Y es que estas piedras de color que mezclan sus texturas y formas de una manera exquisita son la encarnación de la sofisticación y el delirio de divas como Jennifer López. Un auténtico lujo. Hans Stern, un judío-alemán de ochenta y cuatro años que huyó de la Alemania nazi en 1939 para instalarse en Brasil, es el fundador de esta firma que ha roto con todos los tópicos de la joya tradicional y que se caracteriza además por las excelentes prestaciones sociales que reciben sus 3.000 empleados. Todo un éxito de modelo empresarial que nos explica el representante de la marca en España, Fernando Zehr, porque el concepto de alta joyería necesitaba, según sus palabras, “ritmo y Rock and Roll”.
La colaboración de ‘celebrities’ con H.Stern es conocida, pero dígame. ¿Cómo convencieron a Diane von Furstenberg?
Se trata de una colaboración que empezó tras un año de reflexión. Diane von Furstenberg venía de pasar un capítulo de su vida en Oriente y traía muchas ideas. Ella tiene una relación personal muy importante con Roberto H.Stern, director de diseño e hijo mayor de Hans Stern, y estudiaron la posibilidad de transformar las ideas que ella había adquirido allá en volúmenes. En mensajes, porque estas joyas están llenas de mensajes de amor, fidelidad, legitimidad, etc. Esto dio lugar a la realización pro primera vez el pasado año de una serie de piezas con volumen y potencia que denoten el carácter femenino. También utilizamos mucho colorido en las piedras, un complemento de la personalidad muy particular.
Personalidad y versatilidad. ¿No?
Son joyas que permiten la libre interpretación. Tenemos pendientes que pueden ser lucidos como pulseras, por ejemplo. Se trata de personalizar la joya para cada mujer y que ésta pueda dar valor a la pieza vistiéndola de una determinada manera. Hay joyas que pueden llevarse como arreglo de cabello, estilo diadema; u otras, por ejemplo, que cuentan con un cordón de oro de tres metros flexible que permite lucirlas como cinturón, tobillera, etc. La mujer personaliza al cien por cien estas joyas.
¿También exclusividad?
Las piedras son talladas una a una, por lo que nunca existen dos pendientes exactamente iguales. Esto le confiere la idea de pieza exclusiva o simplemente irrepetible. El mayor potencial de H.Stern es precisamente disponer de más de seiscientos operarios formados en la casa que consiguen la independencia creativa y operativa. Es un bonito proyecto tanto a nivel de diseño como de realización que ofrece frescura al mercado de la joya.
¿Están cambiando los gustos en los consumidores de alta joyería?
Desde H.Stern tratamos de que la nueva consumidora exija más a la oferta en joyería. Además, no sólo ocurre que los gustos están cambiando, sino que nosotros pretendemos estar dentro de las nuevas opciones del cambio. La joyería, sobretodo en Europa, ofrece unas formas muy frías, con muchas aristas, etc. En contraposición a esa línea, muy legítima, nosotros intentamos aportar una opción más colorista, de accesorio de complemento de temporada. Que la pieza sea reconocible por su exhuberancia y personalidad.
¿Cómo se consigue la inspiración en H. Stern?
H.Stern es una de las casas que tiene permanentemente entre seis y ocho células de trabajo activas, en las que siempre hay dos diseñadores jefe y dos captadores de ideas que se dedican a viajar absorbiendo las tendencias en texturas o colores de la moda en general. Además se integra un técnico que es el que decide al final si lo que se propone es realizable o no, porque es muy importante poder llevar a cabo una idea excelente. Son equipos independientes cuya función es aportar ideas, dibujos, diseños, fuentes de inspiración de materiales, texturas, colores, etc. Hemos conseguido combinar zafiros con cuarzo rosa y aguamarina, por ejemplo, algo que hace diez años era impensable. Hay que crear tendencia aunque esto suponga cierto riesgo.
Pero además hay celebrities internacionales de calado que diseñan colecciones para H.Stern. ¿Es así?
Así es. Además de estos equipos de trabajo tenemos colaboraciones externas estupendas. Hablamos de Diane Von Furstenberg, Carlinhos Brown, los hermanos Campana, etc. que aportan sus propias ideas sobre lo que debe ser una joya. Carlinhos Brown creó la serie »Filaments», unas formas inspiradas en el fardo de paja, por ejemplo. Son joyas muy flexibles que tienen una cierta rugosidad, esa aspereza de la paja, pero también mucha ligereza. Son unas joyas originales y preciosas.
Me da la sensación de que H.Stern no es para una mujer cualquiera…
El pilar esencial de H.Stern es la mujer que ha entrado en una etapa de su vida afirmada tanto profesional como emocionalmente. Que ya ha salido de esa carrera ascendente del posicionamiento. Sabe qué automóvil le gusta, cómo debe estar decorada su casa y qué debe ponerse según su personalidad. Siguiendo la tendencia de esta mujer también tenemos un público masculino que desea agradar a esta mujer. El hombre a veces siente un frío en la espalda cuando se enfrenta a una joya y no sabe qué es. Debe confiar en su joyero y H.Stern les ofrece todas las garantías de éxito. Tenemos casi un 30% de compradores masculinos y esta cifra va “in crescendo”.
Pese al nombre, H.Stern es una forma cien por cien brasileña. ¡Quién lo diría!
Hans Stern es alemán de origen. Emigró a Brasil antes de la segunda Guerra Mundial. La empresa es cien por cien brasileña, tanto en fabricación como en instalaciones, y sobretodo por el origen de las piedras de color.
Una apuesta muy arriesgada la de utilizar el color en alta joyería; o al menos, una “quasi” excepción…
Esta tendencia del colorido en las piedras es muy joven. Tiene sólo dos años de antigüedad. Queremos pensar que hemos contribuido tanto a nivel mediático como publicitario a través de nuestras celebrities, sobretodo norteamericanas, a que la joyería de alto nivel en color tenga relevancia. Hasta hace dos años la tendencia de alta joyería era algo decepcionante en cuando a cromatismo. Se utilizaba sólo el brillante, el oro blanco, la perla… y ahí acababan las opciones. Evidentemente montar una pieza de alto valor en una pieza de color era y es un riesgo.
Un riesgo doble, porque además de colorista el diseño de H.Stern es voluminoso. ¿Cierto?
Tiene razón. Además las piezas son muy grandes. H.Stern, por volumen, es la quinta empresa de joyería del mundo. Está en una posición que le confiere la fuerza y el asentamiento estructural para asumir este tipo de riesgos. De hecho, hasta ahora, con sus 160 tiendas mayormente establecidas en América del Sur y Estados Unidos, su objetivo es la expansión, aunque no exista la necesidad de salir al exterior. Por eso nuestro objetivo es proponer alianzas con entidades joyeras de prestigio que ya están establecidas y que tienen una legitimidad, como es Puig Doria. Nuestra propuesta es una línea de joyería complementaria a la que José María Puig Doria viene ofreciendo a sus clientes. En una pieza de color nuestra debe haber al menos cien kilates.
Muchos kilates. ¿Se trata de ofrecer valor residual a las piezas?.
En efecto. De hecho el negocio inicial de H.Stern era ofrecer a sus clientes piedra tallada desnuda. La persona la llevaba a su joyero para que se la montara según sus gustos. Es hace veinte años cuando H.Stern decide ofrecer también diseño. Sus propias monturas. Pero su negocio original era ser el mejor en propuesta de piedras originales de color.
¿Hay mucha diferencia entre los gustos americano y europeo?
Ha habido ciertamente diferencia entre los gustos en el consumo americano y europeo. Pero ahora en moda y tendencias hay mucha participación americana. De hecho muchas de nuestras embajadoras de marca son americanas, porque es allí donde la firma está más establecida. Sin embargo, estamos viendo que la introducción en Europa es totalmente natural. La globalización hace milagros en este sentido.
Parece que la innovación es fundamental para su firma de alta joyería y eso no es habitual entre los “grandes”.
La innovación siempre implica un riesgo. Pero no sólo eso, sino también inversión económica y en tiempo para tratar de reunir elementos de decisión que no son específicos a la joyería. En este caso son que implican a los materiales, acabados, etc. Hubo una época, por ejemplo, en la que el acabado acero pulido, ahora muy de moda, o el cristal tintado, hablo de arquitectura, era totalmente impensable. Hablo de hace quince años. Aplicar innovación implica muchas veces o llegar demasiado pronto o no crear tendencia; por lo cual, la posición más cómoda es la conservadora. Ellos piensan que si las cosas van bien así, para qué vencer la inercia.
¿Es que la innovación no es rentable en el sector de la alta joyería?
Para H.Stern sí está siendo rentable la innovación. El mercado aspira a tener novedades y a poder alcanzar un punto de diferenciación. Por tanto, la innovación es una profesión de fe y forma parte del cuaderno de cargas de la empresa. Dentro de estas cuatro o cinco empresas punteras en joyería, H.Stern es la única que mantiene una idiosincrasia familiar. Por tanto, no está supeditada al tipo de decisión colegiada de votos donde nunca hay cambios concretos porque hay muchos puntos a analizar. H.Stern cuenta con 3.000 empleados, es una empresa de cierto porte internacional, pero consigue tomar decisiones por olfato comercial y los cambios pueden realizarse con cierta rapidez. Lo cierto es que hay que posicionarse, y H.Stern apuesta por un público arriesgado que busca innovación y destacar por imagen.
Dígame. ¿Tiene H.Stern una colección a la que le profese especial cariño?. ¿De esas emblemáticas?
En principio la innovación y la creatividad están reñidas con los puntos fijos o con el apego a un diseño determinado; pero la respuesta es que sí. Hay una colección, la denominada “Stars”, que además es el homónimo de H.Stern, el apellido de la empresa, que se ha convertido en la estrella. En el símbolo reconocible a nivel de imagen de marca. Aquí tocamos el brillante marrón y el rosa. Nunca el blanco como piedra principal. En esta colección se pone mucho cariño y es en la que más tiempo se invierte en afinarla y convertirla en icono de nuestra filosofía.
Gema Castellano
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