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El es el segundo secretario general que cae por revelaciones de corrupción. El anterior fue el argentino Orfilia sindicado de recibir coimas de Duvalier.
Lo acontecido viene siendo usado por quienes critican a la OEA de ser un organismo burocrático con un déficit creciente, que sirve para beneficiar políticos retirados, que no hizo nada para defender a Argentina en Las Malvinas o que es ‘un ministerio de colonias de Washington’. Otros plantearán auditorías sobre privatizaciones y presidentes o ir hacia un bloque latinoamericano donde sí esté Cuba. Lo más probable es que la OEA se recomponga de su crisis y quiera demostrar que es capaz de moralizar sus propias filas.
Isaac Bigio
Analista Internacional