La úlcera de Buruli es una terrible enfermedad que está azotando a países en vías de desarrollo fundamentalmente del continente africano, siendo Costa de Marfil el más afectado. Aunque los primeros casos registrados datan de 1940, en los últimos años esta enfermedad ha experimentado un crecimiento exponencial y descontrolado. El 70% de los afectados son niños menores de 15 años.
Los primeros síntomas son pequeños granos o nódulos que pueden ser extirpados con relativa facilidad. Si no se actúa en esta primera fase, la enfermedad evoluciona y se producen terribles úlceras y llagas abiertas que crecen con rapidez y que -literalmente- devoran la piel y los tejidos afectados, llegando a provocar la necesidad de amputaciones o desenlaces fatales si afectan a huesos o a órganos vitales. En la actualidad la única forma de enfrentarse a la enfermedad es el tratamiento quirúrgico, es decir, la extirpación de los tejidos afectados y las amputaciones.
Prácticamente se desconoce todo sobre esta enfermedad. No se sabe cómo se contagia, todavía no se conoce ningún medicamento o vacuna eficaz, y sólo sabemos cómo actúa y sus terribles consecuencias físicas y socio-económicas.
ANESVAD, una ONG conocida principalmente por su larga y exitosa trayectoria de lucha contra la lepra, comenzó en 1999 a apoyar y desarrollar también proyectos de atención directa a personas afectadas por la úlcera de Buruli, a potenciar ensayos clínicos e investigaciones, y a poner en marcha campañas de sensibilización entre la sociedad española y de información, prevención y detección precoz en los países más afectados. En este tiempo, ANESVAD ha invertido más de cinco millones de Euros (5.000.000 €) en la lucha contra esta enfermedad y se ha convertido en un referente para la comunidad médica internacional, hecho que ha supuesto que haya alcanzado la consideración de Entidad Consultora para la OMS.