Tras varios días de sesión, durante los cuales prestaron testimonio poco menos de 200 ciudadanos de varios países, el jurado encontró a cuatro personas, culpables de colaborar con las milicias radicales hutus.
Dos de ellas, son monjas católicas, otro, un profesor universitario y el cuarto, un ex ministro que lanzó arengas incitando a las masacres.
A Sor Gertrudis, madre superiora del convento ruandese, la encuentran responsable de haber entregado 7.000 tutsis refugiados en ese centro religioso a las milicias hutus. De ellos, 500 fueron quemados vivos en el interior de un gran garaje, y la gasolina -según el fallo de Bruselas – fue proporcionada por Sor Gertrudis.
Ahora, el jurado delibera sobre la pena que corresponderá a cada uno de los implicados en la sentencia de culpabilidad.
Pero un análisis más detenido de las consecuencias del juicio, permite establecer que algunos testigos, señalaron la responsabilidad de las metrópolis coloniales europeas en la crisis que atraviesan grandes regiones africanas.
Concretamente, en el caso de Ruanda, que fue posesi¢n belga, recordaron que el gobierno colonial fue el primero en alentar la divisi¢n ‘tnica, implantando documentos de identificaci¢n diferentes para tutsis y hutus. (Euro/QR/Au/Pl-Dh-Vi/mc)
Carlos Iaquinandi Castro