Estas naciones – que tienen unos 10 millones de habitantes cada una y un fuerte pasado cultural y marítimo – están entre las menos desarrollados que adoptaron al euro como moneda. Ambos países, ubicados en los extremos oeste y este de la Unión Europea, tienen en común haberse librado de dictaduras hace 30 años y tener gobiernos centro-derechistas y pro-EEUU que desplazaron a los socialistas y que hacen frente a fuertes sindicatos.
Costas Karamanlis, quien fue electo premier heleno el 7 de marzo, sacará provecho de la sorpresiva victoria y de las futuras olimpiadas a desarrollarse en 7 semanas. La política exterior griega ha sido pro-serbia y guiada por la necesidad de retirar a Turquía de Chipre y evitar que Macedonia pueda reclamar parte de su territorio.