304
Esto hace que su ejecución sea vista por muchos iraquíes como otro acto de guerra de los invasores. Hussein, en vez de ser recordado como un masacrador, se convertirá en un símbolo de los que siguen planteando usar las armas contra las tropas foráneas y sus aliados.
Al ahorcar a Saddam lejos de estar matándolo le están dándole una forma de vida: la de convertirlo en un mártir de la soberanía nacional. Su ejecución atizará los odios internos y la guerra civil iraquí. Sin embargo, habrá logrado dar fuerza a los halcones que siguen a Bush.
Isaac Bigio ( Analista Internacional )