Aznar había logrado consolidarse impulsando grandes marchas contra ETA. El viernes 12-M quiso hacer lo mismo. La jugada le salió mal, pues la población movilizada lo cuestionó por insistir en que ETA fuese el culpable cuando todo indicaba que el asesino en masa había sido Al Qaeda, en respuesta al aval de España a la invasión a Iraq.
Cuando se inició la guerra por el “cambio de régimen”, en Bagdad predijimos que ésta pudiese acabar con un cambio en los gobiernos de los países atacantes. La caída de uno de los tres que prepararon en las Azores la invasión iraquí podría generar un viraje mundial debilitando a Bush y fortaleciendo a quienes plantea, como el nuevo mandatario español, el pronto retiro de las tropas de Iraq.
Isaac Bigio
Analista Internacional