Para la UE América Latina no es uno de sus ejes principales. Pese a que al sur de los EU está la región del tercer mundo más occidentalizada, menos convulsiva y más adaptada a los sistemas de democracias liberales, América Latina tiene una participación relativamente marginal en el comercio y la producción mundiales.
Para AL la UE es fundamental. Para los países del cono sur es su principal socio comercial y para la mayor parte del resto es el segundo después de los EU. La UE es quien más inversiones no militares y más asistencia da a AL.
Al tratar de acercarse a la UE, los países latino americanos buscan nuevos mercados para sus productos de exportación y también un contrapeso hacia el creciente dominio de la única superpotencia que queda. Si bien los países de la América Latina y Caribeña están metidos en el proyecto del ALCA y están en la OEA tras Norte América, hay una serie de puntos en los cuales hay diferendos con Washington. Países latino americanos y la UE pueden hacer declaraciones en favor de una nueva relación con Cuba, de respetar los acuerdos ambientalistas de Kyoto, de conformar un tribunal penal internacional, y otros puntos que no son del total agrado de la Casa Blanca.
América Latina y Caribeña es posiblemente la región del tercer mundo que menos violencia política tiene. Insurgencias armadas operan en México, Perú y Colombia. En el primer caso el zapatismo no busca derrocar al poder sino ir presionando a un diálogo. En el segundo la subversión ha quedado muy golpeada. En el caso colombiano el proceso de paz ha quedado trunco pero aún siga abierta una posibilidad para llegar a un entendimiento con el ELN y quizás eventualmente con las FARC.
En la primera cumbre de Río no se habló del terrorismo y en la cumbre iberoamericana de Lima (noviembre 2001) no se explicitó ningún grupo terrorista en las Américas. El incidir en la campaña anti-terrorista ha sido vista por algunos como un intento de no abordar los problemas más centrales: la desigualdad en el intercambio y la pobreza. Los intentos de los presidentes Aznar y Pastrana de transformar a las FARC en terroristas están preparando las condiciones para un escalamiento de la guerra interna en ese país que podría eventualmente crear una repetición de la violencia afgana o balcánica en plena Sudamérica.
El principal escollo para una mayor integración entre ambos continentes es el proteccionismo europeo sobre su producción rural. A pesar que Europa pide que América Latina abra más su comercio interno, la UE restringe las visas para que los latinoamericanos puedan ir hacia esos países y mantien aranceles altos para los productos agropecuarios generando graves pérdidas para exportadores del tercer mundo.
Chile y México son quienes más lejos han llegado en hacer acuerdos de libre comercio con la UE.
El intento de crear un acuerdo estratégico EU-LA tiene como objetivo permitir que ambas regiones increcienten su intercambio comercial, al mismo tiempo que logran márgenes de autonomía sobre su común aliado estadounidense.
El gran pivote de dichos acuerdos es España, quien es el segundo inversionista extranjero en lo que fueron sus colonias americanas y quien aspira a tener su propia version de la Mancomunidad Británica de Naciones, la Comunidad Portuguesa-parlante o la Francofonía que tienen otros miembros de la UE.
El jefe de la oposición española ha caracterizado la política de Aznar en la cumbre como la de querer hacer un neo-colonialismo. Miles de manifestantes y una contra-cumbre del Foro Social Transatl> ántico se han reunido en Madrid para protestar por lo que ellos ven como un intento de crear más violencia y más opresión sobre el nuevo mundo.
Las posibilidades para que América Latina haga su propio bloque económico y político son mínimas debido a que ésta está dividida en diversos pactos sub-regionales y a que tanto los EU como la UE buscan que ésta forme parte de asociaciones económicas mayores con las potencies industrializadas.
Para la mayor parte de los gobiernos participantes la cumbre sería todo un éxito pues se habría ayudado en una coordinación bi-continental para mejorar el comercio y hacer frente al terrorismo.
Isaac Bigio
Profesor de la London School of Economics