Las encuestas, además, lo ponen como ganador de las presidenciales. La carrera de Kerry parece imparable, pero aún Bush tiene más de $100 millones y muchas jugadas que invertir en su campaña.
Las ambigüedades de Kerry (que son hoy su fuerte), serán siendo utilizadas por los republicanos para descarrilarle. Bush quiere captar los votos conservadores atacando los matrimonios gays. Kerry, para tratar de no perder audiencia en el sector tradicionalista, se distancia de los liberales pro-gay y se ve obligado a ser más halcón que el gobierno en materia de ‘terrorismo islámico’. Esto, a su vez, podría hacer perderle electores disconformes, quienes pueden acabar no sufragando o apuntalando la candidatura contestataria de Nader.
Isaac Bigio
Analista Internacional