Algo a destacar es que, si bien nadie ha revindicado la matanza de Bombay, luego de ésta ha aparecido una ‘Al Qaeda de Cachemira’, nombre simlar a la Al Qaeda de Iraq, que animaba Zarqawi y que proponía una guerra comunalista entre la rama sunnita del islam contra la chiíta. Es probable que estemos entrando a una nueva fase o desprendimiento del binladenismo que propone ya no solo una guerra entre el Islam y los ‘judeo-cristianos’ sino también contra otras religiones que cohabiten con importantes poblaciones sunnitas (como los chiítas o los hinduístas).
De otro lado, India, si bien no responsabiliza a ningún grupo por el macro-atentado, ha anunciado que los ‘terroristas’ han tenido cobertura dentro de Pakistán. Durante años India ha denunciado a los servicios d einteligencia pakistaníes como alentadores del separatismo cachemirense, así como antes el gobierno izquierdista afgano post-1978 acusaba a éstos de alentar a los ‘mujahedines’. India quiere aprovechar la oportunidad ara debilitar a Pakistán y crear una cuña entre éste y EEUU, mostrando que Pakistán sigue siendo un país donde se cobijan talibanes, binladenistas y terroristas como los de Bombay.
En el caso de Israel se trata de la primera guerra que los sharonistas lanzan contra Gaza y Líbano después de haberse unilaterlamente ‘desconectado’ de ambos lugares. Esta se da, además, luego de las elecciones israelíes que permitieron que Ohmert sea re-electo primer ministro con más fuerza y con un gabinete libre de los sionistas más duros y de los comicios palestinos que llevaron al Hamas al premierato.
Israel no podría volver a producir una ocupación prolongada de Gaza o del sur de Líbano. Ambos hechos les fueron desgastantes y le aislaron internacionalmente, además que irían en contra de la razón por la cual Sharon y Ohlmert se escindieron del Likud. Por el momento, Israel apunta a mostrar fuerza y una advertencia ante Siria e Irán para que se ‘controle’ a Hizbola y para que hamas acepte alguna forma de reconocer a Israel.
La ofensiva israelí reforzará la pretensión de Hizbola de mantener su milicia (que no se desarma precisamente por que se plantea como una de resistencia ante Israel), así como el intento de Siria de volver a incidir indirecta o directamente en Líbano. Irán acentuará sus programas nucleares como precausión.
En el pasado las incursiones de Israel en Gaza o Líbano no han generado una guerra regional, pero esto podría cambiar si Siria entra al conflicto, con lo cual Irán también lo haría.
El Grupo de los Ocho debe buscar tranquilizar las aguas en ambos bandos. Mientras Rusia lidera el campo que plantea que Israel se ha sobrepasado en su defensa, EEUU le hecha la culpa a Hizbola. Para los primeros ministros de Reino Unido y Canadá lo importante es apoyar a los ‘moderados’ de ambos bandos e ir hacia una solución bi-estatal del diferendo hebreo-palestino.
En el G8 mientras EEUU buscará ser el mayor defensor de Israel, Rusia tratará de usar sus buenos nexos con Irán, Siria y Hamas para encontrar un puente. En este conflicto Israel buscará salir airoso si logra derrotar al Hizbola o hacer que el Hamas acepte alguna forma camuflada de reconecerle y un compromiso suyo y de Hizbola para no volver a lanzar cohetes contra su territorio. Hamas y Hizbola buscarán demostrar a sus poblaciones que sus milicias deben manteners ey fortalecerse pues gracias a éstas se podría contener a Israel o conseguir la liberación de muchos presos (algo que de realizarse sería visto como una victoria árabe).
Isaac Bigio
Analista Internacional