaipuro al lado de Bol¡var, al Pante¢n Nacional, el 8 de diciembre venidero. «Hay quienes no oyen, son pobres porque son incapaces de o¡r el coraz¢n, pero ¥que bello es sentir la vida!», dijo, al referirse a este encuentro que desde este martes sesiona en los salones del Hotel Hilton Caracas.
«No hay diferencias en esta Am’rica, en esta civilizaci¢n al referir que fue el di logo de la negaci¢n, del atropello, el que se impuso cuando se construyeron las repoblicas del continente y sobre ese grito de los ind¡genas se construyeron las repoblicas y lo que hoy llamamos con pretenciones Estados Modernos, que a veces ni son Estados y mucho menos Modernos», indic¢.
Se refiri¢ asimismo al «hermoso di logo del Congreso Anficti¢nico de Panam «, y se_al¢ que realmente Bol¡var no ar¢ en el mar, como lo dijo, porque anda entre nosotros propiciando este nuevo di logo».
Reiter¢ que «nos toca continuar con la misma batalla, abriendo los di logos los que queremos buscar una nueva sociedad de justicia, como lo lanzaron muchos otros a lo largo y ancho del continente. Necesitamos un nuevo di logo, que parta del coraz¢n , de la verdad, que vaya m s alla de la palabra y que recoja el sentimiento, la verdad de lo que queremos, sentimos y aspiramos».
Destac¢ en sus palabras que a su juicio «la globalizaci¢n ya fracas¢ y habr que buscar ahora otros caminos, debido a que con elementos te¢ricos se trata de justificar lo injustificable, pero como lo dijo Ramonette, el mundo tard¢ m s de una d’cada en entender, para descifrar los enigmas de aquel planteamiento irracional y ahora se levantan las protestas antiglobalizaci¢n».
Insisti¢ en que hay que oir a las corrientes de los ind¡genas, agricultores, estudiantes, desempleados, de hombres y mujeres que se oponen a la globalizaci¢n y «es ese el di logo, no podemos negarnos a oirlos y es este el momento, ma_ana pudiera ser demasiado tarde, de que este di logo se convierta en acci¢n trabnsformadora, para crear, inventar para la paz, para la justicia».
«Venezuela anda en eso y hoy se ha convertido en un gran espacio de di logo gigantesco», sostuvo y al hacer referencia a la Constituci¢n Nacional, hizo menci¢n al di logo abierto que la hizo posible, con la participaci¢n de todos los ciudadanos. «Desde entonces en Venezuela se consulta al pueblo y algunos oir n que no hubo di logo para efectuar leyes como la de Tierras y Desarrollo Rural, que ya est aprobada y que ser promulgada el 10 de diciembre venidero».
Al referirse a la Ley de Tierras, explic¢ que la misma fue elaborada «para generar justicia y transformar uno de los aspectos que m s ha pesado en el subdesarrollo venezolano, en el grado de desigualdad tan grande» y aclar¢ que s¡ fueron consultados todos los sectores, aunque «algunos grupos, que se adue_aron de grandes extensiones de tierra, estaban acostumbrados a su propio di logo, pero nunca oyeron ni consultaron a los campesinos, a los pobres, para imponer su di logo y les impusieron un sistema de dominaci¢n del cual estamos saliendo, respetando las opiniones, con moltiples v¡as».
«Algunos siguen pensando que la integraci¢n debe ser en lo econ¢mico, pero los mecanismos de integraci¢n m s bien han funcionado como mecanismos de desintegraci¢n, bajo el esquema del neoliberalismo, del capitalismo», indic¢, al agregar que «necesitamos en Am’rica Latina colocar la caballer¡a al frente: la pol¡tica, la geopol¡tica, la ‘tica y la voluntad de los pueblos al frente».
Hasta ahora a los pueblos de Am’rica Latina no se les quiere consultar, aunque en Venezuela lo estamos haciendo.
«Hay que decir las cosas, respetar las verdades — indic¢, al hacer menci¢n al voto de censura que algunos sectores han solicitado en la Asamblea Nacional contra la vicepresidenta, Adina Bastidas, por haber venido a dialogar en la instalaci¢n del evento nacional del di logo de civilizaciones.
«Todo lo que va a ocurrir debajo del sol tiene su hora», indic¢, al sostener que lleg¢ el tiempo de dialogar con verdades y este es el tiempo de vivir, de crear, inventar, de la vida, hag moslo posible a trav’s de un di logo de civilizaciones.
PRESIDENTE CH-VEZ: EL DIALOGO DEBE SER TRANSFORMADOR Y NO QUEDARSE ALL-
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