Las distintas rebeliones campesinas, en particular las
producidas después de la revolución de Abril 1952, se habían producidas bajo
reinvindicaciones de tierras. Los líderes agrarios habían tendido a ser
absorvidos por el gobernante Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) y
luego por las dictaduras castrenses post-1964 vía el llamado Pacto Militar-
Campesino.
Durante el gobierno izquierdizante militar de Torres se alentaron sindicatos
campesinos en La Paz, los mismos que no llegaron a integrarse en la poderosa
Central Obrera Boliviana. Mas, el golpe previno su desarrollo y muchos de
ellos pasaron a control de dirigentes que le hacían el juego a la nueva
dictadura.
A fines de los 1970s aparecen los nuevos partidos indigenistas quienes toman
el nombre del líder aymara que irrumpió paralelamente al cuzqueño Túpac
Amaru. Estos son los Movimientos Revolucionario e Indio Túpak Katari (MRTK y
MITKA, respectivamente). El MRTK se orientaba más hacia las
reinvindicaciones sociales y el MITKA se centraba más en el nacionalismo
indio.
El último bienio de la década de 1970 es uno de constantes irrupciones
sociales incluyendo la huelga general que depone al golpe de Natusch (1979)
y el bloqueo campesino a La Paz. Es allí donde se forja un nuevo
sindicalismo ‘katarista’.
La Confederación Sindical Unica de Trabajadores Campesinos de Bolivia se irá
convirtiendo en una fuerza nacional significativa. A medida que los
sindicatos mineros y fabriles perdían membrecía y fuerza, fruto de los
cierres y despidos, los sindicatos agrarios fueorn cobrando mayor
predominancia.
Cuando en 1985 Sánchez de Lozada lanzó el nuevo modelo monetarista
liberalizando los precios, muchos campesinos y pequeños comerciantes
tendieron a darle una oportunidad. El fin de los controles de precios les
permitiría mejorar los precios de sus productos y por eso, cuando los
mineros salían en huelga, no les apoyaron.
En 1985-86 la Central Obrera y la izquierda van siendo derrotados y
arrinconados. Luego, surgen dos movimientos populistas centrados en
empresarios paceños. Uno de ellos, Conciencia de Patria (CONDEPA), es
formada por el ‘compadre’ Palenque, dueño de la TV Popular y la Radio
Metropolitana, emisoras que transmitían también en aymara y su audiencia lo
constituían los ‘cholos’. Una de sus lideresas, la ‘comadre’ Remedios Loza,
llega al parlamento vestida con polleras y atenduos andinos.
CONDEPA arrasa electoralmente en El Alto y en los barrios y áreas con fuerte
influencia aymara. En 1997 CONDEPA forma parte de la ‘mega-coalición’
gobernante. La muerte de su jefe, el desgaste adquirido por haber
co-gobernado con Bánzer y el hecho de haber venido siendo identificada por
una población aymara cada vez más radicalizada como representantes de la
clase media y los mestizos, hará que CONDEPA quede sepultado en este último
proceso electoral y que el MIP irrumpa como el principal exponente de los
aymaras.
En 1993 Sánchez de Lozada llegó por primera a la presidencia. En su plancha
integró como su vice-presidente a Víctor Hugo Cárdenas, proveniente del
MRTK. El único mandatario boliviano que ha hablado un castellano con fuerte
acento estadounidense era quien llevaba por primera vez a un aymara a la
vice-presidencia.
Sin embargo, el MNR no logró calar dentro de los aymaras. Su votación en las
zonas pobladas por dicha nacionalidad son bajas, mientras que en los valles
orientales y en la amazonía ha tendido a ganar.
Isaac Bigio
Analista Internacional