Los derrotados son las direcciones de los dos grandes aparatos políticos galos: la derecha gobiernista y el partido socialista. La victoria es festejada por la derecha ultra-nacionalista que no quiere disolver más la soberanía francesa y permitir que arriben más inmigrantes del Este. Mas, el principal promotor del No han sido los sindicatos y la izquierda socialista, comunista y trotskista adversos al ‘neo-liberalismo’ y a restringir la ‘protección social’.
La oposición pide ahora nuevas elecciones. Si una cabeza podría caer sería la del impopular premier Raffarin, aunque varias voces piden que Chirac dimita (algo difícil de conseguir dada su naturaleza de eterno sobreviviente).
Esto hiere mortalmente a la constitución europea, pero no anula a la UE sino que conllevará a una redefinición de su carta magna.
Isaac Bigio
Analista Internacional