En las elecciones gauchas el segundo puesto quedó en manos de otra centro-izquierdista: Elisa Carrió. Esta es otra primicia a nivel mundial pues por primera dos mujeres terminan como las dos finalistas en unas presidenciales.
En Argentina solo hubo tres candidatos de peso y todos se encontraban entre el centro y la izquierda. Tanto la derecha como los socialistas quedaron debilitados. Esto en sí implica una consolidación del kirchenismo y del consenso en torno a sus propuestas económicas y sociales.
Hace 4 años Kirchner se convirtió en el presidente latinoamericano electo con menos votos (quedó segundo con un quinto del electorado) pero, gracias a que él sacó a su país de una inestabilidad económica y política, él se tornó muy popular.
El proviene del peronismo, la misma fuerza que gobernó todos los noventas a la Argentina bajo Menem. Entonces Menem, de manera similar a su homólogo peruano Fujimori, implantó una política monetarista con privatizaciones y apertura de la economía a la globalización, así como tejió una alianza con sectores duros de las FFAA y a nivel externo se colocó como puntal de Washington.
Sin embargo, Kirchner dio un giro centro-zurdo al peronismo. Esto se ha evidenciado en buscar recuperar la economía argentina mediante una mayor participación estatal y programas sociales, en una política exterior que busca llevarse bien con Venezuela y con EEUU y en una política de derechos humanos donde anuló los indultos de Menem y está persiguiendo funcionarios de la dictadura militar 1976-83.
Kirchner coquetea con Chávez pero no repite sus discursos socialistas, anti-imperialistas o pro-nacionalizaciones. Por otra parte él trata de mantener buenas relaciones con los gobiernos pro-Tratado de Libre Comercio en la región.
Las elecciones argentinas no fueron muy apasionadas. Cristina Kirchner nunca dejó de encabezar ampliamente las encuestas y ella eludió debates y entrevistas buscando evitar el desgaste.
En Bogotá gana Moreno
Por otra parte, Samuel Moreno en la alcaldía bogotana remplaza en el puesto a el sindicalista Luis Eduardo Garzón, miembro del mismo Partido Polo Democrático.
Pese a reclamarse como ‘izquierdista’ el Polo no usa banderas rojas sino ‘amarillas’ (el color que antes los marxistas identificaban con el Vaticano y los ‘traidores’) y se distancia de posiciones radicales o de la guerrilla.
La re-elección centro-zurda en Argentina y Bogotá es un ‘premio’ a que estas administraciones han logrado ‘estabilizar’ sus respectivas zonas y a que han forjado cierta red de clientelismo social. La derecha argentina quedó golpeada (pese a que hace poco menos ganó en la capital) y en Colombia Uribe debe tener que aceptar que su capital siga en manos de sus principales rivales.
El ascenso centro-zurdo en Bogotá tendrá impacto en la mayor guerrilla latinoamericana. A las FARC y al ELN colombianos les muestra la posibilidad de trocar las armas por las urnas. Uribe querrá mostrar dicho ‘anzuelo’ a la subversión a fin que vaya dejando el monte y se reinserte en la ‘legalidad’.
Para la izquierda dura el kirchenismo y el Polo buscan ‘parchar’ al capitalismo con reformas que mutilen una posible explosión social. Para los arquitectos de la transformación liberal latinoamericana en los noventas ambas fuerzas, si bien reconocen y aceptan varias de las reformas monetaristas que ellos impulsan, pueden a largo plazo conducir a nuevas crisis debidos a sus ‘populismos’.
Isaac Bigio
Analista Internacional