Cualquiera sea el negocio o servicio que ustedes ofrezcan, al interesarse por una plaza determinada con el objetivo de implantarse es básico informarse acerca de los vínculos comerciales que el país de acogida mantiene con el exterior, no hacerlo podría implicar el quedarse encerrado, rebajándose las probabilidades de poder exportar a nuevos territorios, en definitiva, de crecer y ser rentable.
Así, una ventaja que puede ser el origen de unas tantas más para las empresas la aporta Chile con su red de Tratados de Libre Comercio, TLC, les permite plantearse con claras perspectivas de éxito la opción de atender las demandas que les provengan de casi cualquier lugar del planeta, o al menos de aquellos con una mayor poder adquisitivos, por supuesto, el salir a ofrecer está contemplado.
Esta estrategia de insertarse internacionalmente viene desde 1990, es algo ya consustancial con la política económica chilena actual, quién quiera gobierne ahora o en el futuro podría optar por la extensión de estos Tratados a aspectos no considerados o dejados para mejores momentos que por dejarlos sin efecto.
¿Se ven ya en las cifras los efectos de estos pactos?
En lo que va de enero a julio de 2006 la balanza comercial acumuló un superávit histórico de 12.811,5 millones de dólares. La cifra es producto de exportaciones por 32.553,8 millones de dólares e importaciones por 19.742,3 millones de dólares y supera el superávit alcanzado durante todo el año 2005, que alcanzó a 10.179,5 millones de dólares y fue el mayor en la historia del país. En los primeros siete meses del año en curso, el valor de las exportaciones se incrementó un 42,9 por ciento respecto de igual período del 2005, mientras el de las importaciones aumentó un 17,4 por ciento.
Digamos que el año 2003 Chile estaba exportando algo menos de US$ 20 mil millones de dólares, es decir, ayer. Hoy, a falta de de cinco meses para concluir el 2006 esta cifra pasará ampliamente los US$ 50 mil millones de dólares. Es cierto que el país se ha visto favorecido por el mejor precio de los minerales que exporta a todo el orbe, aún así, una mirada más detenida a los números de aquellos países con los que el país mantiene TLC ya operando nos dirán la favorable influencia que estos están ejerciendo en el intercambio.
Veamos Estados Unidos, país con el que las empresas europeas les gustaría tener un comercio fluido e intenso. El intercambio comercial entre Chile y EEUU creció un 30 por ciento en el primer trimestre de este año, en comparación con igual período del 2005, al totalizar 3.359 millones de dólares. Frente al mismo período del 2003, cuando aún no estaba en vigor el Tratado de Libre Comercio (TLC) entre ambos países, el aumento es del 104 por ciento. EEUU sigue como el primer país de destino de las exportaciones chilenas, con una participación del 17 por ciento seguido de Japón y China.
El año 2002 fecha en que se suscribió el Acuerdo de Asociación entre Chile y la Unión Europea, la relación comercial representaba los US$ 7 mil millones de dólares, al concluir el 2005, tras tres años de vigencia del pacto esta se empinaba sobre los US$ 14 mil millones. Expansiones se observan con Canadá, México, Corea, Centroamérica, o países EFTA.
¿Qué viene ahora? En octubre entrará en vigor el TLC con China, en breve lo harán el Trans-Pacífico (Singapur, Nueva Zelanda, Brunei) y el de Alcance Parcial con India.
A modo de resumen digamos que el 2005 significó un positivo avance para el comercio internacional chileno que alcanzó la cifra de US$ 68.429 millones, registrando un aumento del 28% con respecto del año anterior. De esta forma el intercambio comercial superó en US$ 15.162 millones lo registrado el 2004. Según el departamento de estudios de la dirección nacional de aduanas, el alto dinamismo en el comercio internacional de Chile durante el 2005, se observó en todas las zonas geográficas, donde los destinos principales anotaron los siguientes crecimientos: Europa 24%, América 29% y Asia 29%. Al desglosarlo por bloque económico, la UE 25%, Mercosur 25% y Nafta 34%.
Nuevos TLC están en negociación, Japón, Colombia, Perú, e incorporaciones de algunas naciones de APEC al TLC Trans-Pacífico.
Hablamos de millones de consumidores a los cuales pueden atraer con vuestros bienes y servicios, aunque haya competidores fabricándolos iguales o parecidos, la diferencia podría estar en hacerlo de un lugar que impulse la comercialización, que la favorezca y no la entorpezca. Chile puede ser el punto.