La base de dicha crisis radica en que tras 18 años en el poder su desgaste llevó al nuevo laborismo al gobierno en 1997. Blair ha copiado muchas recetas conservadores y ha empujado a este partido a la derecha. Convirtiéndose en el paladín contra el euro y del conservatismo social, los ‘tories’ perdieron el centro y el apoyo de grandes capas medias y empresariales.
William Hague y el actual líder Ian Duncan Smith han tenido la difícil tarea de tratar de mantener a un partido dividido. Por primera vez en muchas décadas el líder de la oposición conservadora no llega a transformarse en primer ministro.
Smith se va tornando impopular. La elección de Brent este le ha golpeado profundamente. En este distrito londinense los tories no solo que no pudieron capitalizar el hecho que el laborismo bajase de tener dos tercios a un tercio de los votos, sino que perdieron electores. Por otra parte hay acusaciones que ha malversado fondos en beneficio de su esposa.
Michael Howard o David Davis aparecen con fuerzas para remplazarlo. Sin embargo, Kenneth Clarke quiere mostrarse como el único que podría derrotar a los laboristas. El se opuso a la guerra iraquí y es pro-europeo. El plantea que volviendo al centro se podría derrotar a Blair, mientras que el grueso del partido aún no quiere moverse en esa dirección para no perder su identidad.
Isaac Bigio
Analista Internacional