Sin embargo, Gernot Erler, lider de los diputados socialdemócratas con un historial pro-estadounidense, ha denunciado que EEUU se ha intrometido demasiado en las elecciones internas germanas apuntalando a los demo-cristianos.
Dentro del Grupo de las 8 potencias EEUU y Alemania se han colocado en las posiciones más distantes en relación a Irak. Washington urge por una pronta guerra aunque ésta sea hecha sin aval de Naciones Unidas. Berlín no participaría en ésta aunque la ONU la autorizase.
Ambos países fuenes quienes capitanearon los dos bandos centrales en la última guerra mundial. A inicios de los 1940s Alemania aparecía como la potencia expansionista mientras que EEUU, después de haberse querido mantener al margen del conflicto, acabó liderando al bloque ‘democrático’. Al entrar al nuevo milenio las tablas se han cambiado. Washington es sindicado de querer el dominio mundial. Berlín quiere aparecer, en cambio, como la voz moderada y pacificadora.
Alemania ha logrado reunificarse y es el motor del euro y la Unión Europea. En estas últimas 5 décadas, mientras EEUU ha invadido más de 20 países, los germanos tan sólo han empezado a enviar tropas de apoyo a Kosovo y Afganistán. La Alemania post-Nazi carece de fuertes FFAA y de arsenal nuclear. Tampoco tiene sitio en el Consejo de Seguridad de la ONU. Su poderío, al igual que el Japón, la otra potencia derrotada en 1945, radica en su economía civil.
El actual gobierno germano está en manos del partido del cual surgieron los socialistas y comunistas a quienes Hitler consideraba su enemigo histórico. El ministerio de Relaciones Exteriores está en manos del partido verde, tradicionalmente pacifista. Esta cartera la detenta su jefe, Joschka Fischer, quien en su juventud solía apedrear a la embajada estadounidense.
Ni Bush es un fascista ni Schroeder es un socialista. El anti-militarismo de los verdes tiene sus límites. Los ambientalistas germanos aceptaron enviar tropas a las montañas afganas y balcánicas. Schroeder no es un enemigo de EEUU. Su partido socialdemócrata se alió a Washington durante toda la guerra fría hasta derrumbar a la Unión Soviética. Siendo partidarios de la OTAN han apoyado o participado en todas las grandes intervenciones militares sobre Irak (1991), Kosovo y Afganistán.
Berlín, a pesar de querer presentarse como pacifista, fue uno de los mayores instigadores del sangriento desmembramiento yugoslavo. Cuando Washington apuntaba a mantener unida a dicha federación de repúblicas para evitar la inestabilidad, la diplomacia alemana-austriaca presionó a Europa a que vaya reconociendo la separación de Croacia y Eslovenia, antiguas dependencias de la Austria germánica. Croacia, tan ligada a Alemania, encabeza una de las sociedades más étnicamente limpiadas del mundo y es responsable de haber despoblado a casi toda la población de la República Serbia de Krajina.
Schroeder y Bush son enemigos de Hussein pero sus discrepancias se deben a diferentes intereses. En Alemania hay un creciente sentimiento pro-paz y crítico al militarismo de la única superpotencia que queda. En EEUU hay un fuerte sentimiento en favor de evitar militarmente nuevos posibles once de septiembre. La socialdemocracia germana y los republicanos estadounidenses han pretendido canalizar esas distintas tendencias.
Se podrá decir que Alemania es más sensible a los musulmanes que los EEUU. Sin embargo, mientras en las Américas todo niño tiene la nacionalidad de donde nace, en Alemania un bebe mahometano nacido allí pero de padres no europeos puede que nunca obtenga ciudadanía germana.
Alemania y EEUU tienen intereses distintos. La primera apunta a fortalecer a la Unión Europea, al euro y a sus intereses en el este, donde compite con los norteamericanos. EEUU no quiere que se pueda desarrollar otra potencia que le haga sombra. En el medio oriente hay grandes intereses de petroleras estadounidenses que no gustan de regímenes nacionalizantes como los de Irán o Irak.
Bush, además, está liderando el mayor giro unilateralista estadounidense. Para él el poderío de su país es tan grande que le puede permitir poder ingresar militarmente en cualquier estado que considere atente a su seguridad. Schroeder querrá encabezar a aquellos países que insisten en acciones multi-laterales y que creen que el mundo puede avanzar al caos si se llegase al supremacismo de una sola potencia.
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Isaac Bigio
Profesor de la London School of Economics