En Marzo él sorprendió cuando ganó las elecciones municipales en Rotterdam, la segunda ciudad holandesa, con un 35%. Desde entonces su figura fue creciendo y se esperaba que en las legislativas de mayo su lista quedaría entre las tres primeras.
Fortuyn representaba la version más ‘potable’ de la extrema derecha racista que viene creciendo en Europa. A diferencia de Le Pen, Haider y Finni su movimiento no tiene raíces en el nazi-fascismo. Apuntaba a ser el politico abiertamente gay más famoso de Europa. Su lista se diferenciaba de los partidos inspirados en la ultra-derecha de los veintes y treintas en que no se basaba en maquinarias totalitarias con bandas de lúmpenes que atacan a sindicatos y minorías. En un país protestante de tradiciones austeras él competía por ser el hombre mejor vestido.
Su hostilidad hacia los inmigrantes era formulada de una manera distinta a la de otros partidos racistas de moda. Mientras varios neo-nazis hablan del ‘poder blanco’, el Frente Nacional farncés pide deportar inmigrantes y el ala ultra-derecha del gabinete Sharon pide transferir a 4 millones de palestinos, Fortuyn decía que él no qusiera botar a nadie sino impepir que entren musulmanes a Holanda.
Su racismo era formulado de una manera también sutil. El pedía eliminar el artículo uno de la constitución holandesa que veta toda discriminación, pero en su lista parlamentaria integra gente de color. El mismo se enorgullecía de haberse acostado con varones musulmanes. Su xenfobia se manifestaba en el plano social y cultural. Uno de cada diez habitantes de Holanda es de orígen inmigrante, y ésta es uno de los países con mayor porcentaje de población originariamente no europea en Europa. Fortuyn pedía la asimilación de las minorías y era muy duro contra los musulmanes por considerar que éstos tienen una religion atrasada, homofóbica y que produce criminales y terroristas.
Fortuyn tampoco era un militarista pues pedía la abolición de la marina o la aviación. El era un sociólogo ex-marxista cuya conversión a un extremo liberalismo le conducía a buscar ir depurando a su sociedad liberal de las minorías culturales que no encajen en ella.
Muchos han venido pensando que los sistemas parlamentarios europeos eran más estables y basados en concensos. El auge electoral de desconocidos como el peruano Fujimori era algo que simplemente no podía ser contemplado dentro de la Unión Europea. Fujimori y Fortuyn guardan muchas diferencias pero tienen en común el ser profesores universitarios de renombre que se tornan populistas de derecha dura y que llegan al estrellado de la noche a la mañana cuestionando todo el sistema de partidos imperante. Ambos debutaron dando distintas variantes de un discurso tecnocrático, de reducción del aparato estatal y de ley y orden. Ambos agrarron dos chivos expiatorios distintos. Para uno lo era el terrorismo y para el otro los inmigrantes.
El crecimiento de partidos islamofóbicos y ultra-derechistas en Europa se ha agudizado luego de la respuesta militarista estadounidense al 11 de septiembre, donde los musulmanes aparecen como sospechoso de albergar delincuentes y terroristas. El giro de la socialdemocracia al centro liberal y el descrédito de los gobiernos de concenso para paliar el aumento del desempleo les ha creado un espacio en blanco para que puedan capitalizar.
Ahora la lista Fortuyn está encabezada por su Segundo Joao Varela, un empresario de 28 años que emigró a sus 8 años desde Cabo Verde.
Si esta lista logra ganar las elecciones del 15 de mayo se convertirían en el primer partido de extrema derecha que quedase primero en un comicio en la Unión Europea. La paradoja es que el líder de semejante partido xenofóbico sería un joven negro emigrante nacido en una ex-colonia portuguesa.
Isaac Bigio
Profesor de la London School of Economics