El bombazo de Yakarta, que se produjo dos días previos al 11-S y once días antes de las presidenciales favoreció a Yudhoyono, quien busca erigirse como opción dura contra la corrupción y los atentados islamitas.
El nuevo gobernante querrá mantener a la mayor economía del sudeste asiático en buenos términos con EEUU (en donde estudió).
Su mayor desafío son los movimientos que buscan transformar las fronteras de Indonesia. Por un lado están los fundamentalistas panislámicos (ligados a Al Qaeda) que repudian haber dado la independencia a Timor Este y quisieran anexar Malasia, Brunei y zonas musulmanas de Tailandia y Filipinas. Por otra parte están los distintos separatismos que van desde Aceh, en el extremo oeste, hasta Nueva Guinea, en el extremo este.
Isaac Bigio
Analista Internacional