“Al ministro de Defensa Benjamín Ben Eliezer
Ministerio de Defensa Tel Aviv – Israel
Un oficial que está bajo su responsabilidad me ha sentenciado hoy a 28 días en una prisión militar a causa de mi negativa a servir como reservista en el Ejército. No sólo me he negado a servir en los Territorios Ocupados, como he venido haciendo durante los últimos 15 años, sino que me he negado a servir en el Ejército Israelí bajo cualquier otra circunstancia.
Desde el 29 de Septiembre del 2000, el Ejército Israelí ha llevado a cabo una «guerra sucia» contra la Autoridad Palestina. Esta guerra sucia incluye matanzas extra judiciales, el asesinato de mujeres y niños, la destrucción de la infraestructura económica y social de la población Palestina, la quema de campos de labranza y el arranque de árboles. Ustedes han sembrado miedo y desencanto pero no han logrado alcanzar su objetivo último; el pueblo Palestino no ha renunciado a su sueño de soberanía e independencia.
Tampoco han logrado ustedes proporcionar seguridad a su propio pueblo pese a toda la violencia destructiva desplegada por el Ejército del cual es usted responsable.
A la luz de su gran fracaso, ahora somos testigos de un debate intelectual de la peor clase entre los Israelíes: una discusión sobre la posible deportación y matanza en masa de Palestinos.
El fracasado intento de los líderes del Partido Laborista de imponer un acuerdo al Pueblo Palestino nos ha arrastrado a una «guerra sucia» por la que tanto Palestinos como Israelíes están pagando con sus vidas. La violencia racista del «establishment» de seguridad Israelí, que no ve personas sino tan solo «terroristas», ha agudizado el círculo vicioso de la violencia para Palestinos e Israelíes.
Los Israelíes son también víctimas de esta guerra. Son las víctimas de la irresponsable y fracasada agresión del Ejército del cual es usted responsable. Incluso cuando ustedes llevaron a cabo los ataques más mortíferos contra el pueblo Palestino, fueron incapaces de cumplir su obligación: proporcionar seguridad a los ciudadanos de Israel. Los tanques en Ramallah no podrán detener su más monstruosa creación: la desesperación que explota en las cafeterías. Usted, y los militares bajo sus órdenes, han creado seres humanos cuya humanidad desaparece a fuerza de desesperación y humillación. Ustedes han creado esta desesperación y no pueden pararla.
Es claro para mí que ustedes han arriesgado todas nuestras vidas sólo para poder continuar construyendo asentamientos ilegales e inmorales, sólo por Gush Etsion. Efrat y Kedumim: sólo por el cáncer que carcome el cuerpo social Israelí. Durante los últimos 35 años, los asentamientos han convertido la sociedad Israelí en una zona peligrosa. El Estado Israelí ha sembrado desesperación y muerte tanto para los Palestinos como para los Israelíes.
Por lo tanto, no serviré en su Ejército. Su Ejército que se autoproclama «Fuerza de Defensa Israelí», no es más que el brazo armado del movimiento de los asentamientos colonos. Este Ejército no existe para traer aportar seguridad a los ciudadanos de Israel, existe para garantizar la continuación del robo de tierra Palestina. Como Judío, me repelen los crímenes cometidos por esta milicia contra el Pueblo Palestino.
Es mi obligación como judío y como ser humano negarme absolutamente a tomar cualquier parte en este Ejército. Como hijo de un pueblo víctima de pogromos y destrucción, no puedo formar parte de sus políticas enfermas. Como ser humano, es mi obligación negarme a participar en cualquier institución que cometa crímenes contra la humanidad”.