Clos ha participado en la inauguración del Foro Urbano Mundial, que en esta segunda edición (la primera se celebró en Nairobi entre el 29 de abril y el 3 de mayo del 2002) se celebra en el Fórum Barcelona 2004 bajo el título “Ciudades: encrucijada de culturas. ¿Inclusión e integración?”. El encuentro, en el que se han inscrito más de 5.000 participantes, se celebrará hasta el próximo viernes, 17 de septiembre.
La asociación Ciudades Unidas del Mundo, creada en enero pasado y con sede en Barcelona, está trabajando “para unificar las voces de las ciudades y hacer sentir su voz en todo el mundo y, sobre todo, en Naciones Unidas. Un propósito que va a ser realidad”, ha señalado Joan Clos. Actualmente, sólo en Europa existe un tratado para dotar de autonomía a los organismos locales “y todavía queda un largo camino por avanzar”, ha agregado el presidente del Fórum Barcelona 2004, quien ha alabado el esfuerzo realizado por varios países latinoamericanos, “que han pasado de gobiernos locales designados a electos”. El alcalde de Barcelona también ha recordado a su homólogo de la localidad colombiana de Toribio, Arquímedes Vitonas, secuestrado por un grupo armado el 22 de agosto pasado.
Desde esta asociación se pretende que “la autonomía política y económica de los ayuntamientos se convierta en un tratado internacional”. De hecho, esta propuesta se incluirá en el informe que está preparando Naciones Unidas para el secretario general de este organismo, según ha avanzado en la inauguración el consejero especial de la secretaría general de Naciones Unidas, Jeffrey D. Sachs.
Para Sachs, la globalización “no está beneficiando de momento a todo el mundo”, dadas “las divisiones sin precedentes entre países pobres y ricos”. El consejero ha hecho especial mención a la Declaración del Milenio, que en el año 2000 adoptaron 189 países, y cuyo informe verá la luz el próximo mes de enero. “Sus objetivos se pueden conseguir si aumenta la participación local y las inversiones, si se democratizan las ciudades de los países en vías de desarrollo con la ayuda de las naciones más ricas”, ha afirmado.
Según Jeffrey D. Sachs, en marzo de 2002 los países ricos se comprometieron en Monterrey a dar el 0,7% de su producto interior bruto al desarrollo de los países menos favorecidos, pero “nos hemos estancado en el 0,23% y Estados Unidos es quien menos dedica, sólo aporta el 0,14%” a la ayuda al desarrollo en el exterior. “Estamos viendo los fracasos de la globalización, como la violencia sin límites en todo el mundo y esos problemas jamás los resolveremos con la fuerza. Tenemos que examinar las causas subyacentes”. El consejero especial de la secretaría general de Naciones Unidas ha añadido que “este mundo sólo podrá seguir adelante si los países ricos cumplen sus promesas”. La próxima cumbre de Naciones Unidas, en la que se revisará la Declaración del Milenio, será “el eje de la esperanza mundial para la paz”. La cumbre tendrá lugar en septiembre de 2005 en Nueva York, a diez años de la fecha fijada para alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible.
