El escenario en mención se despliega sobre el fondo de un impresionante azul mapamundi gigante, con todos los continentes a la vista. Lo que subconcientemente nos lleva a la inevitable pregunta en el idioma de Shakespeare: “¿Who is next?”. ¿Siria, Iran, algún país de América Latina?
Y en un primer plano, una especie de púlpito galáctico, con formas aerodinámicas coronadas con el multicolor escudo marcial correspondiente. Ahí, de pié, dando la cara, el vocero de turno lleva a cabo su “briefing” durante la rueda de prensa del día.
El General Franks generalmente solo usa el púlpito galáctico los domingos y con mucha mayor dificultad y economía de palabra que la que esperábamos de un super hombre llamado a liderar en el campo de batalla esta apoteósica empresa bélica por la “libertad” de un pueblo “oprimido”. Es más, el último domingo hasta se le ha visto compungido por momentos. ¿Rigores de la batalla?
Lejos, muy lejos están los días en que el robusto Norman Schwarzkopf recitaba de memoria a Sun Tzú, encandilando con su premeditada erudición a un auditorio que probablemente desconocía la existencia del gran tratadista chino, pero que a su vez se dejaba llevar muy bien por el Capitán Ron Wildermuth, el encargado de propaganda e imagen durante “Desert Storm”.
Muchos han olvidado ya que el mandato del general Schwarzkopf, durante la primera guerra del golfo, era muy claro y celosamente cumplido al pie de la letra por Wildermuth: “los representantes de los medios deben ser escoltados permanentemente; repito: permanentemente”.
Ahora podemos decir que casi nos hemos acostumbrado a las ruedas de prensa que cotidianamente ofrece en Qatar el alto mando que tiene a su cargo la invasión de Iraq. Esta disposición y frecuencia cotidiana trasluce el ánimo siempre “democrático, deliberativo y participativo” de las fuerzas invasoras para hacer “transparente” ante la opinión pública internacional ésta, a todas luces, internacionalmente ilegal invasión emprendida sin la autorización del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
Es más, pareciera que en lo que concierne a Iraq, siempre hay un sitio mas para otro “embedded”. Que lo diga CNN. Habría, sin embargo, que preguntar al respecto a la prensa independiente. ¿Habrá otro cupo en el Kitty Hawk, en la tercera división de infantería o en la cuarta que está por venir?
La tónica de los “briefing” es muy similar todos los días. Además, el bombardeo massmediatico puede provenir también de Londres, Washington DC, la Casa Blanca o el Pentágono. Todo esto se transmite “en directo” a todo el mundo. Siempre hay muchas preguntas por parte de la prensa internacional y siempre se producen las mismas respuestas escuetas, una y otra vez, por parte del aparato de propaganda de las potencias invasoras.
Es usual entonces, por ejemplo, que en Quatar, las declaraciones del circunspecto y educado Brigada General Brooks, se concentren milimétricamente en los siguientes temas, que repetidos incesantemente, parecieran querer convertirse en imbatibles verdades de combate:
La coalición se mantiene en el plan de batalla inicial y no ha habido cambios, los combates prosiguen en el empeño de llegar a Bagdad, (en esta nueva etapa que la BBC ha denominado acertadamente “battle for control” o batalla por el control). La victoria está asegurada.
Continúa el vocero: Ha habido tal o cual “accidente” en tal o cual sitio que no puedo revelar, ya sea porque se “desplomó” un helicóptero Apache o porque un Harrier fue derribado por misiles Patriot, en un incidente de “fuego amigo” o porque en las propias filas se han producido algunas bajas más, debido al “fuego amigo”.
Nada de importancia. Cosas usuales en el teatro de operaciones que lamentamos profundamente y que nos esforzamos por prevenir militarmente. Reiteramos, no son bajas provocadas por fuego enemigo. ¡Mejor morir por efecto del “friendly fire”!
Pero ya al menos no se habla del “shock and awe”, denominación curiosa y creativa acuñada por algún soldado “de oficina” afincado en el Pentágono y que correspondía a un modelo de batalla que en realidad no ha producido los resultados esperados en la invasión a Iraq.
Y es que en Iraq no hubo ni shock ni susto (awe) entre las filas iraquíes al momento de iniciarse las hostilidades, mientras que el conflicto amenaza, ahora sí, con convertirse en un pequeño e inacabable “apocalipsis now”.
Deberían entonces despedir al Sr. Harlan Ullman, quién fue el que acuñó el término y no tomó en cuenta que estaba ante una población y unas fuerzas armadas curtidas por muchos años de recurrente violencia irracional y que además estaban dispuestas a todo por defender su territorio, con o sin Jihad de por medio. Parece que Donald Rumsfeld tampoco tuvo en cuenta estos terribles factores.
Dramática demostración de que los invasores no saben bien donde se están metiendo, tal como lo pronosticó alguna vez Johan Galtung, ex premio nobel de la paz, al describir el cisma cultural que existe entre occidente y el medio oriente, adelantándose a las consecuencias del once de setiembre y a los luctuosos acontecimientos que ahora la humanidad tiene que sufrir.
La coalición, dice el vocero, está ahí para “liberar” a los iraquíes, siendo que éstos no son sus enemigos, pero sin embargo si son sus enemigos los seguidores de Hussein y Hussein mismo, cuyo gobierno deben derrocar para “liberar” al pueblo iraquí de su yugo y porque él y sus MDW constituyen una “amenaza” contra la seguridad de las potencias invasoras.
Esto justifica supuestamente que la coalición haya actuado válidamente y en “defensa propia”, como lo establece el Derecho Internacional y aunque en el terreno de batalla no se pueda distinguir entre el enemigo militar y el militar disfrazado de civil, fedayines, milicianos, kurdos, shiitas o militantes del partido Ba’ath ¿matemos a todos?
La coalición, dice el vocero, está entonces en busca de armas de destrucción masiva o MDW (massive destruction weapons). Y prosigue el vocero en el uso profuso de siglas que se asemejan a veces a marcas de fábrica de la industria americana: prisioneros de guerra o POW (prisioners of war), perdidos en acción o MIA (missed in action), caídos en acción o FIA (fallen in action), sin que a veces el auditorio pueda identificar con precisión los alcances de tanta sigla procedente de la jerigonza militar.
Además, agrega, hasta ahora no hay un número significativo de bajas, mientras que hay miles de bajas en las filas iraquíes. Se avanza infatigablemente; entiéndase: hacia Bagdad. Eso si, siempre preservando la infraestructura iraquí con miras a la reconstrucción. Pero los principales blancos del gobierno espúreo a derrocar han sido bombardeados una y otra vez.
Bagdad también ha sido bombardeada “inteligentemente” una y otra vez. No hay evidencia de “daños colaterales” significativos producidos debido a los bombardeos de la coalición una y otra vez …¿Es la reconstrucción un gran negocio? Eso si que lo sabe mister Cheney, tal como informa recientemente el mismísimo Washington Post.
Y cuando alguna pregunta urticante de algún periodista independiente surge del auditorio, la respuesta es que “razones que comprometen la seguridad de nuestras tropas me impiden contestar la pregunta. El que sigue por favor”. Y se repite la rueda de frases de respuesta prefabricadas. Los planes prosiguen conforme lo establecido.
Entonces ¿de qué nos preocupamos? Todo va viento en popa, la fuerza militar más poderosa del mundo garantiza al más puro estilo del “star wars fashion”, que la victoria está mas que asegurada. Esto, reforzando las declaraciones que el Sr. Bush hizo la semana pasada en la cumbre con el Sr. Blair: “la guerra proseguirá el tiempo que sea necesario.”
¿Escenario confundiblemente similar a la Guerra de Vietnam? ¿Qué quiere decir “el tiempo que sea necesario”? Por lo que hemos visto hasta ahora, tal vez ni el mismísimo Sr. Bush ni sus halcones lo saben. El que si parece saber lo que eso significa es el Sr. Cook, ex ministro de relaciones exteriores del Sr. Blair, que poco a poco se erige en su posible sucesor.
Así, en estas conferencias de prensa, se dice eufemísticamente que se tutela la libertad de prensa y la libertad de opinión, mientras que ninguna persona medianamente sensata dejará de darse cuenta en el mundo, que los planes de batalla de la coalición han sido efectivamente alterados a los siete días de iniciadas las hostilidades. El Blitzkrieg de la coalición ya no es viable, habrá que derramar mas sangre.
Ahora se habla de una guerra prolongada en el tiempo, mientras que el primer día las fuerzas victoriosas hablaban de “horas y días”, previo el frustrado “shock and awe” acuñado en el ideario intonzo de mister Ullman y mientras los soldados de la coalición no son necesariamente recibidos como “fuerzas libertadoras” por las tribus iraquíes que temen una “nueva traición”, pero esta vez del hijo.
Antes de los siete días de iniciadas las hostilidades, un atribulado GI de las fuerzas americanas que había sido herido en combate, declaraba desde el hospital de Langstuhl en Alemania: “no sé porqué nos reciben así si hemos ido a liberarlos” El paseo se había acabado.
La verdad es que medio mundo sabe que en esta nueva megacarnicería hay mas bajas de las que se quiere dar a conocer a la opinión pública internacional, mientras que el otro medio mundo se opone a la guerra. Roma, Londres, Paris, Nueva York, Jakarta, Rabat y Berlin dan fé de ello.
Suman millones aquellos que se manifiestan contra la guerra y agreguemos a ello las expresiones antibelicistas que todos los días se suman en Internet a una protesta virtual que solo sigue creciendo geométricamente mientras el conflicto prosigue.
Lo referente a los caídos es un ejemplo más de los huecos de información, ya que se ha llegado al ridículo de prohibir que el número de bolsas negras para transportar los cadáveres de los soldados correspondientes a las filas de la llamada coalición, deje de ser un secreto de estado que no puede ser revelado a la prensa. Las agencias de seguridad de la coalición se precian de guardar celosamente esta información.
Esto, mientras que en ambos bandos sigue muriendo gente todos los días, tanto por la conflagración como por la desinteligencia de bombas y misiles “no tan inteligentes”. Estos últimos caen deliberada o casualmente por doquier, azotando sus mortíferas ondas expansivas a los mercados y plazas públicas de diversas ciudades iraquíes, descuartizando en instantes a las decenas de personas ahí cotidianamente concentradas. ¿Son nuevas o viejas formas de terror?
La propaganda iraquí no se queda atrás, aunque cuenta con escenarios austeros y hasta pobres, muchas veces afectados por el incesante bombardeo enemigo. Eso sí, resulta patente su persistente ánimo por azuzar el espíritu anticolonialista del mundo panarábigo, para tratar de ganarlo a favor de su causa. ¿Finalmente la Liga de Naciones Arabes dirá algo al respecto?
Invocan así los iraquíes a la guerra santa por parte de los seguidores del Islam y amenazan con sucesivas “batallas madre” plagadas de partisanos y escuadrones de milicianos suicidas, que harán “pagar un precio muy alto” a los invasores, mientras siguen regresando los iraquíes a su tierra desde el exilio. Un ejemplo: 100 dólares el viaje en taxi de Amman a Bagdad. ¿Garantizando la “stalingradización” de la capital de Iraq?
Los voceros iraquíes solamente reportan sobre los centenares de inocentes víctimas civiles, mientras que las tropas del ejército regular iraquí “no habrían sufrido bajas de consideración”, ya que, aparentemente y cuan babilónicos guerreros inmortales, se estarían preparando a conciencia para llevar a cabo los “golpes militares decisivos” que permitan derrotar al invasor con la ayuda de Alá.
Lo que tampoco dicen las fuentes de información iraquíes es lo referente a la cantidad de gente que todos los días están aniquilando sus fuerzas, por el simple hecho de no querer plegarse a las filas de la resistencia “saddamista”. Eso solo se sabrá el día que los invasores se animen a entrar en Basra, Nasiriya o Karbala.
Sin embargo, esta guerra massmediatica plagada de contradicciones y mentiras disparadas a mansalva por ambos bandos, no debería llamar la atención. La historia de las guerras demuestra que, al decir de Rudyard Kipling: “la primera víctima de la guerra es la verdad”.
Y es que eso se debe a que los militares pretenden generar con su propaganda un número múltiple de inseguridades en sus enemigos, mientras refuerzan moralmente a sus propias tropas, generando además una base ideológica para justificar la siempre humanamente injustificable y sangrienta guerra ante su propia población. En consecuencia y en materia massmediática, podemos apreciar que en Iraq, los invasores y los invadidos se parecen mucho entre sí. Lo que es peor: cada vez se parecen mas entre sí.
Ya lo había dicho Winston Churchill: “la verdad es tan valiosa en la guerra, que es necesario transmitirla siempre con un cuerpo de guardaespaldas conformado exclusivamente por mentiras”. Mas de un ejemplo de ello se aprecia en el caso de la llamada “guerra de liberación de Iraq”.
Como informa Christop Schult de Der Spiegel, el primer corresponsal de guerra del que se tiene noticias en tiempos modernos fue el británico William Howard Russel. Sus despachos versaron sobre la Guerra de Crimea y fueron publicados por el Times, medio para el cual ejercía corresponsalía. Corría el año de 1854 y su trabajo fué suficiente bueno como para ser victimado por el “establishment”.
En efecto, los artículos que escribió Russel eran desgarradores y versaron sobre los padecimientos y la muerte de los soldados británicos en el frente. Fueron tan buenos que generaron una poderosa corriente de opinión en contra de la guerra de Crimea.
Como “recompensa”, el periodista en mención fue procesado por alta traición ante los tribunales de Londres. Posteriormente, el 20 de febrero de 1855, el Principe Alberto envió al fotógrafo Robert Fenton al frente de batalla. Sus instrucciones eran claras: “No dead bodies”. Nada de cadáveres. Fenton cumplió al pie de la letra el encargo y no le pasó nada.
Parece mentira, pero Donald Rumsfeld ha dicho en nuestros días prácticamente lo mismo que el príncipe en mención. La única diferencia es que la de Iraq es una guerra ilegítima y ahora estamos en pleno siglo veintiuno. Es decir, han transcurrido casi 148 años y aún este halcón usa el mismo criterio. ¿Habrá periodistas que teman el rigor del castigo que les pueda infligir Rummy?
Finalmente, cabe destacar que una tercera fuerza informativa viene abriéndose paso vertiginosamente en el escenario virtual. Internet se encuentra hoy plagada de información de diverso tipo sobre el conflicto y más de un periodista independiente coloca directamente su información en la red de redes.
Esperemos que ello sirva para acercar al mundo a la verdad sobre este conflicto. Que sirva también para que los seguidores de Russel puedan seguir haciendo su trabajo, no obstante la temible amenaza de los dinosaurios asesinos de la información.
Franz Kundmüller Caminiti
Profesor Universitario en el curso de Solución de Controversias
Facultades de Derecho Universidad de Lima
Pontificia Universidad Católica del Perú
Catedrático en cursos de Post Título, Pontificia Universidad Católica del Perú.
Experto en Negociación, Conciliación y Arbitraje