Los expertos en tuercas premium dicen que esta tendencia además se debe a la estabilidad económica del país y al atrevimiento de los chilenos. Mientras antes optaban por ejemplares que no sobresalieran mucho dentro del parque automotor criollo, hoy no tienen problemas en tener un modelo único, caro y envidiable. Pueden tener desde cámaras traseras para estacionarse, hasta refrigeradores o dispositivos especiales que se activan cuando el conductor se queda dormido. A medida del cliente.
¿Quiénes los compran?
Los vendedores cuentan que por lo general se trata de empresarios y ejecutivos exitosos que mantienen el bajo perfil. De hecho, la mayoría de los dueños de los modelos más caros, los usan en contadas ocasiones tratando de pasar lo más inadvertidos posible. En promedio, las distribuidoras de marcas exclusivas que se encuentran en Chile tienen un stock de autos que oscilan entre los US$ 38.000 y US$ 180.000.
Pero no cualquiera puede tener uno en su garaje. Por ejemplo, para que en Ferrari vendan uno de sus modelos -además de disponer de una exorbitante suma de dinero- se necesita estar recomendado por alguien que ya tenga uno de esta marca, o derechamente ser dueño de uno de estos autos.
El resto se consigue por encargo, a través de los distribuidores de las marcas o con quienes se dedican especialmente a traer estos autos desde su país de origen.
En Momo Chile llevan cerca de dos años trayendo estos autos a pedido. A pesar de que partieron hace 17 años vendiendo accesorios de marcas exclusivas para automóviles, con la desaparición del impuesto al lujo comenzaron a importar autos a pedido. Y así han vendido 14 ejemplares de marcas sin representación en Chile, en su primer año, como Lotus, Lamborghini y Aston Martin.
El año pasado vendieron un Lamborghini de US$ 300.000 y seis Aston Martin, cuyo precio en el mercado va desde los US$ 185.000, llegando incluso a superar los US$ 400.000 si se trata del modelito de James Bond. Dado el tamaño del mercado, en Momo Chile dicen que su meta no es vender más de 15 autos al año, pero siempre exclusivos. Actualmente, tienen un Lotus modelo Elise y dos Aston Martin modelo Vantage, uno de los cuales es convertible. Y aunque aún no existen posibilidades concretas de que una de las marcas más caras del mercado como es Rolls Royce llegue a Chile, en Inglaterra no descartan su arribo a nuestras tierras.
Al ser consultados, en la firma aseguran que debido a la estabilidad de la economía chilena, hay un "gran potencial" para traer la marca a nuestro país. Haciéndole competencia a los Rolls Royce está Maybach, la marca de súper lujo de Mercedes Benz, cuyos autos pueden costar unos US$ 650 mil. Aunque aún no se encuentran en Chile, Kaufmann (distribuidor de Mercedes Benz en nuestro país) ya está preparando los servicios de postventa indicados para que lleguen estos modelos.
Pero uno de los Premium que sí se puede encontrar en Chile desde abril, es Lexus. Se trata de la marca de lujo de Toyota que espera vender 300 autos durante este año. Los precios son variados y van desde US$ 42 mil a US$ 89 mil. Y si los autos que superan los US$ 200 mil han aumentado sus ventas, más aún lo han hecho las denominadas marcas premium, cuyo valor no supera los US$ 180 mil, pero que gozan de reconocimiento en la elite automotriz.
De hecho, en Audi y Maserati aseguran que Chile es uno de sus mercados más importantes de Latinoamérica. En tanto, los distribuidores de Mercedes-Benz y de BMW coinciden en que el mercado se ha ido ampliando, principalmente a favor de los modelos deportivos y los todoterreno. En Kaufmann, el gran salto en ventas se produjo en 2004, cuando trajo modelos más deportivos, aumentando sus ventas en 70%.
Con esto cambiaron el perfil del comprador tradicional de Mercedes-Benz en Chile, rejuveneciendo a su público objetivo. Mientras que con las todoterreno cautivaron a las mujeres. Según datos de Asociación Nacional Automotriz de Chile, mientras en 2006 los autos cuyo precio superaba los $25.000.000 representaban el 1,17% de las ventas totales de autos en Chile, en 2007 la cifra aumentó a 1,49%. Un salto significativo al tratarse de un segmento tan reducido y específico.