Desde nuestra fundación hace 25 años, el SERPAJ AL ha reiterado su lucha contra las causas de la injusticia, que son las que producen las masivas y permanentes violaciones de los derechos humanos a millones de personas en nuestros países.
Esta violencia social y estructural, obedece a un proyecto de sociedad que genera exclusión, explotación y una dinámica en que priman los «buenos negocios y las ganancias» provenientes en buena parte de la industria armamentista,industria que gasta 9.000 dólares por segundo en un solo país.
La humanidad después de la segunda guerra mundial, creyó aprender la lección y ha buscado desde entonces superar la violencia de la injusticia y de la guerra a través del efectivo cumplimiento de los derechos humanos; confiando en los instrumentos internacionales de solución pacífica de los conflictos.
Entonces, no podemos regresar a la barbarie del «ojo por ojoö, ni dejar de lado el principio de que todo ser humano es inocente mientras no se demuestre lo contrario. La obligaci¢n de todo Estado en el marco del derecho internacional es prevenir, investigar, juzgar, sancionar y reparar, utilizando los mecanismos nacionales e internacionales existentes. Debe hacerse justicia amparada al derecho y a la raz¢n. No podemos apelar a la guerra como principio de soluci¢n de los conflictos humanos sean estos ‘tnicos, religiosos, pol¡ticos o econ¢micos.
El presidente de la naci¢n m s poderosa del mundo cuyo pueblo sufre hoy, ha dicho «somos el bien que triunfar sobre el mal» y, nos preguntamos qui’n es el bien?, qu’ es el bien?.
+Es «el bien» que decide presupuestar oficialmente el financiamiento de acciones armadas para derrocar gobiernos, que lanza bombas alcanzando a poblaciones civiles en varias partes del mundo, que decreta ajustes estructurales en la econom¡a provocando la exclusi¢n de millones de personas, despoj ndolas de sus derechos fundamentales y que no acepta los Pactos de Derechos Humanos ni reconoce la jurisdicci¢n de las Cortes Internacionales?
Todos los muertos por la violencia son nuestros muertos, el dolor y el llanto provocados por la violencia, son nuestros tambi’n. No aceptamos la violencia de ninguna manera, bajo ninguna circunstancia ni justificaci¢n. No queremos la guerra, en la que son los pueblos los que ponen y recogen los muertos y los poderosos los que celebran y recogen las victorias».
LA GUERRA ES EL FRACASO DE LA HUMANIDAD
No estamos ante una guerra de civilizaciones, no es una guerra por el exterminio de una cultura o de una religi¢n. Sabemos que la mayor¡a de las personas que profesan distintas religiones y viven en distintas culturas han convivido en forma pac¡fica durante siglos. Es tan peligrosa la promoci¢n de¥ odio cultural, de la xenofobia y del racismo ‘tnico como la guerra misma.
El desastre de una din mica de guerra es inevitable y se volver como «boornerang» contra la raza humana.
Tenemos una responsabilidad ante nosotros mismos, ante nuestras familias y nuestros pueblos. Es la oportunidad para ensayar la construcci¢n de una cultura de paz hacia un mundo nuevo en este milenio.
Proponemos – acompa_ando otras iniciativas – realizar una Campa_a Internacional por la Paz y No a la Guerra, generando una red de acciones conjuntas y simult neas para incidir en los pueblos y los gobiernos en el cambio de sus actitudes y decisiones hacia la soluci¢n pac¡fica de los conflictos. Sugerimos para ello distintas acciones tales como vigilias, recolecci¢n de firmas, foros de intercambio y debate, visitas a representantes de los gobiernos,
declaraciones de l¡deres, etc.
Junto al generoso pueblo norteamericano que hoy recoge sus v¡ctimas inocentes, nos unimos en sentida compasi¢n (con-pasi¢n) por la humanidad, pidiendo sabidur¡a y esp¡ritu de comuni¢n especialmente en nuestros gobernantes y dirigentes, para que, sea la fuerza de la raz¢n y no la raz¢n de la fuerza la que aliente el ma_ana.
Coordinaci¢n Latinoamericana de SERPAJ -AL.
Montevideosetiembre de 2001
Adolfo P’rez Esquivel, Presidente del CHI, Premio Nobel de la Paz; Efra¡n Olivera Lerena, Coordinador General; Gustavo Cabrera Vega, Coordinador Adjunto; Ariela Peralta, Secretaria Ejecutiva.