Una quincena atrás Chirac había ganado sin haber llegado al quinto de los votos válidos y con el apoyo de apenas uno de cada siete electores. Su partido (RPR) había conseguido 5,5 millones de votos, habiendo perdido la mayor parte de los 12 millones de sufragios que sacó en la primera vuelta de las presidenciales pasadas (1995). Ahora él ha sido relecto presidente francés con un 82% de los votos, el porcentaje más alto con el cual haya sido nominado un mandatario galo.
La ultra-derecha no ha podido convencer a nuevos electores pues ha obtenido aproximadamente el mismo número de papeletas que obtuvo en la primera vuelta con sus dos candidates (Le Pen y Megret).
Chirac ha casi quintuplicado su votación y se convierte en el primer europeo que llegue a la presidencia con más de 25 millones de votos. En el 2007 Chirac culminará su segundo mandato después de haber servido doce años como presidente (1995-2007), cuatro como premier (1974-76; 1986-88) y dieciocho como alcalde capitalino (1977-95). Ninguna figura francesa habría llegado a tener ese record en la administración del poder.
Chirac se ha beneficiado tremendamente del hecho que los ultranacionalistas desplazaron a los socialistas del segundo turno. Acusado de corrupción, no tenía asegurada una victoria si competía con Jospin.
La Segunda vuelta se convirtió en un pleibiscito en favor o contra Le Pen. Esto favoreció a ambos candidatos. Chirac se convirtió en el símbolo de la unidad nacional. Le Pen sacó mucho menos votos de los que tenía planeado pero logro hacer que el país gire en torno a él.
El 9 y 16 de junio vendrán las dos rondas para elegir a los parlamentarios, las mismas que incidirán en la nominación del nuevo premier. Chirac tratará sacar provecho de su victoria para unir a la centro-derecha y lograr un gabinete que aplique sus políticas evitando una nueva cohabitación con la izquierda. Los socialistas hablan de que se viene la tercera ronda en la cual ellos tratarán de ganar el parlamento para lograr que retorne un nuevo premier y gabinete de la ‘izquierda plural’. El Frente Nacional tendrá menos posibilidades para hacer un parlamento ingobernable. La extrema izquierda, confiada de haber triplicado la votación del Partido Comunista, buscará cosechar dentro de los millones que marcharon en primero de mayo o contra Le Pen.
En la segunda vuelta Francia ha electo a Chirac como su presidente. Mas, ahora falta la ronda final. Esta se llevará a cabo en dos vueltas el 9 y 16 de junio.
La composición del parlamento será clave para ver quien sera el nuevo primer ministro y cual sera la composición y orientación del nuevo gabinete. La extrema derecha ha mostrado que tiene un techo inferior a los 6 millones de electores. Mas, el 82% que votó por Chirac representa un arco iris que va desde neo-liberales hasta ultra-izquierdistas. Ahora esos más de 25 millones que fueron a sufragar contra Le Pen se dividirán.
Chirac necesita aprovechar el momento para formar una mayoría parlamentaria que le permita hacer un gobierno afín. El problema es que los otros candidatos centro-derechistas se niegan a darle un cheque en blanco.
Muchas personas que fueron a votar por Chirac lo hicieron portando guantes o con las narices tapadas. Cientos de miles habían gritado en las calles: votar el ladrón y no por el fascista.
Chirac logró ser electo con el voto de sus adversariosen el centro y la izquierda. Después de haberse valido del éxito inicial de Le Pen para sacar a la ‘izquierda plural’ de la ronda final, ahora los socialistas podrán querer recuperarse usando la ola anti-ultraderecha para volver a ganar el parlamento.
Los socialistas, después de haber sufrido su peor derrota desde 1969 (cuando también quedaron relegados de la segunda vuelta) le echarán la culpa a la desunión de la izquierda y al trotskismo por no haber podido llegar a la ronda final, y buscarán hacer una amplia coalición para poder ganar las legislativas.
Anteriormente la derecha solía desplazar a la izquierda gracias a que en la segunda vuelta de las parlamentarias consitaban el apoyo del lepenismo. En junio es posible que muchos votantes
ultra-derechistas se niegan a apuntalar a la centro-derecha contra la izquierda en la rueda definitiva.
La extrema izquierda siente que ha avanzado mucho. Los trotskistas franceses por primera vez han sacado más votos que su tradicional rival en los sindicatos: el Partido Comunista. No solo que le han triplicado en sufragios sino que con 3 millones de votos se han convertido en la primera fuerza electoral marxista europea. Los trotskistas han sido muy activos dentro de los 1.5 millones que marcharonen primero de mayo y en otras demostraciones antiracistas. Un problema que confrontan es el de su desunión.
Francia no solo está dividida en esos 4 bloques sino que hay muchos grupos que obedecen a intereses espcíficos. El partido de los cazadores obtuvo casi un 5%.
La ventaja de Chirac está en que ha ganado la presidencia y querrá ofrecer un gobierno viable para lo cual pedirá que le den una mayoría legislative propia.
La ventaja de los socialistas es que, pese a haber perdido, podrán tener una mejor votación en el segundo turno de las parlamentarios cuando logren atraer los votos de la extrema izquierda e incluso de alguna de las dos fuerzas de la derecha quienes se enemistaron tanto en los comicios del 5 de mayo.
Isaac Bigio
Profesor de la London School of Economics