El embajador de Suiza en Chile, André Regli, cuenta cómo se podría fomentar el intercambio entre ambos países y con los de la EFTA (Asociación Europea de Comercio Justo), el que ha crecido en 40% desde la firma del TLC con ese país en 2004.
-¿Por qué no ha aumentado más el intercambio entre Chile y los países de la EFTA?
"El intercambio no es tan malo. Antes del TLC era muy escaso entre estos países, pero ahora hemos aumentado el comercio total en más de 40%, lo que es bastante bueno, aunque creemos que podemos hacer más. Tal vez la razón del bajo intercambio es que la EFTA no es muy conocida en Chile, son cuatro países relativamente chicos que normalmente no son los primeros en los que se piensa al exportar. A este conglomerado de países que son exóticos en Europa lo único que los une es la nula pertenencia a la Unión Europea. Además, no hay que olvidar que Suiza y Liechtenstein son plazas financieras muy importantes".
-Para Chile, ¿cuál es la ventaja de hacer negocios con los países de la EFTA?
"Son países pequeños pero con un poder adquisitivo muy alto, de los con más altos ingresos per cápita de Europa y desde este punto de vista son muy interesantes para exportar. Pero también Suiza, que está en el centro de Europa, es una plataforma muy interesante para exportar y hacer negocios en todo el continente".
-¿Por qué han crecido más las importaciones desde la EFTA que las exportaciones chilenas hacia allá?
"Europa es un mercado del primer mundo que requiere productos con valor agregado y de nicho, de alta industrialización y tecnología. No es un mercado fácil porque es muy avanzado. Por eso, Chile debe hacer el salto y pasar de ser un país que exporta productos naturales a uno que exporta con valor agregado y creo que tiene todas las posibilidades para hacerlo". "Por ejemplo, con respecto al vino, hoy el consumidor especializado en Europa busca cosas refinadas y de alta calidad, además de las especialidades, y para eso hay que buscar nichos. En Europa la competencia es muy grande, especialmente en el vino, donde hay productos que vienen de cerca, de países como Francia e Italia".
-¿Cuáles son las claves para dar el salto?
"En productos como el vino ya se está dando ese salto. Sin embargo, el vino chileno es un poquito barato en Europa y por eso tal vez los europeos no lo compran tanto, hay que fomentar su sofisticación. Con inversiones en el campo agrícola y minero se pueden transformar los recursos naturales en otros más elaborados. También hay que atraer inversiones, con una situación macroeconómica favorable y mejorando puntos como la protección de las patentes".