El parlamento holandés (al igual que el de 8 países que votaron por el Sí) respaldó previamente dicha constitución. El veredicto popular ha sido contundente. Muestra cierto divorcio entre la población frente a todos los gobiernos europeos y a los 4 grandes partidos pan-europeos (centro-derecha ‘popular’, demo-cristianos, social-democracia y liberalismo) quienes llamaron al Sí.
Si bien el resultado del referendo no es obligatorio, el gobierno prometió tomarlo en cuenta si más del 30% del electorado sufragaba. Ante el temor que se genere una expansión internacional del NO con marchas callejeras, es posible que los líderes europeos decidan ir a una renegociación.
La actual constitución europea ha quedado muerta y lo que se buscaría es rescatar algunas de sus pautas. Mientras tanto, los dos extremos que propusieron el No (derecha nacionalista e izquierda socializante) tratarán de crecer a expensas de la centro-derecha y centro-izquierda.
Isaac Bigio
Analista Internacional