últimamente los biocombustibles han sido materia de debate en los medios de comunicación por su supuesta implicancia en la crisis alimentaria que azota a la población mundial. Este tipo de energía renovable ha permanecido en el limbo como uno de los principales sospechosos de la crisis mundial de alimentos, pero aún no se llega a consenso en cuanto a su real implicancia en el problema.
Las declaraciones del Secretario General de la ONU, Ban-Ki Moon, quien señaló que es “clave encontrar un consenso en las políticas de producción de biocombustibles” y “una mayor investigación” en esta materia, causó un intenso debate durante la cumbre de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la agricultura y la alimentación) que se celebró en Roma.
Pero las opiniones son contrapuestas. Si bien existen diversos países que atacan a los productores de biocombustibles (Estados Unidos y Brasil principalmente), otros las defienden sosteniendo que son alternativas a las energías tradicionales.
Los opositores argumentan que este proceso ha conllevado a un alza en los precios de los alimentos como el arroz y el maíz. Por ejemplo, la revista especializada en medicina, The Lancet de Inglaterra, asegura en una de sus editoriales que la producción extensiva de biocombustibles es una de las principales causas del encarecimiento de los cereales, debido a que por su intento de ser autosuficientes en biocarburantes, Estados Unidos subvenciona la producción de etanol, la que se obtiene, entre otras cosas, del maíz.
El académico de la Universidad Técnica Federico Santa María, Claudio Matta, se refiere a la implicancia de los biocombustibles en la crisis de alimentos, sosteniendo que los biocombustibles pueden afectar sólo si existe un mal manejo de ellos.
“La crisis alimentaria tiene más que ver con nuestro hábitos de consumo y explosión demográfica mundial, con proyecciones maltusianas que hace décadas fueron pronosticadas por el Club de Roma y otros organismos… El tema de los biocombustibles puede contribuir sólo si no se produce un buen manejo de ellos, por lo que lógicamente se requiere de profesionales con la experticia suficiente para buscar la mejor opción dependiendo del caso, país, región, clima, etc.”.
Uno de los temas más debatidos en cuanto a la supuesta implicancia de los biocombustibles en la crisis alimentaria mundial, es si realmente es viable producir un déficit energético al dejar de generar energía a través de este sistema de energías renovables para mitigar el problema de la alimentación.
“No creo que se produzcan aún esa situación, puede ser al largo plazo tal vez y con el sacrificio del bosque nativo o recurso naturales endémicos importantes, en Chile estamos lejos de esa situación, tenemos una producción marginal de biocombustibles generados por fermentación” asegura Claudio Matta, quien también es asesor de a Universidad Nacional de Cuyo de Mendoza y de la Universidad Federal de Río en materia de energías renovables.
Martin Kempf C.