El suelo de cemento, las vigas metálicas y las paredes de ladrillo son las características de este espacio de 400 metros cuadrados en forma de “U”, que no ha necesitado más remodelación que la de sacar a la luz los elementos arquitectónicos originales del local. Descubierto por casualidad por la creadora en el 299 de la calle Diputación mientras se desplazaba en moto;
el espacio, configurado por una armónica mezcla industrial y zen, asumirá las funciones de tienda, showroom y estudio de la diseñadora, porque el control absoluto de todo lo que ocurre en su empresa es una de sus obsesiones. Inmersa de lleno en una nueva etapa de su vida profesional, Julie Sohn se sincera ante la grabadora, algo que, por cierto, siempre le ha resultado mucho más difícil que expresarse mediante su creatividad.
¿Cómo llegó a España, concretamente a Barcelona?
Yo soy coreana de nacimiento pero he pasado toda mi infancia en Estado Unidos, en New York concretamente. He estudiado en la Parsons School of Design y en París también. Por casualidad cuando terminé mis estudios de diseño conocí a Purificación García en el año 88 y vine a Barcelona. En un principio para pasar tres meses, pero han pasado más de quince años y todavía estoy aquí. Le debo mucho. Todo lo que yo sé lo he aprendido con ella. Ha sido una buena maestra. He aprendido más con ella que en cualquier escuela.
Ud comenzó en la Pasarela Gaudí pero en seguida se pasó a Cibeles. ¿Por qué?
Comencé en Gaudí con mi primera colección al público. Yo estaba muy introducida entonces en Cataluña pero necesitaba vender en el resto de España y Gaudí comenzó a quedarme un poco corto para conseguir este objetivo. Hace cinco años decidí cambiar a la pasarela Cibeles por puro interés comercial. Yo siempre digo que voy a exportar a Madrid. Es una cuestión comercial, no emocional.
Pero antes de esto ya tenía tiendas en Barcelona. ¿Me equivoco?
No. Comencé con mi propia colección en 1992. Tenía una tienda pequeñita en Boulevard Rosa y realizaba mi colección solamente para mi tienda. En un año y medio conseguí tener tres tiendas pero más tarde la cosa se complicó. Vino un productor que quería una colección para vender en multimarcas y me interesó crear una colección más en serio para la comercialización. A partir de ahí me introduje en el complicado negocio de las multimarcas.
¿Cómo surgió la idea de crear este espacio que acaba de inaugurar?
Yo ya he tenido dos tiendas muy bonitas en Barcelona. Una de ellas ganó el premio Fad en el año 1988. En su momento estaban muy bien, pero comencé a cansarme de ese estilo. El año pasado toda mi vida profesional dio un giro de 180 grados y tuve que crear algo nuevo. Deseaba tener un espacio que expresara mi manera de ver y concebir las cosas. Por casualidad mientras me desplazaba en moto encontré este local, un espacio que está en el centro de Barcelona. Entonces no tenía nada que ver con lo que ve ahora.
Me encantó su tamaño y la forma en U, que ofrece muchas posibilidades. Mi vida es un cúmulo de casualidades. Mi marido, que es arquitecto, es el que ha sabido interpretar la esencia de lo que debía ser este lugar. Ha supuesto una especie de recuperación arquitectónica que me ha encantado. Tiene un aire industrial que me gusta mucho, un look que se encuentra muy habitualmente en el norte de Europa. No lo hemos buscado. Lo hemos encontrado tras hacer una especie de limpieza. Pura armonía.
Me comenta que su vida ha dado un vuelco de 180 grados. ¿En qué sentido?
Supongo que cuando se tiene a alguien que te da una oportunidad para hacer las cosas, de una manera u otra e inconscientemente tienes una responsabilidad a la hora de responder ante esa persona. Esto es inevitable. Yo hace un año y medio que estoy libre, sola. A partir de ese momento esta responsabilidad es conmigo misma, pero no con otros. Evidentemente mi colección ha evolucionado porque yo estoy evolucionando. Clientes mías me han dicho que ahora soy más yo, que he vuelto a mis inicios, cuando también estaba sola. Esto me reconforta mucho aunque reconozco no he hecho grandes esfuerzos para cambiar. La evolución ha sido muy natural. Ahora no tengo la presión de vender y vender ni tengo al lado nadie que me imponga unas ideas. Estoy más equilibrada, más a mi aire en la creación.
¿En quién o en qué piensa cuando crea?
No pienso en nada concreto y tampoco creo en la inspiración divina. Intento adivinar qué es lo que me gustaría ponerme a mí. No pienso en qué voy a vender a mis clientas. Nunca pienso en ellas, pienso en mí. A partir de ahí trabajo con los tejidos y las formas, que por cierto son bastante simples, aunque cargadas de detalles sutiles que se notan. Tengo una manera de trabajar muy interiorizada. Voy imaginando poco a poco y al final lo vomito todo. Esto pone muy nervioso a mi equipo. Yo tengo mis pautas, pero me cuesta mucho transmitirlas. Busco soluciones día a día a detalles mínimos y doy mucho trabajo a mis patronistas. Soy capaz de estar tres días revisando los pequeños detalles de un pantalón, una pieza a la que le doy mucha importancia. Retoco y retoco el patrón hasta que considero que he alcanzado la casi perfección. Busco también la comodidad. En pasarela dicen que mis colecciones plasman muy bien la feminidad y quizás sea esto lo que busco.
¿Qué le pasa a la moda española para que no termine de despegar?.
Yo me siento parte de la moda española porque toda mi carrera la he hecho aquí. Existe un potencial creativo brutal en España, lo que ocurre es que se tiene miedo. Se tiene complejo de inferioridad con respecto a la moda francesa, italiana, estadounidense, etc. Siempre se piensa que todo lo de fuera es mejor que lo nuestro. Esto no nos deja evolucionar. El prêt à porter español tiene un historia muy corta, comenzó en los años ´70, y ha evolucionado muchísimo. Italia y Francia están consolidadas desde hace mucho más tiempo. Tenemos la mentalidad de que debemos triunfar fuera para ser reconocidos dentro y no se si eso es bueno. Además nos encontramos con que no existe en España un apoyo industrial a la moda. Se pueden hacer creaciones fantásticas, pero si no hay un apoyo industrial no se llega a ningún sitio.
Diseño sí, pero ¿qué ocurre con el negocio de la moda ?
El negocio de la moda en España se compara al arte y no es así. La moda es un negocio, de lo contrario, venderíamos los diseños en una galería de arte. Hay que hacer colecciones para vender. Los industriales aquí no dan importancia a la moda. Lo ven frívolo. No hay ayudas para la producción. La responsabilidad es por igual. Mitad del creativo y mitad de la industria. Deben trabajar juntos y sin embargo aquí cada cosa ha ido por su lado. Por otra parte el negocio de la moda en España ha sido algo familiar hasta ahora. Las marcas que nacieron en los años ´80, – Purificación García, Nacho Ruíz, Roser Marce…-, eran empresas familiares, nunca se vieron como un grupo que debía crecer o expansionarse.
Poderosas marcas comerciales, fenómenos como Zara o Mango… ¿Hay sitio para todos en el mercado?
Yo creo que cada uno tiene su lugar. Opino que hay que hacerse con un hueco. Se que es duro aceptarlo, pero es así. Hay que luchar por el espacio. El mercado es muy grande si sabemos verlo. A pesar de la globalización y marcas que ocupan el mercado siempre habrá un porcentaje que está allí, para el que lo sepa detectar. Por ese nicho de mercado es por el que hay que luchar. No podemos engañarnos. Yo misma cuando quiero comprar una camiseta de tirantes simple me voy a Massimo Dutti, pero cuando quiero una prenda más importante recurro a otros diseñadores. Todo es combinable. El consumidor ha de ser y es inteligente para hacer sus conjuntos. Yo soy muy honesta para esto. Por otro lado el “boom” Zara va en declive. El consumidor quiere algo mas personalizado, exclusivo y con calidad. Son fenómenos que hay que analizar con el tiempo. Dentro de diez años podremos saber que pasó.
¿Hay lugar incluso para el producto chino según ud?
Yo estoy preocupada relativamente por la invasión de la producción china. Ese país lo está haciendo muy bien. A mi nivel me afecta lo mínimo. Supongo que a gran nivel sí que afecta muchísimo. Yo recuerdo cuando tenía 17 años que en todas las marcas americanas Donna Karan, Kalvin Klein, etc. había jerseys ‘made in’ Hong Kong . Esto no viene de ahora. Es normal que se aprovechen los países donde la producción es barata. Además son un mercado emergente que va a generar un volumen inmenso de consumidores. Dentro de cinco años consumirán internamente todo lo que ahora exportan. Todo es cíclico y no hay que tener tanto miedo.
¿El movimiento fashion barcelonés es tan real como afirmamos o exageramos un poco el marketing?
En Barcelona hay mucho movimiento pero no solamente en moda. Hay más galerías de arte contemporáneo que en otros lugares, arquitectos que están haciendo cosas maravillosas, despachos creativos muy importantes… En todo lo que se refiere al diseño y la creatividad Barcelona despunta, aunque también entiendo que es un marketing de la ciudad muy bien estudiado. A veces se rasca y no hay nada. Está bien. Pero no debemos creérnoslo al 100%, porque sería un error. Desde el extranjero se percibe como una ciudad fantástica. Si me hubiera preguntado esto hace algunos años le hubiera contestado de otra manera, pero ahora la siento como mi casa, y hablar de tu hogar es difícil. Es una ciudad que da oportunidades aunque antes era más controlable, más exquisita, mas selectiva. Ahora está creciendo y se está perdiendo un poco esto que le he dicho. Cada ciudad tiene su encanto. A mi por ejemplo me encanta Madrid.
Ud tiene tienda en Barcelona y sin embargo pasa sus colecciones en Cibeles. Parece una provocación, con la que está cayendo. ¿Qué opina sobre la ya histórica guerra entre Gaudí y Cibeles?
La guerra entre Cibeles y Gaudí es algo que no he entendido jamás. A veces me pongo a pensar y no me explico que es lo que pretenden. Tanto de una parte como de la otra. Su misión, la de las dos pasarelas, es la de promocionar a los diseñadores y apoyar a la industria de la confección pero cada una tira para un lado. Esto está perjudicando a todos los diseñadores. No hace falta tener dos pasarelas. Lo que necesitamos es que se haga una buena selección de diseñadores que puedan abrir brecha en el exterior. Cibeles es algo institucional, del gobierno central, la comunidad de Madrid, etc. y evidentemente mueve más dinero. Aquí en Cataluña la pasarela fue pionera, pero siempre están pensando en el pasado, en lo que fue. No se ve futuro. Esta guerra se ha convertido en política y no beneficia a nadie. Parece un problema interminable porque nadie quiere ceder. Son posturas provincianas.
¿Se puede salir sin ayudas?
Se puede salir in ayudas. Yo no he tenido ninguna ayuda institucional , aunque también es verdad que no se venderme. No se pedir. En mi cara también se ve que soy diferente, que no soy de aquí. Quizás esto también haya sido un ‘handicap’. Con ayudas todo sería más fácil pero también opino que el dinero hay que gestionarlo bien. El gobierno catalán ha invertido mucho dinero en ciertos diseñadores y no se han tenido resultados. Ahora hay una gran desconfianza. No ha habido continuidad en estas ayudas y tampoco igualdad. A mi nadie me ha ayudado y estoy teniendo muy buenas criticas tanto de la prensa como de los consumidores. Por otro lado es algo que no me explico porque ni siquiera se como tratar a los medios de comunicación. La prensa ha valorado mi trabajo y estoy muy agradecida. Esto también demuestra que existe una masa crítica que sabe valorar la calidad entre tanto lío.
¿Por qué no tiene tienda en Madrid?
Me encantaría abrir una tienda en Madrid. Es algo que llevo años pensando. Lo que ocurre es que primero está el tema económico. Soy creativa pero también empresaria. Los locales en Madrid son carísimos. No llego. En segundo lugar, aunque encontrara un local que me conviniera, me surge un problema de control. Yo estoy aquí en Barcelona y debería desdoblarme para controlar todo. Todo me lo tomo a nivel muy personal. Me da miedo a nivel organizativo. Me encantaría, pero de momento debo cuidar lo que tengo y no puedo pensar mas allá.
Se dice que los gustos de la consumidora de Madrid es muy diferente a los de la catalana. ¿Cómo interpreta ud esta teoría?
Siempre se ha dicho que la gente de Madrid es mas ‘cursi’, que utilizan una moda más puesta, un “look” más recargado… pero eso existe en todas las ciudades, no sólo en Madrid. Hay de todo. Yo tengo clientas que vienen a comprar desde Madrid porque no encuentran este tipo de ropa allí. Yo creo que mi moda funcionaria en Madrid. Cualquier ropa que esté bien hecha y tenga diseño funcionaria en cualquier sitio. Además estoy convencida de que una tienda no está compuesta solamente de ropa. La tienda es como un gabinete de sicología. Hay mujeres que compran pero también quieren comunicarse. Necesitas un equipo que las comprenda y las escuche. Las cosas funcionan no sólo por un factor, sino por un conjunto de ellos.
¿Qué es lo que desea hacer en un futuro? ¿Cuales son sus proyectos?
Quiero poder seguir haciendo mi trabajo porque no se hacer otra cosa y cuando sea mayor y no pueda dedicarme a esto me gustaría que se dijera de mi que he sido la mejor. Pero no la mejor porque he hecho una colección maravillosa e irrepetible, sino porque he sabido vivir y crear algo. No quiero ser más famosa o más rica. Quiero disfrutar con mis agujas, mis telas y mis colaboradores.
Gema Castellano
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