¿Podrá la Comunidad Sudamericana de Naciones (CSN) articular acciones de integración regional, tanto en materia comercial como física, energética y de comunicaciones? ¿Es posible, en última instancia, pensar en una efectiva integración sudamericana?
Depende de qué tipo de integración hablamos. Hay uniformidad en la región, hay uniformidad en la existencia de regímenes presidenciales de democracia multipartidaria representativa y con economías de mercado. Existe la intención de mejorar el comercio intracontinental e ir eliminando aranceles mutuos. Esto favorece una gama de proyectos conjuntos: desde vías de comunicación hasta gasoductos como el planeado entre Venezuela, Brasil y Argentina.
Sin embargo, otra cosa es una integración política estatal. La CSN no es económicamente fuerte ni autónoma, por lo que seguir la ruta de la Unión Europea (UE) no es algo tan consistente.
¿Cuál es la actual correlación de fuerzas dentro de la Comunidad ?
La Comunidad Sudamericana de Naciones tiene tres tipos de miembros. Unos son los que están en el MERCOSUR (Argentina, Paraguay, Uruguay, Brasil y Venezuela). Otros los que están en la Comunidad Andina de Naciones (Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia). Y por último está Chile, Suriname y Guyana, que no pertenecen a dichos bloques. Los dos últimos casi no tienen mayor conexión comercial, vial o de vuelos con la región. Tampoco juegan en la copa sudamericana de naciones pues culturalmente son parte de las Antillas germano-parlantes.
Todos los miembros de la CAN son miembros no plenos del MERCOSUR y viceversa. El caso de Venezuela es especial, ya que recientemente dejó la CAN llamando a enterrarla. Chile es asociado de ambos bloques.
Debilidades y fortalezas
¿Cuáles son las principales debilidades del bloque?
Un grave problema de la CSN tiene que ver con el tipo de orientación estratégica que debe seguir. Hay un sector que cree que la prioridad pasa por hacer un Tratado de Libre Comercio con EEUU bajo el argumento de que éste es el principal mercado mundial. Chile, Perú y Colombia han suscrito estos tratados, aunque, en el caso de los dos últimos, el Congreso norteamericano todavía no los ha ratificado.
Hay otro sector que considera que el TLC es un demonio. Venezuela no puede estar en un bloque comercial con países que tienen TLC con EEUU. Por ello Caracas se salió de la CAN y de la triangular que tenía con Bogotá y México.
A esto se suma la cuestión de Cuba. La Unión Europea se fue forjando en torno a países miembros o amigos de la OTAN que tenían un régimen político y económico contrapuesto al de Europa del Este. Sin embargo, Bolivia y Venezuela acaban de firmar el Tratado Comercial de los Pueblos con Cuba, quien tiene el mismo sistema de economía estatizada y planificada bajo el monopolio de un partido comunista tipo Europa oriental.
En contraposición a ello, hay países como Colombia muy ligados a EEUU. Bogotá recibe cuantiosa ayuda militar de Washington combatiendo a una guerrilla ideológicamente cercana a Cuba y Venezuela.
Para terminar hay cuestiones limítrofes pendientes. Mientras Europa, que guerreó hasta 1945, zanjó sus demarcaciones en torno al status quo , Bolivia, el país anfitrión de la Cumbre , aún no ha reiniciado relaciones diplomáticas con Chile debido a la cuestión del mar y Venezuela sigue incorporando en su mapa y emblema oficiales a dos tercios de Guyana.
¿Y cuáles son los beneficios de una Comunidad Sudamericana para los países miembros?
Que permite un flujo humano y comercial interno, lo que hace que la región aparezca como un bloque regional en medio de un mundo globalizado que actúa con bloques regionales.
Si la CSN actuara como un verdadero bloque podría maniobrar en el concierto internacional haciendo acuerdos con EEUU, la UE , la emergente China, etcétera.
No como la UE
Considerando el actual panorama político de la región, ¿qué perspectivas tiene la CSN ?
No creo que la CSN vaya hacia una unidad tipo UE. Por un lado, Venezuela rompe con la CAN pues quiere un bloque anti TLC y, por otro, países como Chile, Perú y Colombia creen que el TLC es la única ruta que les queda para el desarrollo.
Creo que en la CSN hay tres dinámicas: los que quieren que ésta sea un peldaño hacia un Acuerdo de Libre Comercio con EEUU y también con la UE ; los que quieren que se transforme en un bloque regional proteccionista; y Brasil que quiere que este bloque funcione bajo su liderazgo.
Por lo tanto, ¿no es posible pensar en una CSN similar a la Unión Europea?
La CSN es desde el punto de vista idiomático, cultural y hasta religioso más homogénea que la UE. Mientras en la UE hay 25 lenguas, muchos credos oficiales (católicos, anglicanos, luteranos, ortodoxos) y una historia de guerras (en 1914-18 y 1939-45, decenas de millones de europeos fueron mutuamente masacrados), virtualmente la CSN tiene –a excepción de las pequeñas guyanas– una sola familia idiomática (el castellano y portugués son inteligibles), un solo credo oficial (catolicismo) y una historia común. Nunca ha habido una guerra intercontinental tipo Europa. La última que se dio en el subcontinente fue en 1932-35 entre dos de los países menos poblados: Bolivia y Paraguay.
Sin embargo, la CSN carece de la principal fuerza de la UE : su poderío económico y su independencia. Mientras Europa exporta capitales y manufacturas finales altamente tecnificados, Suramérica exporta esencialmente materia prima y productos con poco valor agregado.
La UE ha sido estructurada en torno a potencias industriales, ex colonizadoras, independientes y exportadores de capitales y multinacionales. Los países del CSN, en cambio, son ex colonias, algunos todavía dependientes del Norte y con grandes partes de sus respectivas economías bajo el control de multinacionales europeas, niponas y norteamericanas.
Mientras Europa tiene un gran comercio intracontinental, gran parte del comercio de cada uno de los países suramericanos es hacia el Norte. La fortaleza económica de la UE les permite estabilidad y una moneda común, mientras que la dependencia de la CSN genera distintas estrategias (ir hacia un TLC con EEUU o hacia un bloque regional) y dificulta que se transforme en una UE.
Ninguno de los miembros de la CSN ha tenido un imperio y todos han sido dependencias. Sus economías son pobres y débiles y muy subordinadas al dólar y al capital extranjero. Generalmente cada uno de ellos comercia más con EEUU que con sus vecinos. Apenas el 4 por ciento de las exportaciones del MERCOSUR van hacia la CAN. El PIB de la CSN es por lo menos 10 veces inferior a los 11.000 millones de dólares que tienen tanto la UE como los EEUU. Mientras el PIB per cápita de la UE es de 24.000 dólares anuales (frente a casi 38.000 de EEUU y casi 34.000 de Japón). El PIB per cápita sudamericano es de unos 7.000 dólares anuales. Según el libro de datos mundiales de la CIA , las repúblicas sudamericanas tienen un PIB per cápita entre dos y diez veces menor al de la UE. El PIB per cápita de Brasil (la mitad del CSN en términos de territorio y población) es de 7.600 dólares, que está debajo del de Uruguay (12.800 dólares), Argentina (11.200) o Chile (9.900); pero por encima del de Colombia (6.300), Perú (5.100), Venezuela (4.800), Paraguay (4.700), Ecuador (3.300) y Bolivia (2.400).
¿Es posible pensar en una moneda para Sudamérica?
Para diversos economistas resulta una utopía pensar que Sudamérica con el carácter de sus economías pudiese desdolarizarse y adoptar su propia moneda común. El propio MERCOSUR no logra implementar la mayoría de sus acuerdos.
Otro aspecto que diferencia a la CSN de la UE es la cuestión de las minorías. La UE es muy sensible en permitir que todo grupo que tenga una lengua hablada por uno o dos millones de habitantes pueda participar en su propio idioma en toda decisión de la UE. Esto implica que todos sus documentos son traducidos a dicho idioma y que en este idioma se conducen sus representantes en el parlamento o las cumbres, en juicios, etcétera.
En la CSN hay lenguas indígenas, como el quechua (que supera los 10 millones de hablantes) o el aymara (que tiene dos millones de hablantes), por dar algunos ejemplos. Sin embargo, ellos no reciben dicho trato y menos aún tienen las autonomías que tienen los catalanes, gallegos, vascos, etcétera. No existe, por ejemplo, ningún diario en quechua o aymara y ninguno de los documentos de la CSN son discutidos en esas lenguas.
Bolivia, el centro del Sur
¿Qué deben esperar los países miembros de la CSN de la próxima Cumbre que se celebrará en Bolivia, país que ha inaugurado un nuevo gobierno liderado por Evo Morales?
Algunos avances en la integración vial y comercial, pero no veo viable una fusión entre la CAN y MERCOSUR como postula el presidente anfitrión.
Como dije anteriormente, veo al subcontinente dividido entre los que participan del TLC y los que apoyan el TCP.
L os segundos se potenciarán si Ortega gana en Nicaragua y Correa en Ecuador. Un posible triunfo de Noboa en Ecuador haría que ese país opte por el TLC uniformizando en tal actitud a toda la costa pacífica suramericana.
¿Qué piensa sobre la propuesta boliviana para la Cumbre de la CSN ?
Morales ha sido muy cauto en no plantear algunas cosas que parte de su electorado habría querido escuchar: plantear el socialismo, la autodeterminación de las naciones indias, el “antiimperialismo” o nuevas nacionalizaciones. Sin embargo, estos planteamientos “asustan” al resto de diplomáticos y gobiernos para quienes esta actitud es sinónimo de inestabilidad y confrontación.
Evo quiere mostrarse como un estadista “moderado”, que sea capaz de crear un puente entre la CAN y el MERCOSUR para ir hacia un bloque regional autónomo.
Es interesante su idea de ir a una integración a distintas velocidades. Me parece que con ello Bolivia quisiera crear un bloque de los que son más proclives a hacer una integración autónoma regional y mantener un cuadro de amistad aunque no de tanta presión hacia el sector pro TLC. El modelo que plantea el Presidente Morales es uno nacionalista y antiprivatizaciones, que no es compartido por Colombia, por ejemplo.
Hay una cosa que, como emigrante suramericano, quiero destacar del discurso de Morales. él plantea que hay que hacer lo posible por parar la emigración. Sin embargo, es hora de que la CSN se dé cuenta que hay entre 10 y 20 millones de suramericanos que viven fuera de sus países, sobre todo, en los más desarrollados que los suyos, y que ellos requieren de protección. Las embajadas y consulados de la CSN deben coordinar en cada país la protección conjunta de sus respectivas diásporas (emigrantes), las mismas que son responsables de una gran parte de las divisas que reciben muchos de nuestros países.
Contesto a estas preguntas desde Londres donde hace poco nos enteramos que uno de los policías que asesinó a quemarropa al inocente joven brasilero Jean Charles de Menezes, el 22 de julio del 2005, no solo volvió a reincorporarse impunemente al servicio sino que ha vuelto a matar a otra persona. Mientras EEUU es capaz de poner sanciones comerciales o invadir naciones cuando se maltrata a alguno de sus ciudadanos, en este caso vemos como la CSN debe unirse para decirle a Londres que el caso de De Menezes no puede quedar impune sin castigar a los autores de un crimen que nos afecta a todos los suramericanos.